Este 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, un día que invita a reflexionar sobre los avances y desafíos que existe para un trato igualitario y la erradicación de la violencia de género.
Medidas como la Ley Karin, que busca prevenir, sancionar y erradicar conductas de acoso laboral, sexual y violencia en el trabajo son uno de los principales cimientos y avances para la protección de los derechos laborales de muchas mujeres que no tuvieron una legislación integral hasta la actualidad. Asimismo, la ratificación en nuestro país del Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo, constituye un pilar fundamental para la erradicación de la violencia en todas sus aristas en el mundo laboral ya que sitúa la dignidad humana y el respeto en su centro, tal como lo dicta la Doctrina Social de la Iglesia en el capítulo que menciona el trabajo humano, y en el que se indica, bajo las palabras del papa Juan Pablo II, sobre “el derecho «a ambientes de trabajo y a procesos productivos que no comporten perjuicio a la salud física de los trabajadores y no dañen su integridad moral»”. De la misma manera, alude sobre la persistencia de distintas formas de discriminación hacia las mujeres que ofenden su dignidad y vocación en la esfera del trabajo: “Estas dificultades, desafortunadamente, no han sido superadas, como lo demuestran en todo el mundo las diversas situaciones que humillan a la mujer, sometiéndola a formas de verdadera y propia explotación. La urgencia de un efectivo reconocimiento de los derechos de la mujer en el trabajo se advierte especialmente en los aspectos de la retribución, la seguridad y la previsión social”.