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OPINIÓN “Los paros no cumplen un rol de presión importante”


2017109 F. Caballero columnaOPINIÓN: “Transcurridos 24 años de constituida la Mesa del Sector Público (MSP), su metodología; alcances y efectividad esbozan sus limitaciones y agotamiento para tratar los problemas de los trabajadores públicos”.

Por Fabián Caballero, vicepresidente de Formación Sindical y Capacitación de la CUT y presidente de FEMEFUM.

[Santiago, 19 de octubre de 2017] A más de dos meses que la MSP solicitó negociaciones formales con el Gobierno, su dilación tiene como responsables directos al Ejecutivo, -que conoce el proceso como un manual-, y por otra parte, al propio “método de negociación”, cuya concepción permite fijar objetivos, pero no asegura el cumplimiento de ellos, como los hemos evidenciado en el último tiempo.

A pesar que restan sólo 45 días para finalizar la discusión parlamentaria sobre el presupuesto público, pareciera no importar al gobierno no tener una posición clara sobre el monto del reajuste; los criterios económicos de los aspectos auxiliares y definiciones concretas a los planteamientos sectoriales de los gremios. Algunos creen que el parlamento jugará un rol importante en la defensa del pliego, cuando a lo que más se comprometen los honorables, es a abstenerse de las decisiones, entregando una clara señal de apoyo al gobierno.

Ahora bien, el carácter excluyente en el diseño del pliego y la ausencia de plebiscito en todo su proceso, ha incubado en los trabajadores un sentimiento de baja valoración e identificación con los métodos de negociación y movilización. La burocracia sindical y la escasa participación de la base en las decisiones de los gremios nacionales nos desafían a replantear la composición; carácter; método; contenidos y funcionamiento de la Mesa.

El gobierno aprovechando la vulnerabilidad sindical dada por la dispersión política y orgánica de los trabajadores, usa el chantaje como instrumento de contrapeso enviando al parlamento un proyecto sin acuerdo de la Mesa. Los 15 gremios no logran constituirse en fuerza real asociada al pliego, y los paros no cumplen un rol de presión importante, pues los propios dirigentes los dejan caer antes de implementarlos. En definitiva, el gobierno enfrenta sin problemas el costo político del proceso desplegando una eficiente contención para propinar certeros recortes al patrimonio económico de los trabajadores públicos.

Respecto de nuestro sector municipal, éste no ha tenido en años un rol relevante en el proceso de negociación. Los representantes de los trabajadores municipales en la mesa no aportan aspectos significativos sobre nuestra identidad municipal; nuestros problemas y nuestras aspiraciones sectoriales. Hemos planteado en reiteradas ocasiones y en diversos escenarios, que lo trascendente e inédito para los trabajadores municipales sería que la Mesa incorporara una negociación directa con nuestros verdaderos empleadores, los alcaldes. De no plantearse de esa manera, el pliego y los métodos de movilización serán inútiles para nuestro sector y generarán grados de frustración, pues el “fisco” no es nuestro empleador, en consecuencia no podemos negociar con él condiciones laborales y salariales.

Transcurridos 24 años de constituida la MSP, su metodología; alcances y efectividad esbozan sus limitaciones y agotamiento para tratar los problemas de los trabajadores públicos. Requerimos de un organismo cuyo carácter logre convocar y generar consensos para enfrentar las grandes tareas trascendentales del sector público, como lo son: fijar posición frente al denominado “Proceso de Modernización del Estado,” que ha traído como consecuencia, reducción del aparato público; externalización de las funciones propias del Estado, precarización laboral y el encarecimiento de las prestaciones sociales a la población.