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Dirigente de recolectores de basura:“Cuando hay paro, ahí somos importantes y nos notan”


ENTREVISTA: Armando Soto, dirigente nacional de los recolectores de basura, afirma que la paciencia se les está acabando. Según el sindicalista, los trabajadores de la basura están expuestos a accidentes, enfermedades, malos salarios y jornadas que superan las 12 horas diarias. Su búsqueda por una solución para sus compañeros lo ha llevado a una mesa de trabajo con el gobierno, empresarios y municipios, que este mes concluye, donde ha depositado sus esperanzas y las de miles de trabajadores de la basura.

[Santiago, 19 de Abril de 2013] En el país hay más de 36.000 trabajadores que se desempeñan en la recolección de basura. Lo que botamos en nuestras casas y oficinas, termina en las manos de estos hombres, que laboran día y noche por mantener nuestro entorno limpio y alejado de enfermedades. Sin embargo, su sacrificio se traduce en sueldos que bordean los 200 mil pesos y en condiciones de trabajo precarias. Cortes en las manos, lesiones musculares, caídas, lumbago, son algunos de los accidentes y enfermedades más comunes entre los recolectores de basura. Para ellos, la basura es un arma de doble filo: su fuente laboral y un posible peligro.

Ante una precarización laboral que se masificó tras la privatización de esta labor, los trabajadores de la basura se han organizado en la Federación de Sindicatos de Recolectores de Basura, que agrupa a cerca de siete mil personas. El presidente de la federación es Armando Soto, quien por años se desempeñó como chofer de los camiones recolectores y que hoy dedica sus días a destrabar conflictos laborales en el rubro, generar colectas para sus compañeros y asegurar condiciones de trabajo apropiadas para manipular basura. Esa misma preocupación lo llevó a solicitar una visita de la inspectora del Trabajo y la Ministra Evelyn Matthei, quienes en agosto de 2012 presenciaron las nulas condiciones de higiene y seguridad que tienen. Matthei convocó a una mesa de trabajo que termina este mes de abril, en conjunto con empresarios y municipalidades, para buscar soluciones a la realidad laboral de los recolectores.

Sensibilizada ante esta realidad, la Vicaría de la Pastoral Social y de los Trabajadores, del Arzobispado de Santiago, dedicará las actividades de la Semana del Trabajo a los recolectores de basura, desde el 21 hasta el 30 de abril. Soto espera que estas actividades ayuden a fortalecer sus demandas ante las autoridades, “Dios mediante”, dice riendo.

En la siguiente entrevista, Soto habla sobre un negocio que no huele bien: bajos los salarios, largas jornadas de trabajo y constantes accidentes laborales.

¿Cómo describiría el funcionamiento del negocio de la basura en el país?

En el caso de nosotros, recogemos la basura en las comunas y ésta llega a la estación de transferencia en Quilicura y luego pasa a ser trasladado en tren a Montenegro. En Santiago, existen dos estaciones de transferencia, una en Quilicura y otra en San Bernardo, que es la estación Santa Marta, donde dejan la basura de la zona sur de Santiago. Y hay un relleno sanitario, fuera de toda norma, que está ubicado en la comuna de Maipú, que se denomina Santiago Poniente.

Estos tres lugares donde nosotros botamos la basura tienen  distintos dueños, KDM en Quilicura, Santa Marta en San Bernardo y Proactiva en Santiago Poniente. Digamos que estas tres grandes empresas tienen el monopolio en la recepción y el tratamiento de la basura en Santiago. Eso deriva en que para ellos es un negocio redondo. Lo malo es que al estar todo concentrado, se concentran los sueldos, las condiciones laborales y se genera mano de obra barata, desigualdad, se cae en el abuso, que es lo que vivimos a diario. Pero la lucha que nosotros damos a diario no va enfocada a estas grandes empresas, que ya tienen instalaciones hechas y que de alguna manera por la presión de los sindicatos han ido mejorando sus condiciones, tanto de higiene como de seguridad. El problema es cuando entra una empresa nueva al mercado, que no tiene infraestructura y no tienen un marco que regule el sistema de cambio de ropas y todo eso, y eso queda sujeto a lo que dicen las bases de licitación de las comunas.

Mesa de Trabajo sobre la labor de los recolectores de basura.

Ahora nosotros estamos en una mesa de trabajo, con el ministerio, municipalidades y empresarios, para generar unas bases tipo, la misma ministra Matthei está patrocinando esto. Estas bases tipo deberían poner fin al abuso que se está haciendo con los recolectores en cuanto a la higiene y seguridad. Porque si la municipalidad no pone unas reglas, por sí solas las empresas no lo hacen.

Esperamos que en esta mesa en la que estamos trabajando exista más respeto a lo que nosotros estamos realizando. Somos importantes para que la sociedad funcione bien e igual somos tan maltratados, mal pagados, mal mirados y discriminados. Hay personas que asumen que recoger basura implica esclavitud, jornadas largas, como si fuese parte del trabajo. Y da mucha pena ver eso.

¿Y cómo ve el interés del gobierno por solucionar sus problemas?

Desgraciadamente nos hemos ido desilusionando un poco, ya que la mesa se ha alargado más de lo que pensábamos. Ya llevamos seis meses discutiendo el tema y le vemos muy poco avance. Ahora, ha habido otros temas que han surgido en los distintos municipios, por ejemplo, tener alrededor de 16 municipios donde los trabajadores están trabajando 12 horas diarias, entonces estamos negociando por un lado y por el otro ellos siguen abusando de los trabajadores con jornadas interminables y salarios de miseria.

Ustedes han nombrado varios problemas laborales, como gremio, uno es la jornada de trabajo ¿ese es el problema más importante en este momento para los recolectores?

Es el mayor problema que tenemos y vemos que los municipios son cómplices de estos abusos que se están generando. Si ellos pusieran en sus bases claramente establecido que la jornada de trabajo no puede superar las 45 horas semanales, todo cambiaría. Pero eso les costaría plata, la licitación tendría mayor valor para las municipalidades y por eso no incorporan eso. La ley sobre la jornada laboral se vulnera con nosotros abiertamente.

¿Cómo es la realidad sindical entre los recolectores?

De todas las empresas, hablamos de cerca de 20 en el país, desgraciadamente no todas permiten que los trabajadores se organicen a través de un sindicato, por lo que a esta federación le ha costado representarlos a todos. De los cerca de 36 mil trabajadores recolectores de basura en Chile, 7 mil están sindicalizados. Hay muchos trabajadores que nos apoyan sin estar sindicalizados, porque tienen la seguridad de que si nosotros cambiamos la situación laboral, va a cambiar para todos, tengan o no sindicatos.

Este trabajo es considerado un trabajo pesado, uno imagina que es una labor que tiende a presentar más accidentabilidad que otros trabajos.

Sí, desgraciadamente la ley de trabajo pesado debería ayudarnos, pero en la práctica no es así. Tenemos la opción de jubilar con anticipación, pero no se lleva a cabo, por los trámites burocráticos para realizar esto, al final igual los trabajadores se demoran un año o dos para jubilar y terminan jubilando a los 65 años.

También hay hartos accidentes, prácticamente a diario, como cortes con vidrios, cortes con latas, mordeduras de perros, lesiones en las articulaciones, esguinces de tobillos, caídas,  porque tienen que correr muchas veces al camión y ahí se doblan un pie o tropiezan.

¿Y considera que hay enfermedades que les afectan más?

Sí, hay muchas enfermedades profesionales que nos afectan, por el trabajo físico que hacemos al recoger la basura. Hay enfermedades relacionadas con lo que hacemos, como el lumbago crónico, al levantar más peso  de lo que la ley estipula. A la vez, no se usa la ropa ni los elementos adecuados, nosotros sabemos que los elementos de seguridad de los recolectores tienen que ser especiales, ya que la labor de nosotros es distinta a la de un obrero de la construcción o de otro rubro, y desgraciadamente los elementos de seguridad que estamos usando no son los más adecuados y lejos de ayudarnos, nos perjudican. Por ejemplo, los bototos de seguridad, son muy pesados, y estos trabajadores tienen que correr.

También tenemos trabajadores que han presentado tifus. Todos los años hay tifus entre los recolectores, en la década de los 80’s nos vacunaban periódicamente, pero ahora no. Así que a veces comen después de trabajar y como tienen las manos sucias, se enferman.

¿Cómo ha visto la evolución de esta labor en el tiempo? ¿Encuentra que han mejorado las condiciones laborales durante los últimos años?

Lamentablemente encuentro que las condiciones de trabajo no han mejorado, incluso han empeorado. Estos servicios antes eran municipales y de a poco durante la década de los ochentas y los noventas se privatizó, pero no hemos tenido una mejora en los salarios ni poco en las condiciones laborales.

Nosotros creemos que el cambio del sector público al sector privado ha sido absolutamente negativo para nosotros. Podemos comparar el trabajo de las empresas privadas con las que tienen un servicio de recolección municipal, como la comuna de Santiago. Ahí funciona bien, Santiago le paga sueldos dignos a sus trabajadores, un auxiliar en Santiago gana más de 500 mil pesos, acá en el sector privado gana 200 mil. Un chófer en Santiago puede ganar cerca de 800 mil, y en la empresa privada gana la mitad.

Usted comentaba que sufren discriminación ¿Cómo se genera esa discriminación?

A todo lo que yo le decía, se suma que el recolector es discriminado, mal mirado. A veces los recolectores no vuelven a la central de recolección y son dejados en la comuna donde trabajan y se van así, con la misma ropa puesta a su casa, hediondos, porque no tienen baños en las comunas donde trabajan. Muchas veces se quedan en el sector y los echan de las micros, porque por su trabajo es natural que expelan mal olor, y así se dan varios casos de discriminación.

Y eso también se debe a la poca importancia que le dan a esta labor los municipios, al momento de entregar la licitación a las empresas, porque si ellos se preocuparan de que las empresas  a los que le entregan la licitación tenga un lugar donde los trabajadores puedan cambiarse ropa, bañarse, la discriminación no pasaría.

Históricamente el recolector ha sido mal mirado, antes nos decían que éramos curaditos, la gente nos daban propina y nos decía “para que se tome un traguito”. Hoy día eso se da poco.  Por eso nos sirve el reconocimiento que nos da la Vicaría, para mostrar nuestras demandas y la importancia de lo que hacemos.

¿Y cómo es la calidad de vida de los trabajadores de la basura?

Hemos visto que los horarios largos que tienen los recolectores les afectan mucho, por la ausencia del padre en la casa. No olvide que el recolector debe levantarse todos los días a las 4:30 de la mañana y está llegando a su casa a las 10 de la noche, o sea, ni siquiera tiene tiempo para conversar con su esposa ni estar con sus hijos. Tengo trabajadores que llegan a su casa, se sientan y se quedan dormidos.

¿Cuál es su anhelo como presidente de la federación? ¿Qué le gustaría ver concretado al dejar su puesto como dirigente?

Nuestro anhelo es que al trabajador recolector se le pague un sueldo digno, que le permita desarrollarse en la vida. Nosotros planteamos que cerca de 400 mil pesos líquidos sería el sueldo ideal para un trabajador, y de 700 mil pesos para los choferes. Y no es descabellado, porque vemos que en el mercado laboral se están pagando esos precios.

El gran anhelo de la directiva de la federación y los sindicatos, es lograr sueldos dignos y que el trabajador vuelva a recuperar el entorno familiar que han perdido por las largas jornadas.

Yo llevo años en los mismo, las mismas peticiones para los trabajadores. Nos hemos reunido en varias oportunidades, con distintos gobiernos, para crear unas bases tipo. El problema es que hay municipios que no les conviene regirse por normas que regulen. El único que puede ponerle atajo a esto es la Dirección del Trabajo, pero cuando se fiscaliza las multas que se dan son bajas. A los tipos les da lo mismo, pagan las multas, pero no van al tema de fondo. En consecuencia, el trabajador sigue siendo explotado. ¿Cuál es la opción que nos queda? Parar. Porque cuando hay paro, ahí son importantes los recolectores. Ahí se nota.

Usted lleva más de 20 años como dirigente, conoce a los recolectores, tiene amigos allí… ¿Qué lección ha sacado con estos años de trabajo sindical?

Uno con el tiempo se va apasionando, va conociendo a sus compañeros. Y uno, de alguna manera, apadrina a los trabajadores y yo veo que ellos siguen confiando en nosotros. Y a mí me gustaría salir del cargo sabiendo que logramos algunas demandas. A mí me haría feliz que los recolectores y choferes ganaran más dinero y trabajaran las jornadas que la ley indica, nada más. Que las autoridades de los municipios y del trabajo vean que acá hay un sector clamando por ayuda y nos escuchen.