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Conociendo nuevas dirigentas: Nora Chávez, Sindicato N°2 de Trabajadores Productos San Camilo


Nora Chávez, de 53 años, trabaja hace 23 años en San Camilo, lleva 13 siendo parte del sindicato de trabajadores de la empresa y hace dos años que es la presidenta de la organización. Nora cuenta que, junto a otra compañera, se percataron de que no había movimiento sindical, ni la intención de cambiar, mejorar, promover y fortalecer las condiciones laborales, más bien el sindicato se encontraba en una especie de pausa en la que no ocurrían mayores actividades.

Es por ello que Nora,  junto a sus compañeras de trabajo, se cansaron de la falta de movimiento en la organización y se propusieron cambiar el sindicato, que lleva alrededor de 52 años en funcionamiento. 

Además de las razones señaladas, su decisión de ser líder sindical también fue motivada por su esposo, quien ha sido dirigente sindical por muchos años: “Él siempre me invitó a hacerlo, a cambiar esto, me incentivó mucho a que yo lo hiciera”. De esta forma, se armó de valor y tomó el camino con sus compañeras para sacar adelante el sindicato. Nora confiesa que fue un desafío personal y ya lleva dos años siendo presidenta. 

¿Existieron o existen mayores dificultades para ejercer el cargo siendo mujer?

Bueno, en San Camilo yo creo que el 80% somos mujeres. Las mujeres son más empoderadas digamos en el puesto, pero nos cuesta porque de repente nos da miedo. Tenemos muchas que son jefas de hogar entonces meterse a un sindicato siempre uno dice la huelga, el despido… entonces la gente tiene mucho susto pero también las mujeres son más arriesgadas que los hombres: tiene su lado a y su lado b. Gratamente nos hemos sentido bastante apoyadas con otros gremios con los que nos hemos juntado en actividades y van muchas mujeres. Sabemos que siempre fue un camino de varones pero hay muchas mujeres que se están empoderando en meterse en sindicatos, eso es bueno porque tenemos otro punto de vista. 

¿Debería fortalecerse el rol de las mujeres como dirigentes sindicales?

Claro que sí porque nosotras vemos los sindicatos como la familia; lo vemos como que tiene que ser para todos iguales independiente del que gane más, del que gane menos. Son como los hijos: diferentes pero uno quiere lo mismo para todos. 

¿Cuáles cree que son las fortalezas de una líder sindical?

El poder hacer mil cosas a la vez. Estar haciendo una cosa pensando otra al tiro, ver lo blanco y lo negro, tratar siempre la conciliación, siempre ponernos en el lugar del otro ya que eso de repente cuesta. Yo tengo por lo menos esa sensibilidad, que las mujeres sí nos podemos poner en el lugar del otro y de repente al varón, no es que no pueda pero es como un poco más frío, un poco más cuadrado, yo creo que esa es nuestra fortaleza: el poder ser un poco más empáticas. 

¿Cómo ha llevado a cabo sus propuestas dentro del sindicato?

Ha costado. Ha costado porque, me sumo también a esto, teníamos mucha ignorancia dentro del sindicato, habían cosas que nosotros no manejábamos. Estuvimos un año estudiando, tuvimos que prepararnos para estar acá porque no es llegar y decir yo soy dirigente. Hay que tener una preparación; tener la sensibilidad de poder expresar y que la gente entienda en palabras simples algunas cosas porque de repente a uno le hablan de leyes, de muchas cosas que para uno no es de fácil entendimiento, entonces hemos tratado de enseñar eso: de que siempre sea con palabras fáciles de entender. 



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