
El estudio del programa “Cuidando Juntos” de AIEP, proyecto que capacita a más de 4.500 personas para el cuidado enfocado a adultos desde el 2023, reveló el panorama al que se enfrentan las personas que desempeñan esta labor.
Principales hallazgos:
La edad promedio de las y los usuarios/beneficiarios es de 44 años, con una edad mínima de 19 años y una máxima de 67. Asimismo, se trata principalmente de personas de género femenino (92%), frente a un minoritario 7% de personas de género masculino.
La mayor proporción de las y los usuarios/beneficiarios del programa “Cuidando Juntos” se dedica a labores del hogar (30,9%), seguido por trabajadores dependientes (26,6%) y trabajadores independientes informales sin contrato (22,3%). En menor medida, se encuentran los trabajadores independientes formales con contrato (12,2%), estudiantes (5,0%) y quienes no estudian ni trabajan (2,9%).
Carga laboral y retribución monetaria
La sobrecarga asociada a esta labor, el 55,1% de los cuidadores reporta una sobrecarga intensa, mientras que el 44,9% no presenta signos de sobrecarga. Este último grupo, podría incluir cuidadores con mejores recursos personales, familiares o comunitarios que les permiten manejar el estrés de manera más efectiva y también podría estar constituido por cuidadores que destinan menos tiempo al cuidado o cuyas condiciones generales les permiten mantener un equilibrio.
El 29,1% de los cuidadores declara no tener días libres, lo que representa una proporción significativa de personas que realizan labores de cuidado de manera continua. Por otro lado, el 30,3% afirma tener relevo todos los fines de semana del mes, mientras que el 22,3% menciona disponer únicamente de algunos días libres esporádicos. Un 12,6% señala que solo tiene relevo durante algunos fines de semana esporádicos, y un 5,7% cuenta con relevo por una semana de corrido o más al mes. Estos datos evidencian que una parte considerable de las y los cuidadores enfrenta una alta carga de responsabilidad sin oportunidades regulares de descanso, lo que puede impactar negativamente su bienestar físico y emocional.
En cuanto a los niveles de apoyo físico y/o emocional recibido por parte de un familiar (o similar) en las labores de cuidado de los usuarios/beneficiarios, el mayor porcentaje, un 32,5%, corresponde a aquellos que indican recibir apoyo “sólo algunas veces”, seguido de un 31,8% que afirma recibirlo “casi siempre”. Por otra parte, el 21,9% manifiesta que “nunca” recibe apoyo, mientras que el 18,5% señala que “casi nunca” lo recibe; y únicamente el 17,2% menciona que cuenta con apoyo “siempre”.
En cuanto a retribución económica, 70,5% de los cuidadores declara no recibir ninguna remuneración, lo que refleja que una gran mayoría realiza estas tareas de forma no remunerada. Por otro lado, el 13,7% indica recibir una remuneración de manera regular pero informal (sin contrato), mientras que el 10,3% señala recibir un pago de manera formal, con contrato. Solo un 5,5% menciona recibir remuneración de manera esporádica. Estos datos ponen en evidencia la precarización económica asociada al cuidado, destacando que la mayoría de los cuidadores no percibe compensación por su labor, a pesar del tiempo y esfuerzo que esta requiere.
Relacionado a ello, la directora de la Escuela de Desarrollo Social de AIEP, Paola Ibáñez, expuso que las personas cuidadoras que tienen algún empleo se concentran mayoritariamente en ocupaciones que implican flexibilidad de horario o actividades informales, donde un 74% de ellas gana menos de 500 mil pesos.