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Luis Labarca: El peluquero de los futbolistas


ENTREVISTA: Casi todos los ídolos del fútbol que hoy se destacan en Europa han pasado por el sillón de la peluquería de Luis Labarca. Allí el peluquero impone la moda en las cabezas de los goleadores más famosos de Chile, quienes se han transformado en sus amigos más queridos.

Luis Labarca proviene de una familia de peluqueros. Viéndolos trabajar, desde muy joven comenzó a imitar el oficio y a cortarle el pelo a sus compañeros de curso, sus vecinos y amigos. Hasta que a los 20 años ya comenzó a dedicarse por completo a este rubro. Hoy, a sus 51 años, trabaja junto a su tío y otros socios en una peluquería de más de treinta años de historia llamada Uomo, ubicada en la Plaza de Armas de Santiago. Una labor que le ha permitido mantener a sus hijos y a su familia.

“Luchin”, como le dicen sus amigos, es un peluquero alto, fornido y fanático de la pelota. De sonrisa fácil y trato amable, se ha ganado el cariño del mundo del fútbol, en donde impone su estilo en las cabezas de las estrellas del deporte nacional. Los cortes de moda, esos que todos los jóvenes quieren tener, Luis los realiza con gran agilidad por seis mil pesos en el centro de Santiago. En su lugar de trabajo cuelgan recuerdos del equipo de sus amores, Colo-Colo, y de sus ídolos del fútbol. Y allí también están las fotos de sus clientes regalones, como Alexis Sánchez, Carlos Caszely y Gary Medel.

¿Cómo aprendió a cortar el pelo?

Yo aprendí en forma autodidacta, mirando cómo se cortaba el pelo. Miré a un tío, que trabaja actualmente aquí, y a otros peluqueros. Antes de ser peluquero yo trabajaba con mi papá en comercio, en un almacén. Estuve varios años sin trabajo, pero instalamos un local en la casa en donde vendíamos abarrotes y verduras. Luego empecé con la peluquería, por la misma tradición familiar, porque muchos de mis tíos y primos, eran peluqueros.Y me empezó a gustar, me di cuenta que podía hacer de este oficio una vida y así fue. Gracias a Dios han pasado los años y creo tener el talento de trabajar en esto, y es como un arte, porque uno va dibujando en el cabello de las personas lo que ellos quieren. Han pasado los años y he tratado de hacer las cosas lo mejor posible, que la gente quede contenta.

¿Le gusta su trabajo?

Sí, me gusta… he hecho otras cosas, hago eventos, asados, estuve vendiendo agua soda. Pero siempre trabajando para mi familia y mis hijos.

¿Desde cuándo tienen el local en catedral 1063?

Este edificio es del arzobispado y quedan pocos locales, los locales acá tienen muchos años, y esta peluquería tiene como 34 años, pero somos los más antiguos. Yo llegué acá por mi tío que estaba acá, él es el dueño. Y en el camino hemos hecho una clientela bien fiel. Ahora que está cerca la dirección del arzobispado, acá se vienen a cortar el pelo los padres y también son hinchas del fútbol, como nosotros.

¿Cómo lo ha hecho para lidiar con ese prejuicio que tiene la gente, que asocia este trabajo con personas homosexuales?

Sí, si hay gente que a uno lo molesta, si uno puede estar en un lugar donde no le conocen y dices que eres peluquero y te molestan. Pero la condición sexual de cada persona es respetable. Uno sabe llevar ese tema, no vas a estar peleando con la gente y no tienes que andar confirmando tu hombría con la gente, a mi me interesan mis hijos, mi familia, que los demás piensen lo que quieran.

¿Y cómo llegó a atender a futbolistas?  Porque afuera de su peluquería se pueden ver fotos de usted cortándole el pelo a Alexis Sánchez, a Vidal, etc.

Bueno, por esas cosas de la vida atendí a un futbolista famoso en esos años: Carlos Caszely. Y él me llevó a trabajar al hotel en donde se concentraban antes del partido, al Hotel Santa Lucía. Y ahí conocí al gran Lizardo Garrido, Ormeño, Chupete Ormazábal, Vasconcello. Y por conocer a esos jugadores, después uno de ellos se cambiaba a otro equipo y me traía a los compañeros, después llegaban nuevos clientes. Y así uno se fue interiorizando del ambiente futbolístico, y fui conociendo a futbolistas, dirigentes,  entrenadores… Y muchos de esos futbolistas que antes eran figuras, ahora están dirigiendo. Y seguimos de amigos o clientes. Y por suerte he podido ir evolucionando en cuanto a las modas, porque las modas de cortes de pelo han cambiado mucho: ha habido pelos largos, estilo melena argentina, en los años 80’s estaban los pelos parados tipo Soda Stereo, hasta que hemos llegado ahora, algo cortito, como usa el Alexis Sánchez, con reminiscencia media italiana o europea.

¿Y los futbolistas son los que más se preocupan del look?

Sí, ellos son los que marcan tendencia en la moda. Me pasó en el caso de Alexis Sánchez, yo empecé a cortarle el pelo cuando él llegó de Cobreloa a Colo-Colo. Y él traía un corte de pelo sencillo, en esos años era un niño de barrio, y yo le cambié el corte y le hice un mohicano. Hasta que lo contrata el Barcelona, en la copa América pasada, y el entrenador y la gente de allá le pidieron que cambiara su look. Y cuando viene a Chile me cuenta, y ahí le corté el pelo muy cortito, más tradicional.

¿Quiénes más se cortan el pelo con usted, de los futbolistas conocidos?

Bueno, cuando viene le corto a Gary Medel, a Matías Fernández, a Bravo, a Estrada, Aranguiz… De los técnicos, a Claudio Borghi, Roberto Hernández, a Hugo González, Riffo, Raúl Ormeño.

Me parece que el trabajo de peluquero es parecido a esos trabajos en donde uno se entrega al profesional, como ir al dentista. Se deben relajar también cuando vienen a conversar con usted, contarle anécdotas o experiencias.

Sí, se relajan. Por ejemplo, en el caso mío, a mi me ven como un tío, por eso hay una confianza afectiva. Muchas veces me cuentan cosas familiares, vivencias, carencias y cosas buenas. Y no sólo con los futbolistas, con los clientes  en general, y uno tiene que saber callar, ser reservado. Uno pasa a ser una especie de amigo-psicólogo, para dar ánimo.

Usted que tiene ya años de experiencia, qué le diría a una persona que está empezando, que quiere poner un negocio como una peluquería…

Sí, yo soy una persona que le echa para adelante a cualquier iniciativa. Por ejemplo, yo aprendí a tocar guitarra solo, y toco en fiestas familiares. Aprendí a navegar embarcaciones marítimas acá en la peluquería, con un libro. Me gusta transmitir ánimo, y yo creo que hay que desear que le vaya a bien a quien emprende un negocio porque no es fácil. Así que una palabra de ánimo para quienes trabajan y emprenden. Siempre llamo también a quienes están emprendiendo a que se desarrollen, que hay que estudiar y que con esfuerzo todo se puede.