EXCLUSIVO: Marta Hernández de 60 años, realizaba labores de limpieza al momento del atentado en el Sub Centro de Escuela Militar. Lamentablemente fue una de las personas que sacó la peor parte. Con una angustia tremenda nos relató cómo fue aquel fatídico momento.
Durante toda su vida esta mujer de 60 años, oriunda de Purranque, X Región, trabajó como asesora del hogar. Hace aproximadamente 7 meses decidió dejar estas labores y comenzó a desempeñarse en una empresa de aseo que presta servicios al sub centro del metro Escuela Militar.
Esta trabajadora sufrió la amputación de parte de uno de sus dedos y quedó con serias lesiones en sus piernas y cuello. Esto en la parte física, porque sicológicamente quedó aun peor. Nos asegura que no ha podido conciliar el sueño desde el día del atentado.
Hoy junto al apoyo de su pareja de más de 35 años, intenta salir adelante. Dar vuelta la página y olvidar lo vivido aquella tarde del lunes 7 de septiembre.
¿Hace cuanto tiempo trabaja ahí?
He trabajado por casi toda mi vida como asesora del hogar pero ya estaba cansada, era mucho trabajo todos los días, lavando, planchando, haciendo el aseo, cuidado a los niños, etc. Así que opté por cambiar de ambiente. Hace aproximadamente 7 meses llegué a esta empresa que se dedica a hacer el aseo. La verdad es que estaba conforme con mi trabajo, la pega era mucho más relajada. Entraba a la 1 y salía las 10 de la noche, me gustaba lo que hacía, pero nunca esperé esto.
¿Estaba muy lleno el centro comercial al momento del ataque?
Claro, si era la hora de colación. Estaba lleno todo. Fue realmente terrible. Yo justo estaba pasando el avión (máquina que limpia el piso), cuando de repente escucho una explosión y siento que vuelo por los aires. Una vez tendida en el piso miro mi mano y tenía una bola de sangre, no podía caminar las piernas me dolían mucho.
¿Y a sus otras compañeras de trabajo no les paso nada grave?
Gracias a Dios nada a nadie más. Yo fui la única. No me recuerdo bien el lugar exacto donde estaba, se que era cerca de el local Juan Maestro. Recuerdo que no perdí la conciencia en ningún minuto, sentí que algo me levantó para arriba y luego terminé en el suelo. Ese es el fuerte dolor que tengo en el cuello. Después me miré mi manito y era una pelota de sangre, todos los guardias y compañeros que estaban cerca corrieron a ayudarme, después de eso llegaron los encargado de emergencias y me trasladaron hasta la clínica.
¿Cómo se ha sentido estos días?
Estoy muy asustada, no puedo olvidar lo sucedido. Me cuesta mucho dormir, incluso me viene a ver un sicólogo y me han dado pastillas pero aún así no logro olvidar lo que paso. Lo bueno es que en todos los lados que he estado, me han atendido muy bien. Toda la gente muy simpática y preocupada de cómo esté. Aunque sé que no tengo para cuando salir de alta. No puedo moverme, aparte del mi dedo y mi cuello tengo las piernas muy adoloridas.
¿Tiene hijos usted?, ¿cómo está su familia?
No, somos los dos solitos con mi pareja Víctor. El es tan bueno, siempre está a mi lado y ahora está tan afectado como yo. Somos gente esforzada, gente trabajadora. Hace años nos vinimos a trabajar a la capital. Yo soy purranquina y cuando vieron mi foto en las noticias toda la gente de allá se asustó, lo bueno es que no paso a mayores.
¿Cómo se han portado en la empresa donde usted trabajaba?
Muy bien, me he sentido muy apoyada estos días. El jefe me vino a ver y me trajo un ramo de flores. Han estado preocupados de cómo estoy.