ENTREVISTA: Osvaldo Gajardo, funcionario del Instituto de la Comunicación e Imagen (ICEI) de la Universidad de Chile, contó a Sindical.cl cómo se complementa la vida de un padre viudo con el crecimiento profesional, el rol de un funcionario de universidad pública y el de un ciudadano frente a las luchas sociales.
Por: Fernanda Castex
Osvaldo es el técnico que mantiene los dos edificios que conforman el ICEI. Al interior del Campus Juan Gómez Millas, en Macul con Grecia, viste una chaqueta institucional, saluda a guardias, profesores y alumnos con la cordialidad de quien los conoce de toda la vida. Hace diez años llegó a trabajar ahí y hoy nos cuenta cómo ha sido este camino recorrido.
“Mi vida familiar ha sido un poco compleja, bastante diferente a las demás. Yo perdí a mis papás muy joven, después formé familia, perdí dos hijos y después a mi señora. Soy viudo hace siete años. Quedé solo con mis niños muy chicos y me ha costado mucho complementar el trabajo con su crianza. Ahora que mis hijos están grandes, yo me estoy dando un tiempo para mí, por eso estudio día y noche”. Por su carga laboral y académica, hoy en día Osvaldo vive solo. “Hicimos un trato con la abuela de los niños. Ellos ya están grandes así que le ayudan a hacer las cosas en la casa”, contó el técnico.
Aparte de ser padre y trabajador, está estudiando los días sábados en una capacitación de gasfitería, electricidad y cerrajería impartida por la Universidad de Chile para sus funcionarios. Además, por las noches se dedica al estudio de la carpintería metálica. “Yo siempre me capacito en las áreas que manejo más, siempre estoy poniéndome al día con los conocimientos”, dice Osvaldo.
Cómo es ser un funcionario de la Chile
Todas las actividades que Osvaldo realiza hoy, no habrían sido posibles de no haber buscado pacientemente un buen trabajo y por su propia carrera de dirigente, “de luchar por lo que corresponde y es justo”, dijo.
¿Cómo encontró su trabajo actual? ¿En qué consiste su labor?
Entré el 24 de septiembre de 2004. Al principio era auxiliar, estuve tres años en eso. Hice mantención, reemplazo de nochero y otras cosas. Después pasé cuatro años en soporte, en computación, redes y telefonía.
Yo trabajaba en Gallyas Telecomunicaciones. Hubo cambios administrativos y la pega que yo hacía se empezó a hacer en turnos de noche Yo dije que no, así que empecé a buscar trabajo. En eso, pasé a saludar a un amigo que trabajaba en el campus, le dije que quería cambiar de rubro y me consiguió una entrevista aquí. Me aceptaron en los tres trabajos a los que postulé, pero me quedé en el ICEI porque estaba aburrido de trabajar de noche.
¿Cómo es la relación de los funcionarios con estudiantes y profesores?
Con los estudiantes tengo muy buena relación, bastante cordial con el respeto de cada quien por sus labores. Con los profesores también hay un trato directo, amable, no hay un patriarcado donde uno tenga que pedir permiso para conversar con alguien.
De hecho, me ha pasado que los profesores me van a pedir ayuda, dicen que el equipo está malo, pero voy a verlo y resulta que estaba conectando el proyector a la pantalla, o “los parlantes no funcionan”, y en verdad estaban apagados. Por ese tipo de cosas se nota que no hay una verticalidad estricta.
¿La universidad tiene programas de capacitación para funcionarios?
Sí, pero son muy básicas y no generan grandes incentivos a los trabajadores. Ahora se han dado carreras que toman los funcionarios (como contabilidad), pero pensándolo desde otro punto de vista, no es masivo para todos los funcionarios, se pueden tomar pero hay cupos limitados. A mí me gustaría que fuera más abierto y que se hiciera en más unidades para que la gente pueda seguir creciendo y estar a la par de las especializaciones del siglo XXI.
Una vida como dirigente
Osvaldo fue presidente de la asociación de funcionarios del ICEI por dos años hasta ahora, que dejó su labor para cumplir con los ciclos de una nueva elección de dirigentes. Aquí nos habla sobre cómo funcionan las asociaciones internas, qué hizo durante su período en el cargo y su opinión sobre las luchas sociales.
¿Cómo es el trabajo de los funcionarios de la universidad en el nivel de organización de asociaciones?
El ICEI tiene su asociación donde velamos por los intereses internos, también existe una asociación de campus que agrupa a los funcionarios de las seis facultades que lo conforman y esa está asociada a la Fenafuch, que es la asociación de todos los funcionarios de la Universidad.
¿Por qué decidió ser representante de los funcionarios?
Porque siempre he estado metido en cosas sindicales, estuve varios años siendo dirigente vecinal en Andha Chile. Lo bueno que tuvo mi gestión fue que en ese período hubo varias propuestas nuevas. Participamos del proceso de concesión del casino, estuvimos en el comienzo del Proyecto Bicentenario, del que me siento un poco defraudado. La idea era construir nuevos edificios y con ellos una nueva comunidad. Eran otros los objetivos que se habían planteado y hoy día no se ha cumplido lo que se proyectó para los funcionarios.
¿En qué consistían los objetivos del Proyecto Bicentenario para los funcionarios?
Yo fui representante cuando se inició el proyecto. Se peleó mucho el tema de los funcionarios, beneficios como cursos o menor carga para las trabajadoras. Pero el único curso que se ha hecho es un curso de trabajo en equipo.
¿Qué otra experiencia como dirigente tiene, además de estas dos instancias?
He sido dirigente estudiantil y deportivo. He estado siempre metido en alguna cosa, viendo el bienestar de la mayoría. Siempre las causas sociales son buenas. Cuando hay causas sociales siempre hay una minoría que pelea, nunca es la mayoría. No somos una fortaleza en cuanto a peleas por causas sociales. En Chile no se da tener buen trabajo de bases, tampoco se hacen las cosas con tiempo ni fuerza.
Por ejemplo, en Chile no debieran ser tan malas las viviendas ni tan cara la salud, pero la gente no pelea, se conforma y acepta lo que hay. En ese aspecto, es muy malo que la gente no pelee por sus derechos. La gente debiera luchar por sus derechos más abiertamente y hacer de este país un Chile más justo, que se supone eso es lo que pretendemos todos.
Así, Osvaldo sale todos los días de su casa en Macul al trabajo que ya mantiene por diez años. Sin embargo, esta rutina no ha sido desgastante, al contrario. Paula Ampuero, estudiante de último año del ICEI, ve al “Tío Osvaldo” como un personaje indispensable para la comunidad. En sus propias palabras “Es un funcionario muy cercano y su labor va más allá de lo que corresponde a su pega, se preocupa del bienestar de la gente. Siempre está pendiente de todo lo que nos pasa, nos pregunta cómo estamos y mantiene un trato afectuoso, es un actor importante dentro del instituto, un personaje al que todos queremos”.