Durante todo el mes de mayo y en el marco del Mes del Trabajo, la Iglesia de Santiago quiere compartir una serie de perfiles de personas que día a día entregan lo mejor de si para que la ciudad funcione, en especial en tiempos de Covid-19.
Mi nombre es Kattia Durán Álvarez, soy Trabajadora Social y Psicóloga. Trabajo en la municipalidad de Puente Alto, donde llegué en el 2011 como consejera familiar y de ahí fui ascendiendo hasta el cargo que desempeñó hoy como Asesora Técnica en la Dirección de Desarrollo Comunitario. Tengo una hija, Violeta de un año y medio, y vivo sola con ella en mi casa, aquí en la comuna de Puente Alto.
En este tiempo junto a mi equipo de trabajo hemos ido acomodando las metodologías, asumiendo nuevas funciones. Hoy estoy a cargo del Programa de Acompañamiento Psicosocial para familias con Covid-19 positivo, en el que coordino a un equipo de 16 apoyos sociales y cerca de 8 psicólogos con una demanda social altísima, que muchas veces nos exige estar disponibles 24/7. Mis horarios se ven especialmente más desdibujados, pero lo hago porque tengo la vocación y es parte de nuestra labor como funcionarios públicos. Que yo trabaje así también tiene que ver con el alcalde y con mi equipo. Tenemos un muy buen ambiente laboral, lo que considero clave, además bajo este escenario, hemos fortalecido nuestra alianza en favor de la comunidad.
El acompañamiento psicológico es clave, por eso creo que lo que estamos haciendo es súper importante. Lo escucho y siento cuando hablo con las personas. La gente valora el conversar, lo importante que es que alguien se preocupe de ellos. Pese a alta demanda y el estrés que lleva esta pega, mi trabajo me moviliza. Me autoexijo constantemente, pero me hace sentido porque mi trabajo va en ayuda de la gente, de las familias de mi comuna.
No ha sido fácil. A las mujeres siempre nos ha tocado más duro. La maternidad y el trabajo son difíciles de conciliar. Yo me podría haber acogido a una circular para las personas que tenían problemas con el cuidado de los niños, haberme quedado en la casa con teletrabajo, pero la verdad así yo no podría hacer la pega que estoy haciendo hoy día. Afortunadamente cuento con redes de apoyo por eso puedo trabajar tranquila, concentrada en el día, poniendo todo mi compromiso y disposición en el trabajo, pero también poniendo sanos límites.
A pesar que en mi trabajo tomamos todas las medidas que podemos para evitar los contagios, hace poco estuve con cuarentena preventiva. En ese tiempo me di cuenta lo importante que es la familia. La contención que necesito la he encontrado conversando a distancia con ellos y con mis amigos. Yo soy católica, siempre estoy pensando y dando gracias a Dios, pero este tiempo ha sido complejo para mí. Al final del día, creo que es importante pensar cómo decantar para poder seguir, porque finalmente me necesito bien, para mí, para mi hija y para mi entorno.