NOTICIA: El presidente del sindicato acusó que la empresa no quiere firmar el contrato colectivo a 36 meses, a pesar de que la Reforma Laboral que entra en vigencia en abril de 2017 eliminará la posibilidad de llegar a acuerdos por 48 meses.

[Santiago, 20 de diciembre 2016] “Históricamente hemos firmado por 36 meses”, afirmó Mario Triviño, presidente del sindicato ServiEstado. La organización sindical que reúne a 1400 trabajadores no ha llegado a acuerdo principalmente por este punto, que para ellos es primordial, “porque la ley (reforma laboral) va a acortar los períodos, entonces, es impresentable que negociemos a 48 (meses)”.

Durante esta jornada el sindicato realizó un punto de prensa en conjunto con la presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Bárbara Figueroa, quien señaló: “No se está hablando de una norma de excepción, porque ya otras filiales de BancoEstado que negociaron a 36 meses, y este sindicato lo ha hecho con anterioridad. Lo único excepcional en esta oportunidad es la tozudez con que el empresariado está actuando para tratar de dilatar lo más posible la firma del contrato colectivo”.

En su séptimo día de huelga, los trabajadores también destacaron algunas condiciones laborales que no se condicen con la época que vivimos.

“En este tiempo aún existen problemas de infraestructura, tenemos sucursales sin baño, eso es impresentable para una institución de aportes públicos como BancoEstado. Entonces, les pedimos también un compromiso en esa área, con fechas y todo, para establecer un plan de acción y que así los trabajadores, nuestros socios, puedan desarrollar sus labores de manera digna y conforme a lo que es la normativa legal vigente”, solicitó Triviño.

De parte de la directiva sindical y desde la CUT, especulan que la empresa está apostando a una estrategia de desgaste de la movilización.

Por ello, Figueroa invitó a que: “Terminemos con la lógica de tratar de derrotar a los movimientos sindicales y entendamos que somos aliados, que acá poder avanzar, tener diálogo, es beneficioso no solo para las partes involucradas, también lo es para el país, para los usuarios de los servicios, que finalmente se ven afectados cuando tenemos que llegar a situaciones como estas. La huelga no es un deporte para los trabajadores, es agotadora y provoca una situación de angustia. No estamos jugando, este es el último mecanismo cuando no podemos llegar a un diálogo fructífero”.

El llamado de parte de los trabajadores es a que la empresa pueda acoger sus demandas y que no vuelvan a bajar la oferta. Según señaló Triviño, la última propuesta que puso sobre la mesa la empresa fue mucho más baja que la que hicieron durante los buenos oficios y “probablemente lo vuelvan a hacer con el objetivo de debilitar el movimiento”.