NOTICIA: La huelga está en su día 14 con el diálogo cortado entre las partes desde la última mediación con la inspección del trabajo. La presidenta del sindicato, Miriam Fredes, sostuvo que la contraparte afirmó en ese encuentro que está apostando al desgaste de los trabajadores.
[Santiago, 23 de julio de 2018] La relación ha sido tensa desde el inicio. El sindicato se formó a finales de 2017 luego de reuniones secretas de los socios, pues tenían como antecedente que se habían despedido a trabajadores cuando los descubrieron con la idea de sindicalizarse. En ese contexto, en mayo iniciaron su negociación colectiva con un no rotundo ante todas sus peticiones.
“Lo central para nosotros es el reajuste de los sueldos. La empresa está en 45 países, sigue creciendo y tiene enormes utilidades que se van al extranjero. También queremos que nos toque a nosotros y que cuenten con nosotros para continuar creciendo. Pero solo nos quieren reajustar los sueldos por IPC una vez al año”, acusó la presidenta del sindicato, Miriam Fredes.
No solo piden aumentar sus salarios. El sindicato de AGQ Chile también está solicitando otros beneficios para sus socios y sus familias. Fredes señaló que están pidiendo un bono que se entregue en marzo para los que tengan hijos y para aquellos trabajadores que comprueben que estén estudiando; además, exigen que “el pago de sala cuna se haga a todas las trabajadoras, sin exigir una boleta de honorarios a cambio, como lo hacen actualmente”.
Los trabajadores paralizados corresponden a un tercio de la dotación total de la empresa, y son principalmente del área técnica de AGQ Labs que es un Centro Tecnológico Químico que ofrece soluciones y servicios dirigidos a los sectores Agronómico, Alimentario, Ambiental, Minero y Salud y seguridad.
Por la naturaleza de sus trabajos también manifestaron estar preocupados de su seguridad e higiene: “No tenemos dos casilleros en los que podamos separar nuestra ropa de calle, de nuestros uniformes, además, no nos lavan los uniformes en la empresa, y por otra parte, no tenemos las duchas suficientes para ducharnos todos antes de salir de nuestras jornadas. Estas cosas son importantísimas, porque trabajamos con elementos residuales, que pueden tener hepatitis, tifus, que nosotros podemos contagiar en nuestro trayecto a cualquier persona, o llevarlos hacia nuestros hogares”, se lamentó Fredes.
Sobre los últimos puntos, tampoco han obtenido una respuesta favorable de la empresa. De hecho, la relación está totalmente cortada desde la última mediación realizada el jueves pasado en la inspección del trabajo, en la que el empleador sostuvo –según contó Fredes- que “estaban apostando al desgaste, ellos esperan que volvamos suplicando por nuestros puestos de trabajo”.
Pero el ánimo de los trabajadores no ha decaído: “La gente está convencida de la huelga, tenemos frío, sí, estamos esperando que no se nos acaben los recursos, también, pero el ánimo por seguir esta manifestación sigue en pie, porque sabemos que estamos luchando por algo justo”, cerró Fredes.