ENTREVISTA: Una de las dirigentas más visibles y vocera de la Coordinadora Nacional de Trabajadores No+AFP explica las dificultades para aumentar las pensiones de las mujeres bajo el actual sistema previsional. Además se refiere a las propuestas presidenciales sobre la materia.
Por Felipe Menares Velásquez
¿En qué momento se encuentran como Coordinadora, una vez que han logrado socializar su propuesta técnica y realizar un plebiscito con más de un millón de votantes?
El plebiscito fue súper exitoso y estimulante para nuestro movimiento. Luego de manifestaciones multitudinarias y presiones ciudadanas bien potentes, nos dimos cuenta que ya no bastaba con marchar y que debíamos seguir en la lucha y en la movilización y arribamos a esta propuesta. De a poco fuimos agarrando empuje y sacamos la tarea que, en definitiva, tiene que ver con el plebiscito en el que participa más de un millón de personas, contra viento y marea, porque tuvimos cero difusión, obstáculos de algunas autoridades locales, mal clima y un montón de contratiempos. La gente confió en el movimiento y eso es súper importante.
Además, no deja de ser muy valiosa la capacidad, que sigue creciendo, de conformación de nuevas coordinadoras territoriales, que se siguen multiplicando a lo largo y ancho del país. Son autogestionadas y trascienden lo tradicional de las organizaciones sindicales, estudiantiles o vecinales. Son instancias súper plurales y diversas que están en esta demanda, que es muy sentida y que nos afecta a todos y todas.
La propuesta técnica que presentaron mantiene la edad de jubilación de las mujeres en 60 años, además incorpora un reconocimiento a las mujeres cotizantes debido a su mayor carga en labores domésticas y de cuidado y a la discriminación salarial en el mundo del trabajo. De esta forma, las mujeres sumarían dos años de cotización al cumplir cinco, y otros tres adicionales al cumplir diez años cotizados, completando así cinco años subsidiados en total. ¿Cuáles son las razones que impiden un mejoramiento de las pensiones de las mujeres bajo el actual sistema de capitalización individual?
Es una característica muy triste, pero muy presente en todas las condiciones de vida de esta sociedad patriarcal, en la que las mujeres vemos aún más desmejorado nuestro acceso a los derechos sociales. Por cierto, en el sistema previsional que se nos impuso, las pensiones de las mujeres son muy menores. Por ejemplo, en el sector público, que es “privilegiado” en el actual mercado del trabajo, sin lagunas previsionales, los hombres sacan de un 30 a un 33% de su renta en activo, aproximadamente. En el caso de las mujeres es el 25% de la renta en activo.
Dentro de todas las perversiones de este sistema, se calcula por expectativa de vida y ahí las mujeres “tenemos la mala suerte” de vivir más y, por lo tanto, no solo cotizamos menos y tenemos más lagunas por el tiempo que dedicamos a los cuidados de familiares, sino que además al calcular los exiguos montos que logramos acumular en nuestras cuentas, se calcula para garantizar el mayor tiempo de pensiones.
En nuestra propuesta incorporamos la perspectiva de género para restituir este derecho humano y, por tanto, generar estos mecanismos de acción positiva para considerar también esta merma que tiene la destinación del tiempo de trabajo a los cuidados y que no es trabajo remunerado en nuestra sociedad.
También decir que en la propuesta está contemplada la condición de garantizar una pensión a las dueñas de casa, que en su gran mayoría, jamás cotizan, es un trabajo súper valioso para la sociedad y para el desarrollo económico, pero en nuestras sociedades aún no tiene el reconocimiento y validación económica. Se da una garantía de pensión mínima, al nivel del salario mínimo.
Los defensores de las AFP sostienen que una de las medidas necesarias para incrementar las pensiones de las mujeres consiste en elevar su edad de jubilación. ¿Cuál es el argumento de la Coordinadora para descartar esa opción?
Es una más de las medidas que una no logra entender si no es desde la mirada economicista, que no tiene que ver con garantizar derechos, sino que con un criterio absolutamente financiero.
Se plantea desde los que defienden el modelo el aumentar la edad como una solución. En ese sentido, quieren echarle mano a un mecanismo de acción positiva que tenemos en el actual sistema y que teníamos en el sistema de cajas, que también permitía a las mujeres jubilarnos antes. Igual es en teoría, porque la verdad es que hoy las mujeres no se están pensionando a los 60 años, sino que muy después, porque finalmente pensionarse hoy es pasar directamente a la miseria.
Creemos que cualquier cambio paramétrico en un sistema de pensiones puede darse, toda vez que se den garantías en la conformación del sistema y que, por lo tanto, eso que se ha implementado en otros países desarrollados, en general, manteniendo una acción positiva a las mujeres, pueda generarse en un nivel de desarrollo superior al que hoy tenemos.
No estamos abiertos ni pensamos que pueda haber un atisbo de solución cargándonos la mata, nuevamente, a las trabajadores/as para buscar solución dentro del marco del actual sistema.
La propuesta de No+AFP considera una pensión contributiva de acuerdo con los montos y años de cotización. Uno podría sostener que las mujeres cotizarían menos, porque tienen una menor participación laboral (48% vs 71% en hombres), trabajan más en las labores de cuidado no remunerado (5,89 horas por día vs 2,74 horas, según INE) y sufren la brecha salarial de género (ganan un 21% menos, según la OCDE). ¿De qué forma crees que se podría estimular la participación femenina, por un lado y, por otro, reducir la brecha salarial?
El tema de la brecha salarial de género es súper complicado y de profunda modificación, que tiene que ver hasta en las áreas en que nos desarrollamos las mujeres, que son menos valoradas que otras áreas del sector productivo donde se desempeñan mayormente los hombres. Entonces, hay todo un proceso cultural que vamos en camino, pero que falta mucho.
En lo inmediato, es evidente que tenemos que hacer prevalecer y fiscalizar que a igual trabajo, misma remuneración. En eso hay varios sindicatos que estamos a la vigilia de que eso se vaya implementando. Es difícil, pero se está avanzando.
Por otra parte está la condición del trabajo no remunerado y ahí sí que hay un cambio paradigmático, que tiene que ver con valorizar las acciones de cuidado que hoy son desempeñadas, fundamentalmente, por mujeres y que no están siendo reconocidas con remuneración. También para el sector informal que, evidentemente, hoy no encuentra ningún atractivo a cotizar. Mientras no haya un sistema verdadero de seguridad social, que nos dé garantías, es muy difícil convencer a la gente.
Las mujeres destinan más tiempo que los hombres en labores domésticas (3 horas más, según la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo 2016), situación que impacta en las pensiones de las mujeres. ¿Debiera existir una discusión sobre los roles de género en paralelo al debate previsional?
Es súper importante hacer conciencia. Nosotros/as en los sindicatos estamos generando comités de mujeres, comités de género, para ir mirando esta condición de desigualdad y de a poco hemos empezado a trabajar.
Hemos involucrado a muchos compañeros, que empiezan a darse cuenta que cuando compartimos labores, que cuando nos comprometemos de verdad en la construcción de una sociedad más justa y más igualitaria, también ellos deben poner de su parte para compartir las funciones de cuidado.
El proyecto de Nuevo Ahorro Colectivo presentado por el Gobierno considera elevar las cotizaciones en 5%, de los cuales tres puntos irían a una cuenta de ahorro personal heredable del trabajador y los otros dos se destinarían a un mecanismo de solidaridad para mejorar las pensiones de los actuales jubilados, las pensiones futuras y crear un fondo de incentivo para las mujeres que decidan postergar su edad de jubilación. ¿Cómo evalúas esta iniciativa? ¿Es un aporte para el aumento efectivo de las pensiones de las mujeres?
Los tres proyectos de ley que ha ingresado el Gobierno al parlamento tienen un poquito de cosas que pudieran darnos alguna esperanza, pero sin duda para nosotros son absolutamente insuficientes.
Primero, esto del bono mujer sigue en una perspectiva muy asistencial, no genera grandes cambios.
El generar un nuevo sistema público para administrar una parte de este adicional de las cotizaciones también es absolutamente insuficiente, porque no le quita el usurero negocio que tienen las AFP.
Estos proyectos de ley no se han atrevido a modificar el privilegio y nivel de abuso que tienen los dueños de las AFP y, por lo tanto, son muy marginales e insuficientes, respecto de verdaderas soluciones.
¿Cómo observan el panorama eleccionario? ¿Hay posibilidades reales de incrementar las pensiones con base a las propuestas de ambos candidatos presidenciales?
Como Coordinadora, antes de la primera vuelta convocamos a todos los candidatos/as a conversar. Tuvimos acercamientos con todos los sectores, incluso con (Manuel José) Ossandón, no así con (Sebastián) Piñera y (José Antonio) Kast.
Lo que plantea el programa de Piñera no tiene ningún atisbo de solución. Respecto de lo que ha planteado Guillier, es bien insuficiente, está en la línea de continuar con lo que ha planteado el actual Gobierno y, por lo tanto, se repite nuestro análisis de que no existe la solución definitiva y la capacidad real de escuchar de los representantes.
Por ahí el candidato (Guillier) ha dicho en algunos medios que sí está por terminar con las AFP, pero luego sus asesores dicen lo contrario. La verdad es que no tenemos claridad en lo formal y en lo concreto.
No quiero decir que no tenemos esperanza, porque es lo último que se pierde, pero hasta el momento, ninguno de los dos candidatos está tomando la posición de defender realmente a la ciudadanía y reinstalar un sistema previsional.