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OPINIÓN – Cambiar la Junaeb o seguir marcando el paso


[22 de septiembre 2023] Difundimos la columna de opinión de la Directora Nacional de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF)- Fenaedup e integrante de la plataforma Sindicalismo con Nosotras, Carolina Pizarro, referente a la necesidad de hacer un cambio estructural en la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (JUNAEB), que favorezca tanto a estudiantes como a las y los trabajadores de la institución.

Cambiar la Junaeb o seguir marcando el paso

En la última década, la percepción pública hacia la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (JUNAEB), organismo encargado de brindar apoyo a estudiantes en situación desventajada, se ha deteriorado significativamente debido a la insatisfacción por cobertura y/o calidad de sus programas (especialmente el de alimentación), así como por los escándalos de corrupción que la han afectado. Inicialmente, JUNAEB se centró en proporcionar alimentación y apoyos a estudiantes de bajos recursos para incentivar el acceso a la educación y así, reducir desigualdades. Durante la dictadura, se limitaron los apoyos, se externalizó el servicio de alimentación (PAE) reduciéndose drásticamente la institución en tamaño como en servicios. Posteriormente, y durante los 30 años de gobierno de la ex Concertación, se retomaron y fortalecieron programas mientras la gestión institucional se mantenía estable al igual que la continuidad laboral, hasta el gobierno de Piñera en 2010, que puso en evidencia la inestabilidad y desprotección laboral. Posteriormente, el escándalo de corrupción bajo la dirección de José Miguel Serrano en el segundo gobierno de Bachelet empañó la imagen de la institución y la honra que orgullosamente portábamos.

Se fueron evidenciando irregularidades e insatisfacciones públicamente, mientras Junaeb, renunciaba sistemáticamente a fortalecerse. Su escasa capacidad de control y con ello, de garantizar los servicios a la comunidad escolar mostraba sus limitaciones en diversos informes de la Contraloría General de la República, comisiones investigadoras de la cámara de diputados y diputadas, y diversos reportajes periodísticos. Se instalaba entonces, esta debilidad como una condición casi imposible de cambiar, la que obviamente aprovecharon las empresas prestadoras  de alimentación escolar, que pese a los incumplimientos sabían no serían detectadas y en caso de tener el infortunio de serlo, difícilmente serían multadas.

Frente a esta tierra fértil para el abuso empresarial, se podría pensar que las diversas autoridades a cargo de llevar adelante la misión de Junaeb se esforzarían para superar esta dificultad estructural, que apostarían por aumentar la dotación para la supervisión y control, que se invertiría en mejores sistemas y fortalecería el área de multas, que se exigiría más para devolver la dignidad que el lucro le ha quitado a alimentación para las y los estudiantes. Pero no ha sido así, al contrario, parecieran haber renunciado a ello y se han dedicado a profundizar aún más esta debilidad estructural, entregando más garantías a las empresas, disminuyendo las facultades institucionales para exigir, controlar y sancionar, y profundizando al límite, la tercerización de servicios, donde la administración de Jaime Tohá fue su más ferviente defensor, que en lugar de intentar aumentar la dotación, justificó la contratación de servicios externos para el procesamiento de multas y control de pagos.

Para entender la dimensión de la tercerización, cabe considerar que en Junaeb somos menos de 1.000 trabajadores y trabajadoras, mientras quienes lo hacen de manera subcontratada para implementar los programas son alrededor de 40.000. De esta forma el Estado ha propiciado además del lucro a costa de quienes más necesita, una fuente laboral que precariza a sus trabajadorxs, tanto así, que ni siquiera se aseguran las condiciones de seguridad (cabe aquí mencionar el lamentable caso de una manipuladora fallecida por falta de mantención de un montacargas en un jardín infantil de Valparaíso).

La evolución que hemos vivido y observado no permite ver el futuro de manera auspiciosa para trabajadores ni para estudiantes, por lo que se requiere tomar decisiones importantes, decisiones que cambien el rumbo que la fuerza que la inercia neoliberal tiende a mantener. A 50 años del golpe cívico militar, que tuvo también consecuencias en la concepción y sentido de la acción estatal, vale la pena preguntarse si hoy debemos seguir manteniendo una estructura y modo de gestión que perpetúa la focalización y la subsidiariedad como pilares de la gestión pública, entregando la provisión de servicios básicos como salud y alimentación a privados que buscan maximizar sus ganancias a costa tanto de la calidad de los servicios que otorgan como de los empleos que generan.

Dar un salto cualitativo, fortalecer la institucionalidad para que pueda de verdad proteger, cuidar, acompañar pero sobre todo potenciar el desarrollo de las infancias, adolescencias y juventudes nos exige mirar nuestro origen pero también nuestro futuro y desafíos país. No basta con hacer un cambio de organigrama, aumentar el presupuesto institucional o mejorar las condiciones laborales, se trata de mirar el futuro y transformar la forma de entender la misión que Junaeb debe cumplir para Chile, haciéndola fuerte, robusta, dándole poder a las familias que habitan nuestro país y juntos cuidar, apoyar y potenciar el desarrollo de todas las personas desde el espacio educacional; y al mismo tiempo, fortalecer su dotación en cantidad, capacidades y oportunidades de desarrollo.

Por eso, ante la posibilidad y necesidad de cambiar nuestra ley orgánica, que data de 1964, es necesario y urgente aunar esfuerzos de trabajadores y trabajadoras, de actores sociales y políticos, de estudiantes y comunidades educativas, para construir una institución que responda y garantice la dignidad en la alimentación como en todos los programas y/o servicios que entrega. Si no somos capaces de reconstruir nuestra institución- que es de todxs- seguiremos siendo espectadores de un baile en el que ni trabajadores ni estudiantes tenemos ni tendremos un lugar.

Carolina Pizarro Donoso

Directora Nacional ANEF- Fenaedup

Plataforma Sindicalismo con Nosotras