NOTICIA: La Carta del Papa “Laudato Si” sobre el cuidado de la casa común, que es la Tierra, habla sobre la ecología integral. Se pregunta por el sentido de nuestra existencia y cómo nos estamos comportando con nuestro entorno. Entre los ejes de la encíclica aparece el Trabajo como un problema crucial para el mundo de hoy.
[Santiago, 18 de junio 2015] El actual presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), Cardenal Rubén Salazar, se dirigió a todo el mundo para explicar la Encíclica del Papa Francisco, “Laudato Si” (Alabado Seas) y los alcances que tiene para la humanidad el análisis que ahí se realiza sobre el cuidado de la tierra y sus habitantes.
La autoridad eclesial destacó como puntos fundamentales de la carta el llamado a realizar un cambio profundo de mentalidad, pues “estamos dañando la tierra”. Explicó que hay factores que potencian este daño como el modelo económico y la sostenibilidad del proceso de crecimiento, que busca el desarrollo a toda costa y no necesariamente un desarrollo integral.
El Papa Francisco en la Encíclica llama a la actual cultura, como “cultura de desecho, del descarte”, e invita a buscar “un desarrollo que respete a la naturaleza, que sea capaz de unir el cuidado de la tierra, con la justicia con los pobres y a un corazón limpio”, según señaló el Cardenal.
En las casi 200 páginas, divididas en 6 capítulos, la máxima autoridad de la Iglesia Católica apeló a la conciencia de los gobernantes, a propósito de una ecología integral, además convocó a cada una de las personas del mundo a hacer lo mismo por el bien de la tierra, e interpeló a los medios de comunicación social a hacer presión a los líderes del mundo en el mismo sentido.
Se señaló en la Encíclica que el cambio climático “es un problema global con graves dimensiones ambientales, sociales, económicas, distributivas y políticas, y plantea uno de los principales desafíos para la humanidad”. Pues, el impacto más grave de la alteración del clima “recae en los más pobres”.
Por ello, además se aborda el tema del trabajo, porque “privar a una persona del trabajo es privarlo de la vida, porque se le priva de aquella fuente fundamental por la cual él puede sostener su vida y vivir de una manera digna”, señaló el Cardenal en su análisis.
En la conferencia, el presidente del CELAM contextualizó el problema laboral como el reemplazo del hombre por las máquinas y reflexionó sobre lo conflictivo que es escoger la tecnología en desmedro del trabajo humano.
Agregó, en esa misma línea, que “todas las personas puedan tener acceso digno al trabajo y puedan ganarse el pan, no solamente con el sudor de su frente, sino aportando todas sus capacidades y potencialidades al desarrollo de la humanidad, porque el trabajo no es simplemente una fuente de sostenimiento, sino que es una posibilidad enorme de aportar al desarrollo humano”.
El Cardenal realizó una invitación, basada en la Encíclica, a cuidar especialmente el trabajo, y a que esté totalmente en sintonía con la ecología integral que el Santo Padre propone.
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