Bárbara Figueroa, en conversación con Sindical.cl se refirió a los desafíos del movimiento sindical y expresó que su actual rol político está en la Central Unitaria de Trabajadores y no en el nuevo gobierno. (Santiago, 27 de diciembre del año 2013) “No me parece que sea este el tiempo para que la dirigencia sindical deje el proceso que estamos construyendo, para sumarse a las tareas de gobierno –señaló Bárbara Figueroa entrevistada por Sindical.cl- Pese a que en otros momentos de la historia haya ocurrido, no aceptaría cargos en el gobierno ni quise ser candidata a parlamentaria, porque creo que, dada la confianza que depositaron en nosotros los trabajadores, tenemos todas las condiciones para lograr lo que prometimos al postular a este cargo y esa es la tarea que corresponde ahora”.
Respecto a los desafíos del movimiento sindical en la nueva etapa señaló: “En primer lugar debemos avanzar en mayor cantidad de afiliación. Como lista nos pusimos la meta de pasar de llegar millón de afiliados, es decir, representar a un número importante de trabajadores. Mi expectativa hasta ahora es que probablemente superemos esa meta. No basta que el trabajador se sindicalice: necesitamos que entienda la importancia de pertenecer a una multisindical.”
Por otra parte, Figueroa recalcó la importancia de cambiar la orgánica de la Central, “necesitamos adaptar toda nuestra organización actual a los requerimientos que se están imponiendo y eso significa por ejemplo preguntarnos: ¿Necesitamos tener CUT provinciales o comunales? ¿Cómo avanzamos en una estructura más dinámica, que refleje mejor lo que está ocurriendo en toda la complejidad de un territorio?”.
“Tenemos tremendos dirigentes y hay una nueva camada a la cual debemos formar, entregándoles herramientas que respondan a los muchos sindicatos que se están formando con trabajadores jóvenes, como vimos en la movilización del 11 de Julio. Allí había cabros que recién se están atreviendo a crear sindicatos. Para esa realidad tenemos que mejorar nuestra respuesta. Y no me refiero a adoctrinamiento, sino a capacitación, porque esta es una pega ingrata”, expresó la presidenta de la CUT.
– Parece que una vez que un dirigente llega a la cúpula sindical, es difícil su reemplazo. Arturo Martínez de hecho permaneció tres períodos. ¿Considera la posibilidad de proyectarse por un tiempo similar?
– Los tiempos de hoy no están para eso. Cuando se habla de los nuevos ciclos, hay que entender que eso no es un proceso que pasa sólo arriba, en las altas esferas. Tenemos que estar en constantes procesos de revisión y evaluación. Mi proyección personal es para el período de 4 años por el que fui electa y seguir aportando luego desde donde corresponda, un lugar que ahora no puedo precisar.
– ¿Es verdadera la historia del hombre del maletín plateado que llegaba a financiar la CUT?
– La CUT es una organización que vive con pocos recursos. El hombre del maletín de plata que llega desde el Estado a financiar la organización es parte de la necesaria fantasía y de los mitos construidos en el contexto de un sindicalismo que se miró por mucho tiempo el ombligo. Sí, hubo períodos en que se financiaba a la Central desde los partidos y desde el gobierno. Pero esa práctica no ha existido en los últimos años y uno lo puede ver en los estados financieros. Esa información la hemos entregado a las organizaciones afiliadas que la han pedido y está disponible para los afiliados que la requieran.
La CUT vive de sus afiliados y no todas las organizaciones están en condiciones de cumplir ese compromiso regularmente. Suplimos esas carencias a través de proyectos que se concursan y –en caso de ganarlos- se ejecutan en plazos precisos sobre montos claramente determinados.
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