ENTREVISTA: El nuevo presidente de la Confederación de Trabajadores del Cobre conversó con Sindical.cl sobre el interés de su organización en relacionarse con otros gremios e influir en las negociaciones colectivas de la minería privada, objetivos que se conversaron en su último congreso nacional.
[Santiago, 5 de Septiembre de 2013] Manuel Ahumada tiene 35 años, un cuerpo delgado y un hablar lento. Pareciera que no tuviera apuro en analizar y desglosar los desafíos del mundo sindical, tema al que se ha dedicado desde hace diez años y que lo destacó como un líder joven dentro de la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC). Actualmente es el nuevo presidente de la CTC, elegido en agosto pasado por la asamblea, después de años de trabajar en su directiva y junto a su antecesor, Cristián Cuevas, con quien comparte militancia política (PC).
En el pasado congreso nacional de la CTC en agosto, la organización trazó los desafíos que se impusieron a largo y mediano plazo, además de elegir a los 15 dirigentes que componen la nueva directiva.
“Si bien hemos conseguido una especie de negociación ramal en un sector importante, como es el sector de la minería estatal, tenemos que trabajar en poder instalar esas mismas condiciones en la minería privada”, comenta Ahumada.
Con cerca de 15 mil afiliados a nivel nacional, según sus cálculos, la CTC ha logrado impulsar negociaciones colectivas con Codelco, que le han permitido beneficiar a miles de trabajadores subcontratistas de la empresa. Hoy, otros gremios han intentado aplicar negociaciones parecidas, por lo que la CTC está interesada en generar alianzas con movimientos sindicales y sociales para compartir estas experiencias e impulsar lo que llaman “cambios más profundos”.
“Cambios” es una palabra que se repite en esta entrevista. Ahumada habla de esas transformaciones en su organización y a nivel social, y también la usa para referirse a sus motivaciones como sindicalista. Después de formar un sindicato en la empresa contratista de Codelco, CMS, en 2003, en 2005 fue parte de los fundadores de la CTC, para exigir esos cambios en los salarios y trato de los trabajadores subcontratistas de la estatal.
“Muchos nos preguntaban por qué no nos llamábamos ‘confederación de trabajadores subcontratistas del cobre’, pero a la conclusión que llegamos es que no podíamos asumirnos como trabajadores de segunda clase. Reconocerte como trabajador contratista es asumir esa segunda clase, y por lo tanto, quisimos superar eso. Defender a Codelco como empresa estatal y el término de la subcontratación como sistema de precarización del trabajo son principios que fijamos desde la conformación de la CTC y que reafirmamos en el último congreso”, afirma el dirigente.
¿Qué temas conversaron en el último congreso de la CTC? Además de elegir la nueva directiva.
Hicimos una comprensión de reconocernos como organización sindical y recuperar esa vocación de poder de los trabajadores, entendiendo que las problemáticas de los trabajadores se resuelven con cambios de fondo, estructurales. Y en ese contexto, entendemos que Cristian Cuevas asume esa tarea en el parlamento. Siendo que la mayoría de las personas en la organización sindical no tienen militancia, como también hay militancias diversas, pero los militantes somos una minoría, por eso el tema es más amplio que un partido. Respetando sus militancias, ellos se deben a los trabajadores.
Entre las conclusiones también está establecer alianzas con otros sectores de trabajadores. Seguir reforzando alianzas con otros sectores sociales también, como estudiantes, para avanzar en grandes cambios a nivel nacional, manteniendo nuestra autonomía con los gobiernos de turno.
También necesitamos reforzar la negociación, si bien hemos conseguido una especie de negociación ramal en un sector importante, como es el sector de la minería estatal, tenemos que trabajar en poder instalar esas mismas condiciones en la minería privada.
¿Cómo negocian colectivamente al ser parte de empresas contratistas de Codelco?
Primero, entendiendo cómo organizarnos como trabajadores. La razón de existir de un sindicato tiene que ver con su capacidad de negociación. Un sindicato sin capacidad de negociación, es difícil sostenerlo. Y para eso, debe existir capacidad de movilización. Y nosotros con esa fuerza negociamos. A la Confederación nos han demonizado, por tomarnos caminos, por ejemplo, pero ¿qué alternativa nos deja el código del trabajo para negociar? Ahí nosotros apelamos a los convenios internacionales, al derecho de negociación, convenios ratificados por Chile. Y antes de esa organización, primero tuvimos que recaudar las problemáticas transversales que teníamos y generar un petitorio.
Para negociar, además del subcontrato, nosotros nos enfrentamos a un sistema de licitaciones. Y en esos procesos de licitaciones, para que Codelco contrate una empresa subcontratista, en la actualidad Codelco pone en las bases de licitación que la empresa tenga que considerar los beneficios a los que llegaron en un acuerdo con la CTC. Es así como obtenemos los beneficios de la negociación. De todas formas, la plata sale de Codelco. Y esto ocurre después de que de una u otra manera los trabajadores rompieran con los esquemas del código del trabajo para negociar, como en nuestro caso. Lo mismo pasó en Correos, por ejemplo, al principio era un sindicato el que podía negociar, pero se sumaron los otros que componían la federación. No se los permitía el Código del Trabajo, pero por la vía de los hechos paralizan todos y al empleador sólo le queda sentarse a negociar.
¿Qué le parece a usted la actual situación sindical en Chile?
Tenemos que entender la realidad del mundo sindical como resultado de un contexto histórico como país, que vivimos. El movimiento sindical jugó en la dictadura un rol fundamental para buscar las formas de salir de esa dictadura. Eso significó un tremendo desgaste y a la vez quedarse con todos los amarres legales a los que estamos atados, ahora, como el código laboral. Todo eso está pensado para disminuir el derecho a organización por parte de los trabajadores. Y obviamente el movimiento sindical va a estar debilitado si no podemos negociar, si no tenemos derecho a huelga.
Por eso el movimiento sindical está debilitado, porque estamos en un proceso de comprensión en el mundo de los trabajadores, para poder fortalecernos y retomar la historia del movimiento sindical. Yo no me imagino un Recabarren organizando a los trabajadores con el Código del Trabajo bajo el brazo. Por eso tenemos que romper esas lógicas, para avanzar en aquello.
¿Cree que se ha generado más cultura sindical? ¿Ustedes lo ven el área de la minería?
Sí, yo creo que por parte de nuestros trabajadores y de la minería en general hay hartas expectativas, sobre todo para saber cómo nos vamos a mover como organización. Por la manera en que hemos marcado la minería y nuestra experiencia, ha generado esperanza de que se puede negociar y precedentes para que otros compañeros repliquen estas negociaciones. Y no solo en minería, sino también los portuarios, carteros, pueden hacerlo otras organizaciones. También pasa con un cambio generacional de la conducción, porque hay temores todavía, pero si ves a los estudiantes, la gente más joven no tiene tanto temor.
¿Cree que entre los dirigentes sindicales hay un estilo distinto de liderazgo entre jóvenes y los “más viejos”?
Yo creo que nosotros tenemos que tomar en cuenta la experiencia. Quizás los más jóvenes vemos las cosas de manera más simple, puede ser porque muchas de esas experiencias de miedo no las vivimos.
Siendo que ustedes se han planteado, como organización, empoderar políticamente a los trabajadores ¿Van a tener un apoyo oficial a un candidato presidencial?
No. Eso es independiente de la militancia de los dirigentes, ese trabajo lo hace cada uno fuera del trabajo de los sindicatos. Pero como organización no. Planteamos en la asamblea la autonomía de los gobiernos de turno. Mi deber es representar la comprensión que ha hecho la organización.
¿Cuáles son, según ustedes como confederación, los cambios concretos que debe haber en la institucionalidad laboral? Porque ustedes se han referido a la necesidad de hacer estos cambios, pero ¿cuales son específicamente?
Derecho a huelga sin reemplazo y sin descolgarse. Es lo principal. Si el trabajador tiene esos derechos, obliga a la contraparte a sentarse en una mesa. Entonces, cuando se habla de fortalecer la organización sindical, eso es demagogia, porque la única manera de fortalecerla es con la capacidad de negociar que tienen los trabajadores.
Y además, a nivel país, la mala distribución de las riquezas es producto de lo mismo. Si la única manera de distribuir las riquezas en este país es a través de la negociación colectiva, de que las partes se puedan encontrar y vayan mejorando sus condiciones de trabajo.
¿Cuáles son los desafíos a corto y mediano plazo de la confederación?
La confederación está permanente en movimiento, no paramos de hacer cosas. Los desafíos inmediatos son seguir movilizados, pero históricamente nunca hemos anunciados las movilizaciones, no podemos, ha sido la manera de movernos. También queremos generar nuevos afiliados.
Queremos instalar una escuela permanente de formación sindical. Tenemos que estructurarla, la idea es que los dirigentes estén capacitándose. También se plantea ampliarlo, que no sea solo para los dirigentes de la confederación. Necesitamos reforzar a los dirigentes en sus habilidades.
Y queremos ver cuáles serán las políticas de la confederación respecto a las negociaciones colectivas por empresa, las jornadas excepcionales, cómo vamos a instalar políticas de género y cómo incluimos a la familia en las actividades sindicales, a la familia de los trabajadores.