Conmemoración de los 50 años de la Vicaría de la Solidaridad junto a ex trabajadores

Nota extraída de Iglesiadesantiago.cl

En el Palacio Arzobispal, antiguas dependencias donde funcionó la Vicaría de la Solidaridad, se realizó la tarde del miércoles 26 de noviembre un encuentro marcado por la memoria, el agradecimiento y el reencuentro. La actividad se enmarca en el inicio de la conmemoración de los 50 años de la creación de esta emblemática institución de la Iglesia chilena.

A la actividad asistieron decenas de ex trabajadores y colaboradores de la Vicaría, muchos de los cuales no se veían desde hace años, generando momentos de profunda emoción y reconocimiento mutuo.

Un recorrido por la historia viva del edificio

Los asistentes comenzaron la jornada recorriendo libremente las antiguas oficinas donde, en los años de dictadura, se recibió, acompañó y orientó a miles de personas que buscaban a sus familiares detenidos desaparecidos. Estos espacios, hoy parte del Palacio Arzobispal, fueron señalados por los organizadores como “lugares donde se encarnó un compromiso concreto con quienes más sufrían”.

La ceremonia central inició en la Capilla del Palacio Arzobispal, antigua oficina de talleres de arpilleras, donde se vivió un momento de oración por parte de la comunidad reunida. Allí, el P. Tomás Scherz recordó la esencia pastoral que dio origen a esta obra: “En este lugar se realizaba una liturgia de acercarse al otro, con el deseo profundo de trabajar mancomunadamente y ser una voz profética en tiempos de dolor”.

El sacerdote invitó a agradecer por los ex trabajadores que ya han partido, subrayando que su vida y su entrega forman parte esencial de la memoria del país. En ese contexto se realizó la lectura de los nombres de quienes colaboraron en la Vicaría y ya fallecieron, un momento especialmente conmovedor para los presentes.

Espacio para testimonios y palabras de reconocimiento

En el Salón de Actos se desarrolló la ceremonia conmemorativa, donde ex funcionarios compartieron breves testimonios sobre su labor en aquellos años y el impacto humano que dejó en sus vidas.

Entre los asistentes, estaba Ignacio Walker, ex diputado y senador de la República. Recordó los tiempos en los que se desempeñó como abogado de la Vicaría de la Solidaridad: “Yo creo que todos sentimos una inmensa alegría de haber sido parte de esa iglesia profética, lo que el Cardenal Silva, nuestro pastor, llamaba la voz de los que no tienen voz. Así definía a la Iglesia Católica. Yo llegué aquí, a esa oficina, a los 23 años, como abogado de la Vicaría de la Solidaridad. Los años más felices de mi vida, desde el punto de vista de la realización personal, en la hora más trágica de Chile. Puede sonar como una contradicción, pero no lo era. Ustedes han visto cómo es este reencuentro, de personas que no nos veíamos hace 30 o 40 años. Así que yo me quedo con eso, la voz de los que no tienen voz”.

Quien conoció de cerca la labor del Cardenal Raúl SIlva Henríquez, fue Monseñor Manuel Camilo Vial. A sus 90 años, recuerda con profunda emoción los años en los cuales fue Obispo Auxiliar de Santiago, justamente, en tiempos de dictadura: “Yo estoy feliz de estar en este lugar, con la comunidad que ha celebrado en este día el regalo que Dios nos regaló en la Vicaría de la Solidaridad, que hizo un servicio a nuestra patria formidable, que aterrizó esa parábola del buen samaritano que cuidó al que estaba botado en el camino. Para mí es una alegría estar celebrando en ese espíritu lo que hizo la Vicaría de la Solidaridad aquí en Santiago, en Chile, y reflejando la caridad a todas partes del mundo”.

Posteriormente, el Cardenal Fernando Chomali dirigió unas palabras a la asamblea, destacando el valor moral y evangélico de la Vicaría, así como su legado para las nuevas generaciones.

“Nunca voy a poder comprender en su cabalidad lo que significó esa época. Nunca voy a poder entender el dolor, la indignación, la impotencia. Ese es un dolor que traspasa el alma, que nunca vamos a entender y con el cual tenemos que ser tremendamente respetuosos. Y tal vez, si hay un cuidado que tenemos que tener hoy es no frivolizar esta situación, ni tampoco minimizarla, ni tampoco superficializarla. Es un tema hondo que toca las raíces mismas de una sociedad porque se violenta lo más sólido y sagrado que tiene todo ser humano que es su dignidad”.

Música, memoria y fraternidad

El encuentro, en el cual también participó el Vicario General del Arzobispado de Santiago, monseñor Alberto Lorenzelli, concluyó con un acto musical conmemorativo en el Salón Blanco, con la participación de artistas como Victoria Díaz Caro, Tata Barahona y Eduardo Peralta, quienes interpretaron canciones que en su época fueron signo de esperanza.

El acto cerró con un agradecimiento a quienes participaron y con la invitación a mantener viva la memoria histórica que la Vicaría encarnó. Los organizadores subrayaron que recordar esta obra es también renovar el compromiso con un Chile más humano, justo y solidario.

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