Hace 110 años, las calles de Iquique se teñían con sangre luego de la Masacre de la Escuela Santa María de Iquique. Este lamentable episodio significó el clímax de un período caracterizado por el descontento del movimiento obrero, que había comenzado a manifestarse durante la primera semana de diciembre de 1907.
La huelga de los trabajadores ferroviarios de las salitreras y de los portuarios de Iquique fue el antecedente directo a la movilización de más de dos mil obreros que caminaron a la ciudad demandando mejores condiciones laborales.
El 10 de diciembre se levantó una huelga en la oficina salitrera San Lorenzo a la que luego se plegaron los obreros de la Alto San Antonio. Se armó una columna de huelguistas en dirección a Iquique, consolidando un movimiento creciente, que incorporó a todos los cantones salitreros y a numerosos gremios del puerto nortino.
En total, fueron más de 15 mil manifestantes que demandaban una respuesta de las compañías salitreras, cuestión que derivó en la paralización de gran parte de la producción iquiqueña.
Las empresas no quisieron negociar y el gobierno de Pedro Montt se alineó con ellas. Por ejemplo, el ministro del Interior, Rafael Sotomayor, ordenó restringir las libertades de reunión e impedir por cualquier medio el arribo de nuevos huelguistas a Iquique. En tanto, el intendente Carlos Eastman ordenó a los manifestantes a abandonar la ciudad el 21 de diciembre, sin descartar el uso de la fuerza para lograr dicho objetivo.
Los trabajadores se concentraron en la Escuela Santa María para exigir al gobierno su mediación con las patronales dueñas de las oficinas salitreras. Sin embargo, la respuesta del Estado se concretó cuando el general Roberto Silva Renard ordenó atacar a la multitud a las 15.30 horas de ese sábado 21 de diciembre.
No hay claridad sobre el número de muertos a raíz de la masacre. El gobierno reconoció 126 y 136 heridos. La prensa obrera, perseguida luego del fatídico capítulo, hablaba de miles. Aun así, nadie podrá borrar de la memoria del pueblo iquiqueño el desparramo de cuerpos tendidos en la Plaza Montt.