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EDITORIAL – Ley de 40 horas: una buena noticia para el mundo del trabajo


Web OPINIÓN Recientemente fue promulgada la Ley que rebaja la jornada semanal de trabajo a 40 horas. Esta Ley que estuvo tramitándose durante seis años en el congreso, es una buena noticia para el mundo del trabajo, para los trabajadores, trabajadoras y para sus familias. Tal como señaló la moción del proyecto de ley, la iniciativa tenía como objetivo una mejora en la calidad de vida de los trabajadores el país, objetivo que pone directamente la persona en el centro del mundo del trabajo, reconociendo que de dicha centralidad debe partir por avanzar en condiciones cada vez más bienestar y ese bienestar considera tener mayor tiempo para el descanso, el ocio y la vida familiar, entre otras actividades.

El descanso, así como el trabajo, son derechos complementarios a los que todos y todas deberíamos poder acceder ya que se fundamentan en el reconocimiento de la dignidad transcendente de toda persona. Dicho de otro modo, el descanso es parte del trabajo y cobra mayor relevancia cuando ese descanso permite fortalecer el desarrollo personal y espiritual.

El Pensamiento Social de la Iglesia, ya desde León XIII, en la Enciclica Rerum Novarum, presentaba el descanso festivo como un derecho del trabajador que el Estado debe garantizar. En consecuencia, “Las autoridades públicas tienen el deber de vigilar para que los ciudadanos no se vean privados, por motivo de productividad económica, de un tiempo destinado al descanso y al culto divino”.

El Papa Francisco, en su discurso a la Confederación Italiana de Sindicatos de Trabajadores en el año 2017 señaló que “Por supuesto, la persona no es sólo trabajo. Tenemos que pensar en la sana cultura del ocio, de saber descansar” y agregó que “Es por tanto urgente un nuevo pacto social humano, un nuevo pacto social para el trabajo, que reduzca las horas de trabajo de los que están en la última temporada laboral para crear trabajo para los jóvenes”.

La Iglesia ha afirmado, además, que el trabajo y familia están íntimamente vinculados ya que a través del trabajo humano se deberían poder asegurar los medios de subsistencia y garantizar el proceso educativo de los hijos, entre otros, sin embargo, muchas de las tendencias que caracterizan la vida laboral actual afectan a la familia y a su desarrollo. Par superar esta contradicción es necesario que las empresas, los sindicatos y el Estado promuevan las políticas laborales que favorezcan el desarrollo familiar. En este sentido, la aprobación de la Ley que reduce de 45 a 40 horas la jornada laboral en Chile es una buena noticia y avanza en la línea correcta. Es muy destacable que el proyecto haya contado con una abrumadora mayoría en ambas cámaras por lo que instamos a que otras iniciativas que pongan en centro a la persona, a las familias y al desarrollo humano sean impulsadas y aprobadas para avanzar en condiciones de mayor dignidad para todas las personas.

Luis Berrios, Secretario Ejecutivo de la Vicaría Pastoral Social Caritas