ENTREVISTA: Hace poco, los trabajadores del aseo pertenecientes a la Municipalidad de Santiago se movilizaron para solicitar el pago de días compensatorios y horas extras que la Corporación para el Desarrollo de Santiago, de la cual dependen, no les cancelaba desde el año 2008. A raíz de esta protesta, se evidenció una cara de la precaria realidad que enfrentan los trabajadores del aseo municipal en nuestro país. Conversamos con uno de los trabajadores, para ver cuáles son sus demandas y principales anécdotas.
Luis Hernández es delegado sindical y trabaja hace 6 años como auxiliar de aseo de la Cordesan. A sus 42 años se declara encantado con su trabajo y con la intención de continuar en él. Todos los días desde las 7:00 am, este hombre parte con su reproductor de música y su carro con herramientas a barrer las calles del sector Rondizzoni, donde tiene de compañeros a varios trabajadores sobre los 60 años.
Reconoce que este es uno de los principales motivos que lo ha impulsado a inmiscuirse en el mundo sindical, para pelear por los derechos laborales de sus compañeros de trabajo. Las demandas y principales problemas de un oficio, que según este trabajador, es mirada en menos por la población, en la siguiente entrevista.
¿Cómo llegó a este trabajo?
Trabajé harto tiempo para una empresa de buses argentino, pero un día la empresa quebró, luego de eso me quedé harto tiempo cesante hasta que se me dio la oportunidad de trabajar en la empresa privada Genco, como supervisor y chofer de camiones. Luego esta empresa hizo un traspaso de funcionarios al municipio de Santiago para trabajar haciendo aseo. Me pidieron que siguiera como supervisor de aseo, pero a pesar de la plata, yo me negué. Preferí el trabajo en la calle y conversar con la gente.
¿Esa fue la razón por la cual no quiso ser supervisor?
En realidad fue porque no me gusta mandar a los demás, aparte sin son viejitos como acá, es peor estar mandando. En mis años como supervisor en Genco, aprendí que no sirvo para eso. Soy feliz haciendo esta pega, porque me considero bastante comunicativo. Me gusta hablar con la gente todos los días, saludarlos, preguntarles cómo están. Uno se arma su rutina acá.
¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?
Como le decía conversar. De repente, ayudo a la gente a cortar el pasto o a barrer las veredas. Esa es una “gauchada” que hace uno, porque por estatuto municipal es obligación de los vecinos barrer su parte de la vereda y ahí a cambio de la ayudita, ellos me dan unas monedas o un sanguchito. Esa es otra cosa que me gusta de acá, que uno no pasa hambre jaja.
¿En qué consiste su trabajo?
Yo recojo la basura y barro todo lo que es la cuneta de las veredas. Con precaución que no me pase a llevar ningún vehículo. Siempre ando con el carro con las herramientas adelante y en contra de los vehículos para que no me pase nada.
¿Cuentan con seguro en caso de accidentes?
Gracias al sindicato, la Corporación nos dio un seguro de 15 millones de pesos que cubre accidentes del trabajo o accidentes naturales. Antes no teníamos nada. Con respecto a este seguro, si es que a mí me llegara a pasar algo, ni Dios quiera. Firmé para entregárselos todo a mis tres hijos.
¿Cuántas cuadras barren a diario?
Yo en particular, barro en promedio 20 cuadras diarias, desde la calle Matias Causiño hacia Mirador por Rondizzoni y luego hacia adentro hasta la calle Pedro Montt. Son todas cuadras cruzadas. Obviamente la gente de más edad barre menos que uno, además les entregan calles más limpias. Nuestro olfato ya está acostumbrado. Va a sonar extraño, pero a mí me da asco el olor de la basura de mi casa, pero acá en la pega no me da asco. Supongo que uno hace diferencias entre las basuras, porque no le encuentro otra explicación a esto.
Aunque debo confesar que acá nunca me he encontrado con algo raro. Hay gente que en otros lugares se ha encontrado hasta con fetos. No ha sido mi caso.
¿Tiene alguna anécdota que contar de sus años trabajando como auxiliar de aseo?
Cuando trabajaba en bario Meiggs, veía todos los días el tema de los cambiazos y asaltos a las mujeres. Era terrible, porque uno tampoco se podía meter. Acá en Rondizzoni he visto un montón de asaltos a almacenes y bancos. El último acontecimiento importante fue que asaltaron un banco. En esta ocasión, a un compañero mío casi lo atropella el auto con los asaltantes. Hemos tenido que protegernos de los balazos cuando hay estos asaltos así, pero yo prefiero mil veces este lugar que al Barrio Meiggs, donde trabajaba antes. Allá es demasiada la delincuencia. Cuando estuve ahí, recuerdo que teníamos que andar a la defensiva con la gente, porque hay mucho delincuente que se cree superior y a uno lo miraban en menos por trabajar haciendo el aseo. Producto de esto, nos encontrábamos billeteras y cadenas botadas de los asaltos.
Cuando Carabineros decomisaba a los comerciantes ambulantes. Nosotros teníamos que botar toda la comida a los contenedores con instrumentos de cocina incluidos.
Yo después le devolvía los instrumentos a la gente. Imagínate, botábamos termos y hasta freidoras. Uno sabe que esas cosas cuestan, independiente que no tengan permiso, son trabajadores igual que uno, así que ahí uno les hacía la “gauchada”.
¿Con el sueldo que usted gana logra mantener a su familia?
Yo soy separado, a mi hijo mayor ya no lo mantengo, él es independiente, pero me alcanza para colaborar con las dos más chicas. Gracias a Dios, me he sabido mantener bien con lo que gano, porque soy ordenado con mis cuentas.
¿Qué lo motiva a seguir en esto?, Es una persona joven, podría buscar otro trabajo.
A nosotros nos miran en menos la gente por trabajar en la calle recogiendo basura, pero ¿sabe qué? Esta pega no la hace cualquiera. Yo no me demoraría ni un mes en conseguir otro trabajo, porque tengo contactos en un montón de lados, pero esto me gusta por la cercanía que uno tiene con las personas. Aparte que a mí siempre me ha gustado andar en la calle, para qué le voy a mentir. Me relajo con esto. También me motiva ayudar a mis compañeros viejitos, porque ellos confían harto en mí por el tema de los abusos laborales.
¿Tiene muchos compañeros viejitos?
En este sector habemos dos personas menores de 60 años trabajando. Los demás son puros viejitos, porque el sector igual es tranquilo. Hay algunos viejitos que incluso tienen que mantener a sus nietos. Tenemos hasta un jubilado de 75 años y por ellos yo lucho, porque acá durante años se abusó de los trabajadores. A nosotros nos vigila que tengamos todo limpio un supervisor de limpieza de la Corporación Municipal de Santiago. Antiguamente nos supervisaba un inspector municipal externo a la empresa y ellos sí que fueron patrones de fundo con nosotros. Nos hacían venir los domingos por obligación y trabajar horas extras sin pago. Eso era lo malo de desconocer las leyes laborales, que no reclamábamos nada.
¿Ahora conocen sus derechos laborales?
A mí me han querido sacar 2 veces de acá de la zona los jefes, porque soy peleador. Al ser delegado del sindicato he aprendido que lo básico es que no pueden abusar de la gente. Al momento de exigir que nos sacaran a los inspectores, los jefes municipales se enojaron. Ahora ya no pueden hacer lo que quieren como antes, porque sabemos más.
¿Cuáles son los problemas laborales que tienen los auxiliares de aseo?
Nosotros ya realizamos un atraso masivo porque no teníamos idea que era obligación que nos pagaran los días compensados desde el año 2008. En vez de pagarnos 9 horas de servicio, nos pagaban 7. Pedimos básicamente que nos compensaran los domingos y las horas extras que trabajábamos en un comienzo. Con una sola acción que realizamos el municipio accedió a pagarnos la mitad de lo que nos debían. Cuando hace una semana atrás, no querían pagar nada.
¿Se sienten valorados en estos momentos por las autoridades de la municipalidad?
No mucho, ellos no entienden que nosotros hacemos lo mismo que hacen los trabajadores del aseo municipal: andamos en la calle, barremos la cuneta, pero la gran diferencia es que a nosotros nos obligan a andar con carro y recoger lo que es tierra de cuneta. Los municipales andan con un escobillón y una pala y tiran esta tierra a los jardines. Nosotros trabajamos más que ellos y botamos la basura en el camión, y aun así, nos pagan menos.
¿Qué pasa con la gente, los valoran?
En cada lugar hay casos diferentes. Por ejemplo, en el sector de Rondizzoni, vive gente de edad. Acá nos sentimos valorados por el simple hecho de que la gente no bota basura, se mantiene limpio. Pero cuando estábamos en Meiggs era diferente la cosa. Ellos tiraban mucha mugre y la gente era mal educada.
¿Qué es lo que hace falta para que ustedes estén bien en su trabajo?
A igual pega, igual paga. No descansaremos hasta estar seguros de recibir lo mismo que los trabajadores municipales. Porque entre los 220 mil pesos que sacamos nosotros y los 500 mil pesos y los bonos que ganan ellos a pago, es harta la diferencia.
¿Cómo se visualiza a futuro?
Pretendo terminar mis estudios, ya que llegué hasta primero medio por problemas económicos en mi familia. Ahora de quedado no he terminado mi cuarto medio, pero como tengo planes de seguir creciendo como dirigente sindical para pelear por los viejitos que están desamparados acá. Es fundamental terminar mis estudios para adquirir más conocimientos. Yo me proyecto en este trabajo, no tengo intenciones de cambiarme.