El movimiento del mundo sindical en dictadura cobra una gran relevancia, por su rol en defensa de los DD.HH. También fue uno de los sectores de la sociedad más golpeados, aun en esa realidad, fue el primero en reorganizarse entre sí.

Desde 1977 se comienzan a articular diversas organizaciones sindicales de carácter nacional, la Coordinadora Nacional Sindical, la Central Democrática de Trabajadores, el Frente Unitario de Trabajadores, La Confederación de Empleados Particulares, y la poderosa Confederación de Trabajadores del Cobre.    

Dentro de las muchas formas de represión que se dieron, en contra de los trabajadores fue la creación del Plan Laboral, como una forma de legalizar la violencia a la libertad sindical, debilitando al mundo laboral, de hecho, hasta hoy tenemos sus consecuencias. 

A diferencia de los países desarrollados, el Plan Laboral permitió la Negociación Colectiva sólo al interior de la empresa, esto inhabilita a los sindicatos interempresa, lo mismo sucede con las Federaciones; no puede representar a sus sindicatos bases, en la N. Colectiva, además se restringen las materias que se pueden negociar colectivamente, se debilita la huelga, ya que el empleador se faculta para que pueda reemplazar al huelguista. 

En 1981 se disolvieron los juzgados del Trabajo, y las causas relacionadas en este, se trasladaron a juzgados Civiles.   

Con la nueva situación del país, el sindicalismo intenta sobrevivir tomando un rol defensivo, intentando defender la vida de sus afiliados que eran perseguidos, al mismo tiempo intenta mantener viva la organización y defender en lo posible los intereses de la clase trabajadora. En el periodo que se extiende hasta 1978, el movimiento no posee intermediarios como antes (partidos políticos) y se ve en la obligación de recurrir a organizaciones internacionales para denunciar la violencia que estaban sufriendo de parte de la dictadura. (Lira & Rojas 2001)

La OIT, fue uno de los organismos a los que recurrió el sindicalismo nacional, pero también lo hizo con la Iglesia Católica, especialmente con la Vicaria de la Solidaridad y la Vicaria Pastoral Obrera.

Desde su creación el año 1977, la Vicaria Pastoral Obrera tomo gran relevancia en el mundo sindical, acentuando su quehacer en entregar capacitación y formación sindical al mundo del trabajo, también en la férrea defensa a los y las trabajadoras que sufrían violación, persecución y represión del Estado.

Irene Celis Ramírez

Encargada Programa Asesoría Laboral

Área Animación Laboral, Vicaría de Pastoral Social Caritas