NOTICIA: Con 67 votos a favor, 42 en contra y 1 abstención, la Cámara de Diputados dio el paso para que el proyecto pase ahora al Senado. Desde las organizaciones sociales las opiniones son diversas.
[Valparaíso, 18 de junio de 2015] Fue un debate áspero, duro y que se prolongó por cerca de 10 horas en la Cámara de Diputados, pero finalmente, la reforma laboral impulsada por el gobierno fue aprobada, pese a la oposición de los partidos de derecha.
Tras el paso definitivo para que el proyecto avance al Senado, autoridades de todos los sectores entregaron su opinión sobre lo que viene para uno de los temas claves del gobierno de la presidenta Michelle Bachelet.
La ministra del Trabajo, Ximena Rincón criticó a los disidentes, indicando que “yo invito a que nos sentemos y entendamos el sentido de este proyecto. Un sector del empresariado no quiere esta reforma y ayer yo escuchaba a parlamentarios de oposición y la verdad es que era escuchar a dirigentes empresariales cuando decían esta no es una reforma laboral es una reforma sindical”.
EMPRESARIOS
Segismundo Schulin-Zeuthen, vicepresidente de la CPC, fue crítico de la reforma y espera que “en el Senado se puedan conversar e introducir cambios que en definitiva faciliten la relación laboral entre empresas y trabajadores; y que, por otro lado, no se produzcan discriminaciones entre trabajadores de una misma empresa y lo que para nosotros como banca es fundamental”.
Por su parte, Roberto Fantuzzi, presidente de Asexma, aseguró que “si no nos sentamos a la mesa a buscar consenso, yo creo que es el único camino de salida que tenemos. Es un consenso con distintos actores sociales, no solo las grandes empresas y el gobierno. Aquí están involucrados los trabajadores, los empresarios”.
Las opiniones del mundo sindical
Desde la CUT, indicaron que este plan es un avance para el país, enfatizando que “Si no se hacen estos cambios, Chile no va a poder dinamizar su economía. Si la reforma sigue avanzando le estamos permitiendo a Chile un mundo sindical como aporte al desarrollo, sin trabajadores con derechos e incluidos, es imposible que nos desarrollemos plenamente”, acotó Bárbara Figueroa.
Óscar Olivos, presidente de la CAT, se mostró conforme, pero también criticó la reforma indicando que “me hubiese gustado que se legislara la negociación por rama, el despido por necesidad de la empresa, pero lamentablemente no estuvieron dentro de la reforma, pero para nosotros es un avance, no es lo óptimo, pero tenemos que continuar trabajando en pos de los sindicatos. En el Senado espero que tengamos cosas nuevas, porque faltan algunos temas”.
El presidente de la UNT, Segundo Steilen valoró los avances precisando que “nosotros compartimos en un 90% con la reforma porque creemos que es sobria y apunta a resolver problemas de alta demanda del sector privado. Existen ejes importantes, porque nosotros como UNT participamos en el documento con el gobierno, pese a que ellos quieren reconocer a otra central, pero lo importante es que los trabajadores obtengan frutos”.
Javiera Pérez, directora nacional de Constramet, dio a conocer la postura de la colectividad, acotando que “nosotros hemos sido críticos del proyecto. Eso sí, hemos estado alineados a la voz de los trabajadores en causas laborales. Valoramos la inclusión de diferentes confederaciones, y las indicaciones que nosotros hicimos se vieron reflejadas, por eso no hemos que esto sea un proceso negativo”.
También hubo voces más disidentes. 40 sindicatos entre los que están el de Entel, Walmart, Asmar, Falabella, entre otras organizaciones (VER ACÁ LISTADO COMPLETO) criticaron la aprobación por parte del poder legislativo, por temas técnicos y que no fueron analizados.
En una declaración pública aseguran que “no todos los sindicatos podrán negociar colectivamente en forma reglada, solo podrán hacerlo aquellos que al momento de presentar el proyecto de contrato colectivo representen al menos el 10% de trabajadores de la empresa o a 250 de ellos, creando las condiciones para favorecer despidos masivos previos a la negociación colectiva, con la intención de rebajar dicho quórum”.
Asimismo, añaden que “se reconoce como ‘piso de la negociación’ el instrumento colectivo anterior pero sin reajustes (ni siquiera IPC) y además le permite al empleador negarse a suscribir un contrato colectivo con dicho piso “cuando las condiciones económicas de la empresa así lo justifiquen, lo que supone un retroceso respecto de la norma actualmente vigente”.
En julio comenzará un nuevo debate en el Senado, instancia en donde se podrán ingresar nuevas indicaciones al proyecto de ley, que ya pasó su primer escollo.