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“Siempre he querido ser más y nunca me cansaré de luchar por eso”


ENTREVISTA: Esta mujer viene Curanilahue, al sur de Chile, allí se creció y se crió. Cuando salió del colegio tuvo hambre de surgir y decidió venirse a la capital en busca de oportunidades. Hoy y luego de grandes esfuerzos, tiene un trabajo estable y está terminando sus estudios de Educación Parvularia.

Elda Quintriqueo Rodríguez tiene 36 años y se siente orgullosa de lo que ha logrado en su vida hasta hoy. Es una feliz y orgullosa madre, asegura que todos los esfuerzos que realiza los hace por Pablo, su hijo de 12 años con quien vive en la comuna de Estación Central. Esta mujer asegura que siempre quiso más, y es por esta razón que luego de terminar el colegio se vino desde su pueblo natal,  Curanlahue, hasta la capital en busca de mejores condiciones de vida. Hoy tiene un trabajo estable, y está terminado sus estudios de Educación Parvularia.  

“Vengo de la octava región de un pueblo al sur de Chile que se llama Curanilahue, allí nací, me crié y estudié hasta cuarto medio. Después de eso, tuve que salir de ahí porque mi pueblo es muy pobre y las oportunidades de trabajo y de estudio son escasas o simplemente no existen. Yo quería seguir surgiendo y sabía que si me quedaba, no iba a tener opciones. Es por esa razón que me vine a la capital en busca de una mejor vida”.

¿Qué le hizo ser diferente a toda la gente de su pueblo y querer salir y surgir?

“En mi pueblo, a pesar de la humildad que pueda existir, siempre te enseñan a ir por más. Desde muy pequeña me inculcaron a no quedarme marcando el paso y a que yo tenía la inteligencia para poder surgir y ser una mejor persona. Mi padre, que es mi abuelo, siempre me dijo que si quería lograr mis objetivos, tenía que intentarlo mil veces si era necesario, pero jamás darme por vencida. Siempre me enseñaron desde muy péqueña que cualquier trabajo dignifica, y sin importar lo que uno haga, debe hacerlo bien y de manera eficiente. Mi familia a pesar de ser muy humilde, siempre se preocuparon de enseñarme valores que hasta el día de hoy los agradezco por que me han ayudado a lograr lo que tengo hasta ahora”.  

Esta mujer se crio con sus abuelos. Para ella, estas personas son sus verdaderos padres. Asegura sentirse orgullosa y agradecida de lo que vivió en su infancia. Siempre vio el sacrificio que hicieron, para que nunca le faltara nada y cada vez que pueda se arranca y junto a su hijo, y van a su pueblo natal, Curanilahue.    

El viaje a la capital

“Fue difícil, nosotros éramos tres hermanas y yo era la mayor, por ende me tenía que preocupar de las dos menores. Yo soy muy aprensiva, y el haber dejado a mis dos hermanas menores fue lo más complicado”.

Para cualquier persona es difícil cambiar de “ambiente”, más aún si se trata de dejarlo todo e irse a vivir a otra ciudad. Lo cierto es que para Elda, sus ganas de “ser alguien más en la vida”, la terminaron convenciendo y le dieron el valor necesario para separarse de su familia e ir en busca de mejores oportunidades.

“Hace 16 años que estoy en Santiago y creo que fue lo mejor que pude haber hecho. Me vine sola a trabajar a una casa particular, tenía un familiar acá que me hice el contacto y me vine directo al trabajo. Estuve alrededor de un año con ellos, era un trabajo sacrificado y me pagaban muy poco, como que ellos se aprovechan de que uno no tenía otra opción. Así que decidí renunciar. Después de eso, me quedé en la casa de unos familiares y me puse a trabajar en una multitienda como empaque. El trabajo no era malo, pero los horarios de mall son muy sacrificados y no me permitían hacer lo que tenía planificado, seguir estudiando”.

Hace 14 años trabaja en el Jardín Infantil “Los Pirinchos, que está ubicado en la comuna de Estación Central. Entró desempeñándose como auxiliar de aseo y hoy se trabaja como una auxiliar integral, es decir junto con lo primero, ayuda a las tías en las labores habituales y coopera con la dirección en tareas administrativa.

Uno de sus sueño, continuar sus estudios

Elda se muestra contenta y conforme con el trabajo que tiene hoy por varias razones; le queda cerca de su casa, sus horarios le han permitido estudiar y quizás el más importante, está todos los días en contacto con los niños y así puede desarrollar su vocación y complementar sus estudios.

“Siempre me gustaron los niños y también tenía vocación por la administración. Esas eran las dos áreas de interés donde esperaba algún día perfeccionarme. Se dio, por las circunstancias de la vida, que entré a trabajar a un jardín infantil y claramente esto me motivó a inclinarme por la Educación Parvularia”.     

Esta mujer está cursando el penúltimo año de su carrera y asegura que con el pasar del tiempo se ha ratificado su vocación por lo niños. Su amor por los pequeños es grande y son ellos mismos quieres se encargan de recompensarla a diario con muestras de cariño. Para muchos,  la “Tía Elda”, es mucho más que una auxiliar.

“Siempre es importante darle oportunidades a la gente, lo gratificante es que ella siempre ha respondido de la mejor forma. La Tía Elda, es un ejemplo a seguir de  esfuerzo y vocación. Ella no le tuvo miedo a la vida y quiso ir por más, la verdad de las cosas es que aquí (en el jardín) se ha transformado en un pilar fundamental, los papás la adoran y los niños también”, comentó Luz Montero, Directora del  Jardín Infantil “Los Pirinchos”.

Aunque ya no le queda nada para terminar sus estudios, Elda Quintriqueo continúa feliz desarrollando sus labores como auxiliar integral en el jardín. Asegura que su trabajo le sirve para complementar a diario lo que aprende en su casa de estudios.

“Debo reconocer que aún tengo mi neuronas bien vivas y que me ha ido bastante bien en la universidad. Estudió con beca, por ende no puedo bajar las notas, pero no estudio por la beca, si no por ser una profesional de excelencia”. 

La familia

Este valiente viaje a la capital no solo le ha traído satisfacción personal en el ámbito laboral y profesional a Elda. En Santiago, se casó y tuvo a Pablo, su mayor orgullo que hoy tiene 12 años. Si bien el matrimonio no resultó como se esperaba, para ella lo más importante es su hijo que vive junto a ella.

“Si en algún momento lo más importante en mi vida eran mus hermanas, hoy lo es mi hijo, Pablo Ignacio. Si yo estoy bien, se que el también lo estará en un futuro. Vivo y me esfuerzo a diario para que no le falte nada y pueda entrar a la universidad. Si yo no puede hacerlo cuando correspondía, quiero que él tenga esa oportunidad cuando salga de cuarto medio”.

¿Cómo lo haces con el tiempo?, me imagino que no debe ser fácil trabajar, estudiar y tener que estar pendiente de que a tu hijo no le falte nada.

“La parte más difícil es esa, por que el estudiar y trabajar me desgasto yo, pero al no poder estar todo el tiempo que me gustaría con mi hijo, nos desgastamos los dos. En la semana veo poco al Pablo, generalmente en las mañanas me encargo de que esté duchado, que si le falta algo para el colegio y después me tengo que ir a trabajar. Salgo del trabajo y me voy a estudiar. Llegó a mi casa cerca de las 11 de la noche y el por lo general, está durmiendo. Me preocupo de sus trabajos y tareas, si necesita algo especial y le dejo todo listo para el otro día. Para mi es doloroso el no poder estar todo el tiempo con él, pero me pongo a pensar y si yo no lucho, el no va a poder surgir.

¿Y el la entiende?

“Gracias a Dios, siempre hemos tenido muy buena comunicación y me he encargado de explicarle el porqué de las cosas. El sabe que yo no lo dejo porque quiera dejarlo. Algunas veces existen algunos problemas por lo mismo, pero sé que él lo entiende, y espero que lo valore cuando sea mayor. Gracias a Dios tengo el apoyo de una hermana que me ayuda a cuidarlo y también por parte de la familia del papá se preocupan bastante por él”.

El Futuro

¿Cuáles son sus próximos objetivos?, ¿donde le gustaría estar en 5 años más?

“Mi idea, después de terminar esta carrera, es seguir perfeccionándome, pienso que una persona debe estar aprendiendo y capacitándose continuamente. Uno no se debe quedar con lo que tiene, ni menos estar marcando el paso. Mi idea es seguir estudiando y seguir aprendiendo más para ser una persona completa e integra. Mi idea es cuando termine de estudiar Educación Parvularia, trabajar y ejercer. En cuanto a mi familia, quiero que mi hijo termine de la mejor forma el colegio y pueda entrar a la universidad y sacar su titulo, mi sueño es verlo feliz y realizado en lo que él quiera”.