El sindicato del Colegio Mariano firmó un nuevo convenio colectivo con su empleador el pasado 11 de junio, luego de una huelga que duró 6 días y que llegó a su término, por decisión de la organización, al ceder en la mayoría de sus demandas.
La organización sindical inició una huelga legal el viernes 6 de junio, ratificada con el 73% de los votos de la asamblea, tras no haber podido llegar a un acuerdo con su empleador a través de la mediación obligatoria que presentaron ante la Dirección del Trabajo para evitar la paralización.
El sindicato explicó que la negociación colectiva “llegó a un punto crítico” el 29 de mayo, cuando recibieron la última oferta de su empleador, la cual fue rechazada por las bases con un 88,5% de los votos. A raíz de ello, la organización sindical decidió solicitar la mediación obligatoria, señalada anteriormente, con la DT para evitar un conflicto mayor, la cual comenzó el 30 de mayo. Sin embargo, solo se llevaron a cabo dos reuniones en las que la institución no dio una respuesta favorable para sus demandas y dio por terminada, de forma prematura y sin regirse bajo los parámetros de la ley, las reuniones consiguientes.
Ante este escenario, la DT tuvo que interceder para que pudieran asistir a una última reunión de mediación en la que el sindicato decidió presentar una oferta por debajo de lo que habían pedido en un comienzo para poder evitar la huelga. Algunas de sus propuestas fueron: respetar el ofrecimiento del Colegio de un sueldo mínimo de $630.000; un aumento salarial escalonado de 2% para sueldos base sobre $630.000, de 1,5% para rentas entre $1.000.000 y $1.800.000, y de 1% para las rentas superiores; regular en el contrato colectivo la distribución del tiempo de trabajo de planificación no lectivo y reducir el bono de término de negociación de $300.000 a $150.000.
A pesar de las nuevas propuestas, el empleador no aceptó y, según la organización sindical, no mostró voluntad ni apertura al diálogo. De esta forma, el sindicato llevó a cabo la asamblea que ratificó la huelga y declararon en su comunicado «lamentar profundamente que la intransigencia de la administración y la Fundación nos haya empujado a esta movilización, que es nuestro último recurso legal para defender nuestros derechos y buscar condiciones laborales justas”.
Luego de ello, el sindicato cedió nuevamente en gran parte de sus demandas para llegar a un acuerdo y terminar la huelga. Por su parte, el empleador se comprometió a entregar un bono de término de negociación, que según la secretaria del sindicato, Javiera Poblete, compensa en parte al sueldo que se perdió durante los días de movilización.
La dirigenta sindical señala que en el nuevo contrato colectivo se resguardaron “las cláusulas de interpretaciones equívocas por parte del empleador, además de lograr aumento de 1 día administrativo extra para no docentes y para personas con enfermedades preexistentes, nivelación de los sueldos más bajos, aumento del bono de sala cuna y por fallecimiento/nacimiento para el próximo año”.
Entre las prácticas que sumaron como organización, se encuentra la huelga como medida de expresión de disconformidad ante el manejo del empleador en el proceso, como también “bajar la guardia frente a la comisión negociadora” de este, para dialogar sin los abogados presentes, lo cual les permitió acercar sus posturas.
“De los días de negociación y posterior huelga aprendimos que, para llegar a acuerdos se debe mostrar unidad de los trabajadores, disposición a ceder, que no debe perderse de vista el bien mayor de la comunidad. Mantener a las bases informadas, con honestidad y objetividad para permitir la toma de decisiones libre y con conocimiento”, reflexiona.