OPINIÓN: Los empresarios se aferran a la ley laboral que les regaló la dictadura “HACE YA 35 AÑOS”, con la cual han abusado y mermado los derechos de los trabajadores, destruido los sindicatos, llevándose todo el fruto del trabajo. Por eso se han activado, ante la posibilidad que ocurra algún cambio que le quite parte de sus privilegios legales.
Por Arturo Martínez, Secretario General de la CUT
Lo que el sindicalismo requiere es que se devuelvan los derechos que se les quitó cuando en el país no existía democracia y se perseguía y encarcelaba a quienes reclamaban. Éticamente esta es una legislación ilegitima, por cuanto se impuso por la fuerza y bajo amenaza a los trabajadores Chilenos, lo peor de todo es que durante 25 años de recuperada la democracia aún persiste y los sectores políticos no se han atrevido a cambiar en lo sustancial el actual código laboral.
La mayoría de los empleadores beneficiados por el plan laboral de Pinochet utilizan esta ley ilegítima y actúan como si fuese todo normal, con arrogancia y la prepotencia que los caracteriza, la defienden, chantajean y amenazan para que no cambie señalando que todo está bien, claro para ellos, pero para los trabajadores y trabajadoras es una constante negación diaria de sus derechos, lo que provoca injusticia y desigualdad
Por su parte el sindicalismo ha sido obligado a entrar a una cancha legal desigual, aun sabiendo que el resultado será siempre desfavorable, teniendo siempre sobre sus espaldas la amenaza de la pérdida del empleo y las malas condiciones laborales.
En este escenario desigual y de negación de derechos, no es de extrañar que el sindicalismo empiece a actuar fuera de este marco legal estrecho, por qué no le quedará otra opción.