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Erradicar el trabajo infantil agrícola: Una forma de romper el ciclo de la pobreza


NOTICIA: De acuerdo a Nota FAO-OIT , el sector agrícola concentra el 48% de niños y niñas que trabajan en América Latina y el Caribe. La agricultura es uno de los sectores más riesgosos para la salud de los niños. Cerca de la mitad de los accidentes mortales se producen en este rubro.

[Santiago, 8 de Noviembre de 2013 – PRENSA OIT] La adopción de medidas en pro de la erradicación del trabajo infantil en la agricultura, podría impactar positivamente en la interrupción del ciclo de la pobreza que afecta a los sectores rurales de América Latina y el Caribe, según señala la segunda Nota sobre Trabajo Rural, elaborada por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

De acuerdo al informe, en América Latina y el Caribe 12,5 millones de niños trabajan. Al igual como ocurre en el resto del mundo, el sector agrícola es el que agrupa a la mayor cantidad de niños en trabajo infantil en la Región (48%), con importantes diferencias entre la Región Andina: 61.5%; Mesoamérica: 42.7%; Cono Sur: 38.4%.

Según la FAO y la OIT, la mayoría de los niños que trabajan en labores agrícolas habita en zonas rurales y no recibe remuneración por sus faenas, ya que trabajan principalmente apoyando a sus padres o familiares en el trabajo independiente o en la pequeña agricultura.

“La única solución real para evitar que los niños trabajen es avanzar en la erradicación de la pobreza, la inseguridad alimentaria y la exclusión social”, explicó el Representante Regional de la FAO, Raúl Benítez, quien además destacó que “a corto plazo existen medidas legales, de educación y sensibilización que los gobiernos pueden implementar para garantizar que los niños permanezcan en las escuelas y no se expongan a los riesgos del trabajo”.

La Directora Regional de la OIT para América Latina y el Caribe, Elizabeth Tinoco, recalcó que “la persistencia del trabajo infantil agrícola revela que se han registrado pocos avances en el medio rural” y planteó que es importante “desarrollar estrategias especialmente diseñadas para abordar la situación de los niños en el campo, incluyendo generar oportunidades de trabajo decente para sus padres”.

Niños y niñas en la agricultura

En la región, según el Estudio sobre trabajo infantil para América Latina y el Caribe, 2008-2011 (OIT, 2013), el sector agrícola agrupa la mayor cantidad de niñas y niños trabajadores (48%), seguido por el comercio (24%), y el área de servicios (10,4%).

Los subsectores agrícolas donde más frecuentemente se encuentran niños trabajando son cultivos como cacao, café, azúcar, soja, frutas y hortalizas, así como fábricas textiles, entre otros.

De acuerdo a la Nota, el trabajo infantil en este sector normalmente se da como una respuesta a problemas sociales que afectan a una importante proporción de la población rural, como la pobreza, la falta de oportunidades, el difícil acceso a la educación, y la baja calidad de ésta y la necesidad de generar recursos para la subsistencia familiar, entre otros.

Por este motivo, el informe señala que los gobiernos de América Latina y el Caribe deben avanzar hacia la erradicación total del trabajo infantil en la región, pues una respuesta que permita sustraer a los niños del mundo laboral, estará estrechamente vinculada a la erradicación de la pobreza, permitiendo así, romper con el ciclo reproductivo de ésta.

Experiencias positivas en la región

En América Latina y el Caribe se están dando importantes avances en la prevención y erradicación del trabajo infantil agrícola.

En el sector azucarero de El Salvador, por ejemplo, el Gobierno, la Asociación de Productores de Caña de Azúcar y la OIT se aliaron para eliminar el trabajo infantil en este rubro, mediante una campaña de sensibilización, la mejora de los servicios de enseñanza, la formación profesional y la implementación de mecanismos de vigilancia de base comunitaria.

El Foro Social para disminuir el trabajo infantil en la floricultura en Ecuador fue creado en 2005,  y ha logrado reducir las jornadas de trabajo de 60 a 30 horas a la semana, mejorando la oferta de servicios directos de educación y fortaleciendo la institucionalidad en el marco de la promoción del trabajo decente.