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El trabajo rural, como precarización del trabajo femenino


REPORTAJE: La OIT en conjunto con la FAO, publicaron la tercera versión de “Notas sobre trabajo rural”, en el que se informa sobre la precarización laboral y escasa protección social para las mujeres que trabajan en zonas rurales. Poniendo énfasis en aquellas que trabajan como temporeras. ¿Como será la situación de la mujer chilena? A continuación en el siguiente informe de Sindical.cl.

Por Paula Ampuero

Los organismos pertenecientes a la ONU llevan 3 años realizando este documento, “Notas sobre trabajo rural”, y esta, su tercera versión, se enfoca en el trabajo que realizan las mujeres en zonas rurales. Dividen las labores realizadas por área de ocupación y dan un panorama general de lo que sucede en América Latina y el Caribe.

Si bien existen diferencias entre los países y por el área de desempeño, estos trabajos tienen en común la precariedad del empleo; porque en general son inestables, con altos niveles de informalidad y casi sin cobertura de protección de social, según este informe. Cuestión que decanta en que el trabajo rural, tenga una elevada incidencia en el nivel de pobreza de estas trabajadoras.

En el informe también se habla sobre los contratos de trabajo, que según lo que se señala, es  un documento que debería garantizar buena calidad de un trabajo, pues tutela los derechos de quienes son contratados y fija sus obligaciones y las de su empleador; pero según consigna el material realizado por la OIT y la FAO, no en todos los casos tener un contrato garantiza tener un buen empleo.

En muchos casos los contratos no cumplirían de manera correcta las funciones enunciadas para las temporeras agrícolas de América Latina y el Caribe, porque las legislaciones bien, no proporcionan información suficiente para la cobertura de este segmento laboral o porque, si fuera así, hay brechas en la manera en que se aplica.

El empleo rural en cifras

Las mujeres representan al 35% del total de trabajadores rurales en la región de América Latina y el Caribe; y sus labores se dividen entre agricultura, industria y servicio, siendo la agricultura la que da más trabajo a las mujeres, pero en muy malas condiciones. Es en esta área donde se encuentran las que realizan labores por temporada, las llamadas “temporeras agrícolas”.

En la división por tipo de ocupación, el trabajo en industrias, que según consigna el documento es en industrias agrícolas, es el área con menor porcentaje de ocupación en la región. Le siguen el empleo en servicios, que en países como Chile, México, República Dominicana, Costa Rica y Panamá es el sector donde hay más mujeres empleadas.

Hablando de categoría ocupacional, sólo el 5% de las mujeres son empleadoras, en tanto un 35% son asalariadas; mientras que la mayor cantidad está trabajando por cuenta propia o en actividades no remuneradas, ocupando el 60% del total de mujeres de la región.

El caso chileno

En Chile, país en el que la población femenina es mayoría, sólo el 44% están empleadas, cifra que está muy por debajo del 72% de hombres que tienen trabajo, según la encuesta Casen del año 2011. Aunque en general las mujeres de las zonas rurales trabajan en la agricultura, el caso chileno es distinto, pues sólo el 32% se dedica a desarrollar la actividad agrícola y la mayoría, el 62%, está ejerciendo actividades correspondientes al área de servicios.

En “Notas sobre trabajo rural”, se hizo un estudio de siete casos; y en el caso chileno, en relación a los contratos de trabajo para las mujeres de zonas rurales, se evidenció: “el no pago de vacaciones, a el 81% de asalariadas; días por enfermedad, a 36%; cotización previsional y de salud, a 4,3%; y seguro de desempleo, a 20,3%. Además al 50% no se le otorgó permiso por maternidad y 96,6% no tuvo acceso a servicios de guarderías infantiles”.

Aunque también se valora el hecho de que en el caso estudiado, correspondiente a la región de O’Higgins, haya un 69% de temporeras agropecuarias con contratos firmados; que es en definitiva muy distinto a un caso mexicano expuesto en el documento, en el que según la Encuesta Nacional a Jornaleros de ese país, solo el 9.5% de las jornaleras en el estado de Sinaloa tiene un contrato de trabajo.

Medidas para evitar la precarización del empleo

La informalidad laboral, las violaciones a las legislaciones de trabajo tanto para los migrantes como los nacionales; que en definitiva son la ausencia de contratos de trabajo o, su existencia, pero en malas condiciones y, el abuso de las empresas de la subcontratación, las razones que están a la base de la precarización del empleo y que, por cierto, que hay que superar.

Con este fin la OIT y la FAO, recomiendan a los países de América Latina y el Caribe, que avancen en la formalización del empleo y una definición clara de la figura del empleador. Para estos propósitos en algunos casos, se tendrá que realizar reformas en las legislaciones y en otros, se requerirá mayor control y mejor aplicación de las normas que ya existen mediante la intervención de la inspección del trabajo.