ENTREVISTA: El presidente de la Confederación Nacional de Trabajadores (CNT), afincada en el sector Maipú-Cerrillos, dice que las organizaciones laborales deben mantener su independencia.
[SANTIAGO, 30 de Noviembre de 2012] “Los sueldos están en niveles miserables. La precariedad laboral entre un operario textil y uno de la minería, son iguales (…) Estamos convencidos que la huelga mejorará sustancialmente los contratos colectivos”, aseguró Saúl Vargas, presidente de la Confederación Nacional de Trabajadores (CNT), una organización que reúne a 165 sindicatos con 9 mil socios de los sectores de la construcción, industria, educación, retail y minería básicamente del sector Cerrillos-Maipú.
Vargas, que estuvo vinculado en los inicios de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), y después emigró buscando un vínculo distinto con los sindicatos, plantea que la esta organización que hoy dirige, formada en 1980, destaca por ser un movimiento con sindicalismo de base y de alta participación”.
“Es el eje que nos permite construir en unidad”, asegura.
Sindicalismo autogestionado
– ¿Qué distingue a la CNT?
– Somos la única organización que se auto gestiona. Por decisión propia no recibimos platas ni de gobierno, ni de partidos, funcionamos solo con recursos que provienen de las cuotas de los trabajadores. No permitimos la intervención de los partidos políticos. Practicamos el sindicalismo de base. Los dirigentes invierten su tiempo en asambleas con los trabajadores.
El dirigente explica que hasta la organización han llegado “compañeros que vienen de distintos gremios, que han buscado un espacio donde efectivamente el discurso se lleve a la práctica”.
Para eso –añade- son rigurosos y responsables con el dinero que los trabajadores invierten en ellos, para se refleje en elementos que sirvan para resguardarlos. “Tenemos equipo de amplificación, baños químicos, carpas y hasta un vehículo que los trabajadores usan cuando tienen que sustentar una huelga”, dice a Sindical.cl. Además explica que en la confederación no hay abogados que lucren en las negociaciones colectivas. “Capacitamos durante todas las semanas y acompañamos a los dirigentes cuando viven esta situación ante los empresarios”, aclara.
Cuatro ejes
El presidente de la CNT revela que constantemente buscan el diálogo con otras agrupaciones sindicales. Pero aclara que ellos se rigen por cuatro ejes que no todas (las organizaciones) cumplen: primero, que los dirigentes que dialogan tengan contacto con trabajadores, sin intermediarios; segundo, que cuenten con el respaldo de la asamblea; tercero, que las actividades que se realizan para los trabajadores sean financiada con recursos de ellos mismos, sin aceptar dineros de terceros; y cuarto, que los dirigentes no instrumentalicen su liderazgo para luego optar a cupos parlamentarios.
Las demandas
– ¿Cuáles son las principales necesidades de los trabajadores?
– Piden mejores condiciones para trabajar. Los sueldos en general están en niveles miserables, la diferencia entre un operario textil con el de la minería, tienen igual nivel de precariedad. Operamos la confederación como si fuese un sindicato, y estamos convencidos que la huelga mejorará sustancialmente los contratos colectivos. Es el eje que nos permite construir en unidad.
Acuerdo con sector público
– ¿Le gustó el acuerdo del 5% del sector público?
– Todos los acuerdos habidos entre la Mesa del Sector Público y la Concertación o la Alianza, han sido mentirosos, en todos apenas han logrado unas décimas de alza sobre el IPC. El problema es que en la mesa del sector público negocian dirigentes que no tienen movilizados a los trabajadores. Se llegan a acuerdos de mantener lo que ya había y no resuelven temas de fondo, como la situación de miles de trabajadores a contrata.
– Pero esos puntos fueron tratados en esta última negociación y se han constituido mesas de diálogo…
– Pero si uno revisa los acuerdos del sector público, las últimas 10 mesas han aprobado lo mismo y luego no ha pasado nada. Esos acuerdos siempre se colocan como una manera de vender este macro reajuste, son adornos, pero no son más que disfraces que esconden reajustes miserables.