Cómo las cooperativas de trabajo se podrían convertir en una alternativa a la tradicional estructura laboral, es la pregunta que muchos referentes sindicales, académicos y del ya conocido grupo de emprendedores del comercio justo han ido incorporando en la discusión para nuevos modelos de gestión de empresas.
Las cooperativas son asociaciones de personas que se reúnen para trabajar en común, con el esfuerzo mancomunado de todos, con el fin de mejorar su situación social y económica. Los datos del Ministerio de Economía arrojan que en septiembre de 2020 se registraron 3.513 Cooperativas Vigentes. De ellas, 1.337 se mantienen como entidades Vigentes-Activas (38%). La mayor parte de las organizaciones se concentran en el rubro de Servicios con 545 entidades (41%), seguidas de Producción y Trabajo con 274 (20%) y Agropecuarias con 155 organizaciones (12%).
Para saber el impacto y los avances que este modelo de gestión ha tenido en la fuerza laboral y desarrollo económico conversamos con el gerente de la Cooperativa de Trabajo por el Medio Ambiente (COOTRAMAP), José Alarcón quien explicó sus beneficios y cómo el modelo de cooperativismo ha sido un puente para aportar a la reconstrucción de puestos de trabajo en tiempos de pandemia.
¿Cuál es el diagnóstico que tienen del impacto de la pandemia en las/los trabajadoras/es?
La crisis sanitaria, generó un terremoto en las estructuras societales, afectando de manera muy manifiesta a las y los trabajadores del país. Conocido es la pérdida de empleos y la principal problemática es que el modelo estimula el mito del emprendimiento individual, como una forma casi exclusiva para mitigar las vulnerabilidades.
Sin embargo, existen alternativas que han logrado hacer frente a cataclismos socioeconómicos, como son las expresiones formales e informales desde la Economía Social. El cooperativismo no sólo se presenta como una fuente laboral, sino que centra su atención en las personas que componen la organización y no solamente en el capital, como lo hacen las empresas tradicionales.
Esto permite abordar esta crisis, integrando una mirada psicosocial, al momento de enfrentar el día a día de los trabajadores y trabajadoras. La salud mental ha empeorado evidentemente, la propuesta cooperativa exige abordarlos con nuevos lentes, que permitan ver más allá de las ganancias económicas, ya que, desde siempre el desarrollo de las sociedades a través del trabajo, lo producen los(as) trabajadores(as), ahí radica la importancia de generar políticas corporativas que se funden en principios que generen un bienestar multidimensional al trabajador.
¿El Estado ha sabido proteger sus derechos e integridad?
Por un lado, hay una deuda histórica con el reconocimiento de las relaciones laborales “encubiertas” que mantiene con las personas en modalidad independiente (honorarios), más allá de generar iniciativas que promuevan un piso mínimo de protección sociolaboral, urge el reconocimiento de la relación laboral y protección a los derechos laborales con la misma expresión que quienes sí la presentan.
Por otra parte, la pandemia demuestra que hay políticas solo de contingencia y no ayuda a propiciar relaciones laborales. Además, existen deficiencias en este contexto de propiciar la inserción laboral de grupos históricamente excluidos, como son las mujeres, quienes una vez más han tenido que sacrificar su desarrollo laboral para el cuidado de sus hijos o hijas, debido al cierre de establecimientos educacionales.
¿En qué ha fallado el Estado al momento de proteger a las y los trabajadores que han perdido sus empleos o visto desmejorada su situación laboral?
El Estado, debe generar políticas que promuevan la generación de un dispositivo integral que permita instancias de desarrollo económico, que no queden relegados a los emprendimientos de subsistencia, sino que se generen entidades que sean fuentes estables, eficientes y sustentables. Urge promover entidades que presenten los principios propios desde la Economía Social y Solidaria, una oferta desde la organización que permita a las y los trabajadores potenciar sus trayectorias laborales mediante capacitaciones, asegurar la participación económica de las ganancias, y tener preocupación por las comunidades donde se insertan estas entidades.
¿Cómo podría la nueva constitución mejorar la condición laboral de los y las trabajadoras?
La redacción de la nueva constitución, genera un desafío por la complejidad de entregar el adecuado trato a los desafíos modernos que plantea esta sociedad dinámica e inserta en un contexto de globalización. Por esto, y haciendo hincapié en el aspecto laboral, es necesario que se plantee fortalecer las iniciativas asociativas desde el desarrollo económico local, para poder generar un tejido, que sea capaz de reconocer la función social, económica, ambiental y laboral de las cooperativas y otras entidades que estipulan dentro de su orgánica, principios y valores que se sustentan en el progreso del hombre y la mujer, para con sus trabajos, para con sus comunidades.
Revisa el siguiente video con lo que significan las cooperativas según José Alarcón