ENTREVISTA: Desde niño que David Peña se ha dedicado al comercio en las calles y hoy es presidente del Sindicato de Trabajadores de la Locomoción Colectiva (SINTRALOC). Junto a otros trabajadores fue el fundador de este sindicato y hoy a sus 52 años, acaba de ser elegido nuevamente a la cabeza de los trabajadores ambulantes.
Por: Francisco Morón M.
“Para mí fue una elección esto de trabajar en el comercio de la calle. Desde chico me arrancaba a vender dulces, era el ansia de saber, conocer y vivir lo que pasaba en la calle”
Este dirigente sindical que hoy tiene 52 años, cuenta que se inició en el comercio ambulante por motivación propia. Después con el tiempo, esto se transformó en una obligación, principalmente para ayudar a su familia que tras el golpe militar, quedó en la calle. Su padre era dueño de una fábrica de baldosas que le trabajaba a la Unidad Popular, por lo que todos sus bienes fueron expropiados.
“Quedamos viviendo en el Zanjón de la Aguada y ahí la venta no era por cuenta propia, sino que por necesidad. En ese momento comencé a aplicar lo que había aprendido anteriormente en la calle para ayudar a mi papá y a mis 10 hermanos”.
David Peña siempre estuvo ligado a los movimientos sociales, reconoce que durante la dictadura la gente se fue dando cuenta de la opresión hacia el pueblo y sobre todos hacia los vendedores ambulantes.
“En ese tiempo salían muchas comisiones civiles disfrazados a darnos duro. Los comerciantes ambulantes éramos encarcelados hasta 4 días como si fuéramos delincuentes. Nos mojaban en los calabozos, nos quitaban la mercadería, existía un abuso tremendo”.
Producto de esta situación de descontento y abuso por parte del régimen, se unió con otros trabajadores y formaron la agrupación VALOC (Vendedores Ambulantes Locomoción Colectiva), el año 1987. Fueron 27 trabajadores que comenzaron en el sindicato y después con las movilizaciones rápidamente esta cifra fue aumentando. Llegaron a tener más de 300 personas.
“Cuando llegó la concertación al poder venía con grandes promesas, entre ellas que se iba a terminar el trabajo precario, como el que realizábamos en ese tiempo los vendedores ambulantes. Finalmente nada de eso pasó y el sindicato se fue debilitando, hubo una especie de receso hasta cuando llegó el nuevo sistema de transportes. En él, había una norma implícita que decía que no se iba a permitir vendedores ambulantes en la locomoción colectiva y debido a esto nos volvimos a agrupar, no era posible que más de 7 mil personas quedaran sin trabajo”.
Una vez más, David Peña estuvo a la cabeza de este movimiento de vendedores ambulantes que volvía a resurgir, esta vez totalmente renovado y con el objetivo de luchar por el derecho a trabajar en el nuevo sistema de transporte público.
“El artículo 91 de la ley de tránsito decía que se le prohíbe al señor conductor dejar subir ebrios, mendigos, desaseados, bultos, animales y comerciantes ambulantes, en esa categoría estábamos nosotros. Finalmente y tras una gran lucha, el año 2009 cuando la presidenta Bachelet terminaba su mandando, logramos cambiar la ley. Hoy en día el conductor no se puede negar a la subida de un trabajador que cumpla con ciertos requisitos. Entre ellos, tener iniciación de actividades y contar con una credencial”.
Fue una larga lucha que dieron los trabajadores agrupados en SINTRALOC. La que finalmente se tradujo en un buen resultado y que hoy les permite poder trabajar más tranquilos. No siendo perseguidos. Pero no todo ha sido fácil para este dirigente sindical, guarda una gran pena en su corazón que quiso compartir con nosotros.
“Yo tuve un hijo que tenía un tumor y fue desahuciado en el sistema de salud de nuestro país. Después nos fuimos a Estados Unidos, porque se dio la oportunidad de asistirlo en un hospital experimental para niños con cáncer, y ahí estuvimos por cerca de un año luchando, estuvimos a punto de salvarlo, lo malo fue que su cuerpo ya estaba muy desgastado por todos los tratamientos. Estoy tranquilo porque hicimos todo lo posible por salvarle la vida”.
Este hombre asegura que el perder a su hijo es una fuerte experiencia que lleva en su corazón, pero que con el tiempo han aprendido a superar como familia. Hoy tiene otras 3 hijas y trabaja día a día para darles lo mejor a ellas y a su mujer con la que lleva 27 años de matrimonio. Asegura que a ratos le gustaría poder estar más junto a los suyos, debido a todo el tiempo que implica ser dirigente sindical, pero que la motivación por poder decirles algún día a sus compañeros; “muchachos ahora tienen salud, ahora tienen previsión, tienen un empleo digno”, es mucho más grande que cualquier cosa.
El “Pelao” como también es conocido Peña, ha sido un hombre inteligente. El dinero que ha ido generando a lo largo de su carrera lo ha sabido invertir, y hoy puede estar y trabajar más tranquilo.
“Yo desde los 9 años que soy vendedor ambulante por lo que he vendido de todo en las calles. Hoy tengo mi propia imprenta y me estoy dedicando a la fabricación de textos de apoyo para los escolares, los cuales vendo personalmente en la locomoción colectiva”.
¿Cuáles son las demandas de este nuevo período que inicia como presidente?
La verdad de las cosas es que yo no tenía la intención de ser presidente nuevamente. Pero la gente me pidió porque ahora se viene una lucha fuerte, querían a alguien con experiencia. Durante el pasado gobierno se nos cerraron todas las puertas y ahora con la llegada de la Presidenta Bachelet, pensamos que las cosas se pueden volver a retomar. Esto, de la mano de la unión de los trabajadores. Nuestra principal demanda es hacer del trabajo independiente, un trabajo digno y que sea reconocido por las autoridades.