EXCLUSIVO: Hablamos con Mara Boy, esposa de Marco Cuadra, trabajador que se quemó a lo bonzo en un aparcadero de la empresa RedBus del Transantiago. La mujer nos relató en exclusiva a sindical.cl, las graves situaciones que enfrentó su esposo, y nos dio algunas claves del porque habría tomado esta drástica decisión.
Para nadie es un misterio que muchos de los trabajadores del Transantiago, sin importar la empresa a la que prestan servicio, trabajan, en muchas oportunidades, en condiciones precarias y sus derechos como trabajadores son vulnerados. Ya han pasado los días y muchos chilenos se han olvidado de lo que sucedió con el trabajador de RedBus, que el pasado 2 de junio se quemó a lo bonzo al interior de la empresa del Transantiago, ubicada en la comuna de Huechuraba.
Marco Cuadra continúa internado en la ex Posta Central y su estado de salud es cada vez más grave. Producto de las lesiones sufridas, le han tenido que amputar algunas de sus extremidades y continua inconsciente. Lo cierto es que su familia pasa día y noche acompañándolo, y esperando algún síntoma de recuperación.
Una de las personas más afectadas producto de esta situación, ha sido Mara Boy, esposa del conductor del Transantiago, conversamos en exclusiva y nos informó sobre los graves hechos que pudieron haber sucedido y que hubieran ocasionado que Marco Cuadra, tomara la drástica situación de quemarse a lo bonzo.
¿El le comentó las situaciones de irregularidad que vivían los trabajadores de la empresa?
El estaba muy angustiado por el tema de la injusticia. Veía con mucha rabia a los abuelitos, y en general a todos los trabajadores, que los hacían trabajar hasta muy tarde, que no los respetaban, que tenían que utilizar pañales por la falta de baños y lo extenso de los recorridos. Todas esas cosas lo tenían muy mal. No les pagaban lo que correspondía, todos los meses eran peleas con la empresa por lo que le tocaba a cada trabajador.
¿Tienes alguna idea de lo que pudo haber sucedido?
Yo me enteré igual que todos ustedes, fue algo tardío. Ruego en Dios para que salga de esto, y me pueda decir que fue lo que realmente pasó. Lo que pienso ahora, por lo que vi y lo que me han comentado sus compañeros de trabajo, esto fue producto de una frustración máxima, la frustración más grande que pueda recibir un ser humano, la burla, lo humillaron. Me han llegado comentarios que a él lo despidieron por parlante, humillándolo ante todos los trabajadores. Nadie en el mundo quisiera que lo despidieran por un parlante, si no que a la cara, personalmente en una oficina. Esa es mi mayor pena, su humillación, que haya sido tratado como no se lo merecía.
¿El siempre fue una persona preocupada por los demás?
El siempre fue preocupado por los trabajadores, iba a ver a la gente enferma, o cuando tenían algún accidente, se preocupaba y muchas veces de su bolsillo les llevaba mercadería. Siempre estuvo dispuesto a luchar para terminar con los abusos que viven a diario la gran mayoría de los choferes.
¿Se han sentido dejados de lado?
De la empresa no sabemos nada, no hemos tenido ningún acercamiento por parte de ellos, excepto una asistente social, que era una chica que se llevaba muy bien con mi esposo y por eso ha estado acá. Algunas autoridades igual han estado presentes pero el apoyo más fuerte, sin lugar a dudas, ha sido el de nuestra familia. La verdad es que tengo sentimientos encontrados en este momento, se que Dios va a hacer que la gente que humilló a mi esposo y lo hizo tomar esta decisión, van a pagar. Por su parte, los compañeros de trabajo de mi esposo, han estado en todo momento junto a nosotros y también estamos muy agradecidos del trato que hemos tenido tanto en el hospital San José, como ahora aquí, en la ex Posta Central. La verdad es que como familia, en este momento estamos enfocados en otra cosa. En la oración para que mi marido salga adelante y esperando que Dios haga su voluntad
¿Qué mensaje les gustaría enviarles al mundo del trabajo?
Todos queremos que los derechos de los trabajadores sean respetados como corresponde, pero es algo tan difícil que ocurra. Lo que pasa aquí no es sólo un problema de los trabajadores del Transantiago, si no que de muchas empresas más. Yo creo que son pocas las empresas, como la mía por ejemplo, donde se respetan y se cuidan los derechos de los trabajadores. Me encantaría que después de lo que pasó con mi esposo, las personas tomaran conciencia, pero la verdad no creo que suceda por parte de los empresarios. De lo que estoy segura, es que muchos trabajadores se sintieron identificados y el tema de la unión es principal para hacer respetar nuestros derechos. Ese es nuestro llamado, a la unión de los trabajadores ya que somos nosotros los que tenemos que alzar la voz, si no lo hacemos, estas cosas seguirán pasando. Basta de ser una sociedad dormida. Todos los días hacemos dos cadenas de oración a las 6am y otra a las 10pm, para que nos ayuden a rezar por Marco.