Esta frase del papa Francisco, que da título a esta editorial, está tomada del discurso que dirigió a la conferencia de la CIT y OIT nos invita a reflexionar sobre algunas prioridades para el tiempo de post pandemia en cuanto a la recuperación del trabajo decente y la vida de los trabajadores. Quiero presentarte algunos caminos importantes para nosotros.
El Papa, muy cercano al mundo del trabajo y los trabajadores, nos invita a crear una nueva recuperación centrada en el “especial cuidado del bien común” Pero ¿qué es el bien común? Es el conjunto de bienes que permiten al hombre desarrollarse como persona y aportar a la sociedad. Este bien para todos debe poner especial cuidado en los que “van quedando atrás” o los “desechables” ante una nueva carrera por recuperar niveles económicos y de desarrollo anteriores al Covid. ¿Quiénes son los más perjudicados en este proceso? El Papa señala a los “los trabajadores poco cualificados, los jornaleros, los del sector informal, los trabajadores migrantes y refugiados…” A este grupo añade especialmente a las mujeres. Estas personas son muchas veces las primeras víctimas de la “filosofía del descarte”.
En segundo lugar, nos llama a impulsar un nuevo diálogo mucho más inclusivo, que podemos ver bien reflejado en la tarea de la Convención Constitucional, entre todos los actores del mundo laboral para gestar nuevos proyectos en un espíritu de amplia negociación colectiva. Para el Papa los políticos, empresarios y sindicalistas tienen aquí una importante labor.
A los políticos les recuerda que “un acto de caridad igualmente indispensable [es] el esfuerzo dirigido a organizar y estructurar la sociedad de modo que el prójimo no tenga que padecer la miseria”.
A los empresarios les dice que “su verdadera vocación: producir riqueza al servicio de todos”. Recordando que el derecho a la propiedad está subordinado al bien de toda la sociedad por lo tanto al derecho primero del destino universal de los bienes.
A los sindicalistas por último los invita a enfocarse en las situaciones concretas de barrios y comunidades donde actúan zafando así de una estrechez en la búsqueda de mejoras. Para eso recomienda avivar el sentido de profecía dando voz a los que no tienen e innovando constantemente su mirada: “Su vocación es también proteger a los que todavía no tienen derechos, a los que están excluidos del trabajo y que también están excluidos de los derechos y de la democracia”
En su mensaje el Papa Francisco por último no olvida el cuidado, señalando que “debe ser una dimensión de todo trabajo”. Esto incluye el cuidado de la creación para hoy y el futuro, de los trabajadores y su entorno, así como de la dignidad humana que siempre es necesario resguarda.
Padre Jaime Tocornal Vial, vicario de la Pastoral Social Caritas