ENTREVISTA: con 72 años este hombre con una particular historia, trabaja en el rubro de la construcción. Es obrero en un edificio en la intersección de las calles Eliodoro Yáñez con Tobalala, comuna de Providencia. Lo cierto que la vestimenta que ocupa de color rojo y su gran barba blanca lo han hecho merecedor del apodo “viejo pascuero de la construcción”.
Por Francisco Morón M.
Ya es todo un personaje en el sector y antes de la fiesta de navidad, sus propios compañeros de trabajo le realizaron algunos encargos. También los transeúntes quedan atónicos ante su parentesco con el mítico Santa Claus. Al más puro estilo rock star, han sido varias las personas que han pedido sacarse una foto junto a él, y los niños que pasan por el sector quedan atónitos.
Pero la verdad de las cosas es que no todo es color de rosas para este hombre, además de realizar un trabajo bastante esforzado y arriesgado para poder subsistir, Jaime Vázquez tiene una gran historia de vida. Durante 30 años vivió en Argentina ya que tuvo que salir de nuestro país por el golpe militar. Allí se dedicó al teatro durante algunos años de su vida, posteriormente comenzó a trabajar como maestro carpintero y hoy se encuentra en la construcción. Este hombre de 72 años de edad tiene 8 hijos con 4 esposas diferentes, algunos viven en el vecino país, otros en Barcelona donde estuvo radicado por cerca de 5 años. Sólo uno vive en nuestro país pero asegura que la relación no es de las mejores.
¿Cuánto tiempo lleva trabajando en esta obra y cuáles son sus funciones?
Llevo cerca de 11 meses trabajando aquí como obrero de la construcción. Mis labores son principalmente seguir las órdenes del jefe y construir tal cual se nos va indicando. Tenemos que acarrear cosas, ir armando las mesclas, ir poniendo los fierros, los pilares, recibir a los camiones cuando llegan, también nos toca pintar. En realidad hacemos de todo un poco.
¿Y usted siempre ha trabajado en el rubro de la construcción?
No para nada, yo llevo 8 años aquí en Chile, soy nacido aquí pero por más de 30 años he vivido afuera del país. Me fui por la dictadura hacía Argentina y allá me tocó la otra dictadura. También viví en Venezuela y un tiempo en Barcelona, tengo bastantes kilómetros en el cuerpo. En Argentina me dediqué al teatro durante algunos años de mi vida, luego me fui por el rubro de la construcción como maestro y en eso me fue bastante bien. Cuando volví a Chile trabajé tres años como guardia de seguridad, hasta que tuve algunos problemas y volví a dedicarme a la construcción y aquí estoy.
¿Por qué decidió volver a Chile?
Aquí en Chile estaba mi viejo pero que no era mi viejo, era un tío que a mí me crio incluso mejor que un papá sanguíneo ya que el mío murió cuando yo tenía dos años. El tema es que me mandó a llamar porque estaba muy enfermo, necesitaba ayuda, atención, remedios y por sobre todo compañía. Por esa razón el año 2005 comencé a vender todas mis cosas en Buenos Aires hasta que finalmente me vine a Chile. El estaba muy enfermo tenía cáncer y con la pensión que recibía no le alcanza para nada. Lamentablemente el ya tenía un cáncer avanzando y me duró hasta el año 2007 donde finalmente falleció. De todos modos yo estoy tranquilo porque él se fue contento, lo pude atender, regalonear y hacerle compañía. En el fondo le devolví todo lo que él me había dado cuando yo era más chico.
¿Le gusta el trabajo que realiza?
La verdad es que sí, bueno como todos a veces es medio peligroso y agotador, pero es lo que mayormente me he dedicado durante mi vida. En Argentina trabajé muchos años como contratista de obra, mi especialidad es la carpintería, la pintura, la restauración y la reparación de edificios antiguos. Y bueno acá se pasa bien en el trabajo que es lo importante, aunque unos muchas veces tenga la cabeza llena de problemas, cuando llego a mi trabajo me intento desconectar de todo. Además acá me molestan con lo del viejo pascuero, la gente me saluda cuando pasa, si que es entretenido y lo disfruto.
¿Cómo comenzó esto de su parecido al viejo pascuero?
Bueno aquí me dicen él Santa Claus, el viejito pascuero, y todos me molestan pero en buena, si hasta la gente que pasa me saluda. Desde el 20 de diciembre hasta la fecha me habré sacado unas 100 fotos con diferentes personas. Todo esto comenzó hace 20 meses luego de que renunciara a mi trabajo como guardia. Luego de eso estuve 10 meses de vacaciones donde me dediqué a carretear y así fue creciendo la barba. Posteriormente un amigo me ofreció este trabajo y llevó 11 meses. Aquí me pasaron este traje rojo que ocupan todos los obreros de esta obra y ahí empezó el palanqueo por parte de los colegas.
¿Y no ha pensando en afeitarse?
Es que ahora me gusta la barba, como he causado furor es entretenido igual. Además le entrega una alegría extra al trabajo que me ayuda a dejar los problemas de lado y vivir más feliz.