El Sindicato de trabajadoras y trabajadores del Cuerpo de Bomberos Los Ángeles, suscribió un nuevo contrato colectivo tras una huelga de una semana, en la que tres días fueron de hambre.
La presidenta del sindicato, Victoria Jara, afirma que la huelga nunca debió haber ocurrido y asegura que el empleador se cerró al diálogo: “A todo se nos dijo que no. Nunca hubo una instancia de que se nos abriera una pequeña ventana de lo que podíamos llegar a conseguir”.
Asimismo, cuenta que en las tres primeras mesas de negociación se llegaron a acuerdos pero que en las dos últimas el empleador comenzó a desistir de las propuestas que había aceptado. Finalmente, en una reunión de mediación obligatoria en la que participó la directora regional, el empleador aceptó la propuesta que habían redactado los abogados.
Entre las cláusulas que adquirieron se encuentra la mejora en la ropa de trabajo, ya que les estaban entregando vestimenta que no era adecuada para atender emergencias. La presidenta aclara que desde junio de 2024 empezaron a recibir ropa de mala calidad, compuesta de un 80% de poliéster, el cual no es un material ignífugo, genera estática, y por lo tanto, no cumplía con los estándares de seguridad para las y los trabajadores.
Victoria afirma que la adquisición de la vestimenta adecuada fue lo mejor dentro de todo lo que se firmó del contrato colectivo y que: “Todo lo que quedó estipulado es un aporte por muy mínimo que sea. Siempre dijimos que aunque consigamos una cosa de los 13,14 puntos solicitados, para nosotros era un triunfo”.
A su vez, comenta sobre las peticiones a las que tuvieron que renunciar, como la creación de un departamento de recursos humanos para poder agilizar procesos dentro del cuerpo y la decisión de aceptar el aumento de las remuneraciones en un 1,5% propuesto por el empleador y no a un 6% como habían solicitado.
Por otro lado, menciona que el empleador presentó una demanda en contra de la Inspección del Trabajo y quedó estipulado en el contrato colectivo que de aprobarse, el sindicato deberá suspender lo que lograron en su proceso de negociación. Victoria dice que es un arma de doble filo y denuncia que existe una persecución y hostigamiento que se encuentran evaluando con su abogado para poder tomar medidas al respecto.
Del mismo modo, acusa que en este proceso de negociación hubo malas prácticas ya que el empleador reemplazó a cuarteleros, operadores y administrativos durante la huelga. Ante esto, Victoria relata que el sindicato por un lado entendió que las emergencias seguían y que se debían atender, ya que las personas no tenían la culpa de la situación.
Sin embargo, expresa que como trabajadoras y trabajadores tenían el deber de denunciar este hecho y así lo hicieron. A pesar de ello, desistieron de las denuncias “para tratar de apaciguar un poco las aguas y entendiendo que las multas son muy altas, que incluso puede incurrir en que le corten los aportes del estado al cuerpo de bomberos”.
La presidenta del sindicato cuenta que esta negociación sirvió para que el sindicato se uniera y: “Para demostrarle a la gente que en realidad sí existimos, de las labores que hacemos y aprender del resto”. También, comenta que las y los trabajadores aprendieron a informar y dejar por escrito cualquier vulneración de sus derechos y que además, tienen proyectos con otros sindicatos a futuro.
“Fuimos pioneros en esto. La verdad que en Chile los sindicatos de los cuerpos de bomberos, jamás habían pasado esto. Todos llegaban a acuerdo, ni siquiera un indicio de huelga, nada porque era mal visto para la institución que pasara esto”, reflexiona.




