ENTREVISTA: En conversación con Sindical.cl, Ruth Olate, presidenta de Sintracap, revela que Chile tiene “tiene buenas prácticas, aunque no se lleva una buena fiscalización”.
[SANTIAGO, 21 de noviembre de 2012] Unas 364 mil trabajadoras domésticas, celebraron este miércoles el Día Nacional de las Trabajadoras de Casa Particular, una actividad que se desarrolla desde 1997.
Es una ocasión en que la sociedad chilena valora el rol que muchas mujeres han desarrollado como amas de casa. El 97 % son mujeres y un 30 % no tienen contrato. De este porcentaje, cerca de un 80% trabaja “puertas afuera”.
La presidenta del Sindicato Interempresas de Trabajadoras de Casa Particular, Sintracap, Ruth Olate, destacó que hay avances en la legislación destinada a la promoción y defensa de los derechos laborales y personales.
Olate, quien asumió el liderazgo del gremio en 2008, confiesa que antes de ser presidenta, no conocía nada de sindicatos. “De todos los años que yo llevo como trabajadora de cada particular, era como un sueño formar un sindicato cuando había tanta injusticia dentro de nuestros trabajos, con nuestros empleadores”.
Con más de 500 mujeres sindicalizadas, Sintracap comenzó a funcionar en 1957. Desde su creación, según Olate, nunca se había dado la posibilidad de organizar un acto para celebrar su día en el ex congreso nacional, el cual será el escenario de un acto conmemorativo este domingo 25, a las 9:30 horas, que contará con la presencia de la presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa y de algunos parlamentarios.
– ¿Cuál es el escenario laboral que enfrenta actualmente Sintracap?
– Tenemos la misión de reivindicar los ejes del gremio en la sociedad chilena. Para nosotras es muy importante crear conciencia de la labor que tenemos, ya que no podemos negociar colectivamente, debemos hacerlo directamente con el gobierno.
Hoy, la jornada laboral es uno de los temas más importantes, porque las colegas no tienen horario. Nos levantamos a las 6 de la mañana y no sabemos a la hora que nos acostaremos. Muchas no ven a sus hijos despiertos y menos tienen un control. La mayoría son jefas de hogar. Esa es una de las preocupaciones que teníamos sobre el proyecto de ley que se discute en el Congreso.
La ministra del Trabajo (Evelyn Matthei) quería solamente reducir la jornada laboral en 1 hora, de 12 horas a 11, pero le hicimos ver que nosotras queríamos 45 horas de trabajo semanal. Y para las compañeras puertas adentro, el proyecto les fija el día domingo libre, más dos días libres al mes, sin importar qué día, que se pueden fraccionar en dos medias tardes. Este proyecto, además, propone media hora de colación, y una bolsa de 15 horas extraordinarias para las trabajadoras puertas afueras.
Además estamos luchando para que el convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo, que establece medidas para resguardar la labor de las trabajadoras domésticas, sea una herramienta básica para poder llevar este trabajo y promoverlo como cualquier otro. Este no es un trabajo de segunda clase, como muchos lo miran.
Es lamentable ver que por el hecho de llevar delantal en lugares públicos, nos discriminen. No se ha hecho nada en ese sentido, aún.
¿Cómo se trabaja a nivel internacional el convenio 189 de la OIT?
Estamos muy involucradas en esto, porque nuestra entidad participa en una red llamada la Colatraho (Confederación Latinoamericana y del Caribe de Trabajadoras del Hogar). Se comenzó a trabajar desde el año 2006 y en el 2012 se firmó en cuatro países donde se ha ratificado este convenio.
En Chile ha sido difícil proponer esto, porque es necesario un cambio constitucional, así nos comentó en su momento, el subsecretario del Trabajo.
En Uruguay se ratificó este convenio y actualmente hay una liga de Amas de casa, quien ha hecho un fuerte debate y se ha sentado a negociar con el gobierno de ese país.
¿Cuáles son las proyecciones que tienen como trabajadoras de casa particular?
No descartamos fortalecer este debate con organizaciones feministas, para que pueda ser ratificado el convenio 189 de la OIT. Si no es este gobierno, será otro quien valide este convenio.
¿Cómo se ha configurado el diálogo con los otros gobiernos este tema?
Una de nuestras compañeras que ha estado desde hace muchos años en el gremio, nos dijo que es la primera vez que se realiza una actividad en el ex congreso nacional. Es la primera vez que alguien de otra organización, como el presidente de la Confederación de Trabajadores del Cobre, Cristian Cuevas, nos invitó a participar en la fiesta de los abrazos. Primera vez que nos invita un presidente de la República a compartir un desayuno en el palacio de La Moneda.
Además, es un avance que con alguien de gobierno, como la ministra del Trabajo, hayamos trabajado codo a codo. Antes, costaba mucho entrar hablar con alguna autoridad.
¿Cómo se configura el escenario chileno a nivel internacional?
Hemos trabajado con asesoras de otras organizaciones, y hemos visto países como México, donde no se promueve el buen trato y están limitados los sindicatos de trabajadoras.
Nuestro país tiene buenas prácticas, aunque no se lleva una buena fiscalización. En otros países no tienen ni eso. Por ejemplo, en Paraguay, el 40% de nuestras compañeras viven con el sueldo mínimo. En Bolivia, todavía hay estudiantes que trabajan en servicios domésticos. Por eso, continuaremos trabajando para que el trabajo doméstico no sea un trabajo indigno, sino las condiciones laborales son las indignas.