ENTREVISTA: Sindical.cl conversó con el Presidente de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF) sobre la situación sindical en Chile, los despidos ocurridos en el actual gobierno y su evaluación de la política laboral de los últimos tres años.
[Santiago, 17 de Mayo de 2013] De profesión profesor de Estado, Raúl de la Puente siempre prefirió el trabajo con las personas. Para él, mientras más grande el grupo de gente, mejor. Por eso, en su juventud alcanzó puestos como el presidente de curso, presidente del centro de alumnos y jugador de rugby. Porque prefiere “el trabajo en equipo y el fair play”, explica. Actualmente, parece cómodo en su rol de Presidente de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF), con más de 75 mil afiliados.
Es hijo y nieto de funcionarios públicos, carrera que ama. Entró al mundo sindical como representante de sus colegas del Ministerio de Educación, y desde 1996 es Presidente de la ANEF.
En la siguiente entrevista, De la Puente es enfático en criticar al gobierno actual y su actitud con respecto a los trabajadores públicos, quienes tuvieron su Asamblea Anual el 23 de Abril, donde confirmaron su adhesión al paro nacional del 11 de julio que convocó la CUT. Con su voz pausada, manifiesta sus esperanzas para este año electoral y las inquietudes que afectan a sus representados.
¿Cómo percibe la situación sindical en Chile, sobre todo en el caso de los empleados fiscales?
Las organizaciones de los empleados públicos son las más fuertes en el sector sindical. Nacen a fines de los 40’s y comienzo de los 50’s, y le da un importante impulso a la organización sindical. Allí aparecen Clotario Blest, Tucapel Jiménez, distintos dirigentes. En ese sentido, las organizaciones del sector público continúan siendo las más grandes que existen en la estructura del sindicalismo chileno.
Los empleados públicos no tenemos todos los derechos que tiene el sector privado en términos de negociación, por ejemplo, no tenemos negociación pública reglada. Pero, tenemos una negociación nacional, supraempresa, que es la negociación del reajuste general, a diferencia del sector privado que es por empresa. Tampoco tenemos derecho a la huelga, está prohibida en la Constitución Política, sin embargo, igual la realizamos. En concreto, si bien no tenemos mucha legislación que nos apoye, el hecho de ser organizaciones grandes nos permite hacer lo que se nos prohíbe por ley. Esa es la realidad en la que nos encontramos.
Ahora bien, nosotros vemos que estamos frente a un gobierno de empresarios, de gerentes, que no creen en el estado. Lo que es dificultoso para los trabajadores del estado, porque en este gobierno han despedido una gran cantidad de empleados públicos. Esa es una situación que hay que señalar.
Pero también hay que señalar que a pesar de que estos últimos años no hemos podido avanzar en mejoras legales para respaldar nuestros derechos, la ANEF se ha mantenido estable, unida y con su nivel de prestigio en la sociedad chilena. Nosotros somos orgullosos de nuestra historia y también de nuestra convocatoria actual.
La Anef se ha referido en variadas ocasiones a los despidos ocurridos durante este gobierno. ¿Ustedes manejan cifras que puedan indicarles cuántos de estos despidos se justifican por un cambio de gobierno, es decir, cargos netamente políticos, y cuántos no?
Yo creo que ese es un problema de la administración pública, que la clase política se cree dueña del sector público cuando ganan las elecciones y yo creo que el número de despidos que hemos sufrido durante este último cambio de gobierno ha sido muy grande. Nosotros el primer año tuvimos 8.500 despidos, el segundo año 1.500, y el tercer año, alrededor de 700. Pero en los gobiernos anteriores nunca tuvimos más de 150 casos por año, o sea, es mucha la diferencia, porque sabemos que los mayores despidos se producen en el primer año de cambio de gobierno. Este año logramos detener el número de despidos gracias a una negociación, para que no haya despidos que no sean justificados.
¿Cree que se ha creado una cultura de sindicalización en los trabajadores chilenos en los últimos años?
Yo creo que la precarización del empleo ha evitado que haya mayor sindicalización en la administración pública y también pasa en el mundo privado. En la administración pública ha aumentado el empleo precario, que es a honorarios, que no tiene contrato de trabajo, solo boletean como forma permanente de trabajo, y hay una importante cantidad de funcionarios a contrata. Esos trabajadores no se pueden organizar en sindicatos y organizaciones, y eso hace que haya cada vez menos sindicalizados.
Además, la legislación no favorece la formación del sindicato en el sector público, hemos visto muchas veces que los jefes ponen trabas a la formación de sindicatos, porque creen que los sindicalistas somos personas conflictivas.
¿Cuáles cree que son las herramientas que necesita un sindicato en sus primeros años de vida?
Yo creo que es importante contar con dirigentes que tengan cariño por el trabajo que realizan. Yo soy una persona que cree que es necesaria la capacitación, conocimiento de leyes, de economía, de negociación, de liderazgo… pero creo que lo principal es que el dirigente se encariñe con la función de servir a sus compañeros, y que sea un dirigente probo, ético, que haga esta labor por su voluntad de servicio público y no por beneficios personales.
Últimamente se habla mucho del pleno empleo, pero ¿Usted cree que actualmente se ofrecen salarios a la altura de lo que se trabaja?
Yo creo que aquí está el conflicto permanente entre los intereses de los trabajadores y los dueños del capital. Los dueños del capital se enfocan en la empresa, las utilidades y el lucro, y por lo tanto buscan ser más eficientes, es decir, lograr los objetivos al menor costo, lo que deriva en pagar menores remuneraciones. Por eso es necesario que existan organizaciones sindicales permanentes, que protejan a los trabajadores, y el fuero sindical. Se necesitan leyes que fomenten la sindicalización, de manera que exista un contrapeso en la negociación, entre los intereses de los empresarios y de los trabajadores, que buscan tener un trabajo decente, que significa un trabajo con estabilidad laboral, remuneración digna, protección social, con previsión, acceso a la salud, y donde se respeten los derechos laborales reconocidos por los convenios de la OIT: el derecho a la huelga y a la negociación colectiva.
Eso es muy importante, para permitir una simetría entre la capacidad de negociación entre los dueños del capital y los trabajadores.
Algo me explicaba sobre su apreciación del comportamiento del gobierno con respecto a los trabajadores públicos, pero en general, ¿Cómo evalúa al gobierno desde su política laboral? Si tuviese que ponerle nota ¿Qué nota le pondría?
En términos cualitativos, diría que es un gobierno con el cual nosotros no hemos ganado nada. En términos laborales y de los derechos de los trabajadores, este gobierno no puede hacer grandes evaluaciones, aparte del derecho de post natal, que es importante para la mujer trabajadora, pero en general no pueden mostrar grandes logros en temas laborales. Yo creo que han sido cuatro años perdidos para los trabajadores. En el caso nuestro, nos hemos dedicado a contener el despido de empleados públicos, tratar de no perder beneficios alcanzados antes, como el caso del incentivo al retiro, ya que este gobierno ofrece incentivos al retiro menores que los que se ofrecían anteriormente.
Por lo tanto, yo reprobaría al gobierno, con nota 3,0.
Con respecto a su gestión como presidente de la ANEF, ¿Cómo se autoevaluaría? ¿Qué cosas cree que tiene pendientes y qué logros destacaría?
Yo creo que nosotros hemos avanzado en que tenemos una organización creíble, que se ha mantenido unida, que es respetada por su seriedad. Yo tengo el orgullo de ser el primer presidente elegido por la votación de todos los funcionarios públicos, y para nosotros es muy importante esa situación, porque eso valida al dirigente, saber que tiene la confianza no solo de grupos, si no de los trabajadores de base. Y nosotros hemos dicho como ANEF que las otras organizaciones sindicales, como la CUT, también debiesen tener voto universal.
Esos son atributos que no son míos, yo no creo en los individualismos, sino en los equipos. Por eso yo jugué mucho tiempo rugby. Y el primer principio del rugby es que es un trabajo en equipo, duro, que se hace con fair play, es decir, juego limpio. Y yo también creo en eso, jugar limpio en todo orden de cosas. Y además, en el rugby aprendes el espíritu de lucha, de luchar hasta el pitazo final. Porque tú vas y te caes, te taclean, pero debes seguir, pararte una y mil veces.
Como persona a veces me faltarán conocimientos o capacidades intelectuales, pero trato de suplirlo con el esfuerzo, el cariño y la dedicación.