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Un joven minero en Santiago


TRABAJADOR DE LA SEMANA: Muchos desconocen que en la Región metropolitana sí existen faenas mineras. La más cercana es la Mina Los Bronces, a 65 kilómetros de Santiago. Entrevistamos a un trabajador de esa empresa, que nos contó su experiencia y cómo es vivir en disposición de los turnos de un gran yacimiento.

Trabaja en la punta del cerro. Así podría describirse la labor de Cristóbal Bravo, de 28 años, quien casi todos los días sube 3.500 metros de altura para llegar a la mina Los Bronces, de propiedad de Angloamerican, donde realiza las labores de ingeniero mecánico y revisa el estado de las maquinarias.  A 65 kilómetros de Santiago, cerca de Lo Barnechea, Cristóbal se ha tenido que acostumbrar a los turnos de madrugada, a días libres en medio de la semana y a la nieve en invierno. Y le encanta. Cuando habla de su trabajo sus ojos brillan, sonríe y muestra orgulloso sus fotos en su celular. Sabe que tiene suerte por hacer lo que le apasiona. “Se me nota, todos lo notan, que estoy feliz”, dice.

Cristóbal estudió ingeniería mecánica automotriz en el Duoc, donde primero sacó un título técnico y luego el profesional. Después de trabajar en una automotriz, se dio cuenta que lo suyo eran máquinas más grandes. Tras un tiempo insistiendo y postulando a la mina Los Bronces, quedó en el trabajo y fue capacitado para la mantención de las máquinas de perforación. Actualmente cumple cerca de un año allí, cuidando de maquinarias parecidas a taladros gigantes, aparatos que penetran la tierra y las rocas para encontrar cobre, la materia prima más importante del país.

Este joven minero nos contó su experiencia, sobre la realidad diaria de lidiar con los turnos, con la altura y los riesgos de la gran minería.

¿Cuál es tu rutina de trabajo en la mina?

Cuando entras al trabajo, pasas la noche en un hotel. Tienes pieza solo, baño privado. Y me levanto a las 5 de la mañana, ya a las 5.30 hrs. tengo que haberme duchado y tomar desayuno, para entrar al cambio de turno. Tienes media hora para conversar con las personas que tuvieron el turno anterior, para que te cuenten qué está pasando, qué se hizo. A las 6 hrs se dicta la charla de seguridad, todos los días. Eso dura entre 10 a 20 minutos. En mi equipo somos 12 personas, entre mecánicos, especialistas estructurales y eléctricos. Ahí somos puros hombres.

Y ahí se deriva la pega, una son las mantenciones programadas y otro que son los problemas que se dan en el momento. Por ejemplo si una perforadora tiene problemas uno tiene que ir a verla. A mí me toca hacer las dos cosas. La máquina es gigante, más de cinco pisos de altura. La primera vez que vi una, quedé loco, impactado. A mí me gustan las máquinas.

A las 10:30 hrs. hay un break, agarramos las camionetas y nos vamos a una parte que le llaman “la choquera”. Es como una casita que vas a tomar lo que le llaman “la choca”, que es un segundo desayuno. Tienes media hora y a veces se extiende un poco, pero depende del trabajo, si hay mucho trabajo mandas a alguien que saque tu choca, que generalmente son jugos, bebidas, galletas, porque la choca dicen que es sagrada, es un momento de descanso.

¿Qué pasa si te enfermas en un turno?

Ya me enfermé una vez. Estaba en la piscina de mi casa y me picó una abeja en el tobillo. Pero siempre me han picado abejas, así que no le di importancia, me eché barro no más. Y fue una hora antes de subir a la mina. Cuando subí, a las dos horas ya no podía caminar, tenía inflamado. Como son 3.500 metros de altura donde está la mina, la picadura se me inflamó, por la falta de oxígeno, y me dolía. Bueno, arriba está la mutual, entonces un doctor me vio allí, me dio un antialérgico y me mandaron para la casa dos días. No me bajaron de inmediato, tuve que esperar a la mañana con el bus que bajaba.

Pero a veces hay accidentes más graves, allá a veces hay gente que se corta los dedos o tiene fracturas expuestas. Por eso en la empresa lo que más te recuerdan son las medidas de seguridad. Incluso tienen un día de seguridad, una vez al año.

Uno en el trabajo usa un buzo blanco, mascarilla, protectores auditivos, bloqueador para protegerse del sol, polera que reboten los rayos UV, bototos, y para invierno te dan ropa de invierno, porque allá nieva. O sea, hay preocupación por la seguridad personal.

¿Y cómo son tus turnos?

Mi horario es de 9 días seguidos trabajando y después tengo 4 días libres, que en verdad son 3, pero hay un días más, que le llaman el día ganado. Subo el lunes, tomo el bus a las 11 de la mañana cerca de mi casa, luego entro a un turno que comienza a las 13.30 hasta 21.30 hrs., después duermo y empiezo otro turno a las 5 de la mañana hasta las 13.30 del martes. Luego, bajo de la mina. El miércoles vuelvo a hacer lo mismo. El viernes tengo el horario que le llaman “la larga”, que hago esos dos turnos y salgo a las 10 de la mañana del domingo.

Pero mis papás y mi polola me entienden y aguantan lo de los horarios, porque me ven contento. Yo también lo notaba, porque antes estaba mal genio todo el día por la pega, estaba todo el día amargado. Ahora no, porque estoy contento, he aprendido mucho también.

¿Te costó acostumbrarte a esos horarios?

No, porque se te pasa volando, cuando hay trabajo se te pasa volando. Más encima tienes un break en la mitad del turno. Pero me costaba dormir después. Te dan un tiempo para aclimatarte. Me ha costado con respecto a la vida social, porque uno anda al revés en los horarios. Están todos trabajando y tú tienes libre, o están todos en la playa y uno tiene que trabajar. Andas a otro ritmo. Y me ha pasado hartas veces, porque a veces uno va a un cumpleaños y no puede tomar porque al otro día tienes turno y te pueden hacer exámenes.

¿Y los sueldos, son tan buenos como se dice?

En la minería los sueldos bases quizás no son tan buenos comparados con otros rubros. Por ejemplo, un trabajo como el mío puede sacar cerca de 800 mil pesos mensuales, pero sin ningún bono de nada, cuando aún no tienes contrato indefinido.  Ya cuando tienes contrato indefinido puedes pasar de ganar 800 mil a 2 millones, porque tienes distintos bonos, casi todos los meses hay un bono. Eso se ha ganado con los contratos indefinidos. Tienes bonos de fiestas patrias, vacaciones, de estudios, gratificaciones.

En la minera, todos están sindicalizados. Más que nada, porque se logran muchas cosas en la negociación, bonos de término de conflicto y además, el sindicato hace muchas cosas, convenios con preuniversitarios, para comprar útiles escolares, dentistas, médico. Es una gran ayuda.

¿Y qué te parece la labor del sindicato en tu empresa?

A mí me gusta la labor de los sindicatos, porque están velando por nuestros derechos como trabajador. Por ejemplo, ahora ha habido problemas con los buses, porque venían más llenos de gente, y cuando le dijimos al sindicato, al poco tiempo habían más buses, más recorridos.

¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?

Es que estoy todo el día ocupado, haciendo algo, y siempre estoy aprendiendo cosas nuevas. Y aprendo de la mina también, porque es inmensa, y así la conozco. Es entretenido, y eso es lo que más rescato, que todo el rato aprendo, no te aburres, y si quieres estudiar más puedes estudiar más, hay manuales, hay cosas, entonces tienes la posibilidad de superarte y hacerte experto.