Conoce al Sindicato N°2 del Arzobispado en el contexto de su próxima negociación colectiva

El Sindicato N°2 Clotario Blest Riffo, del Arzobispado de Santiago, cuenta con 53 socios y tiene como dirigentes a Claudio Cornejo, presidente de la organización desde el 2017 y quien trabaja en la Vicaría para el Clero hace 13 años; Elsa González Aranda, secretaria del sindicato que trabaja hace ocho años en la Delegación para la Educación y Aurelio Mella, tesorero del sindicato desde el 2018, y trabaja como encargado de gestión en la Delegación de la Esperanza Joven hace 26 años en la Vicaría Zona Oriente.

¿Cómo describirían al sindicato?

Claudio Cornejo (CC): Yo describo al sindicato, primero que nada, muy abierto a la fraternidad. Segundo, muy solidario. Es una organización que comprende las necesidades, las angustias pero también vive la esperanza y la alegría, y lo tercero, un sindicato que promueve la lucha por la justicia social, por la equidad, por el cuidado de los y las trabajadoras.

¿Cuáles dirían que son las fortalezas y desafíos del sindicato?

Aurelio Mella (AM): Las principales fortalezas del sindicato, para mí, tienen que ver con la unidad que existe. Somos trabajadores que venimos más o menos del territorio y entendemos el comportamiento del socio que tiene que estar vinculado al mundo pastoral en esa realidad. Por lo tanto, en esa complexión hay mucha unidad y comprensión de nuestro sindicato. Nos identifica Clotario. Es una figura que es súper grande para nosotros porque somos luchadores sociales y nosotros tenemos muy arraigado en nuestro corazón esa figura que, en sus orígenes, los dirigentes que iniciaron esta experiencia, lo pusieron ahí como nuestro referente, como nuestro patrón por así decirlo, y nos identifica mucho el diálogo. Somos un sindicato que busca dialogar, que busca el compromiso. Por algo hemos sido promotores de vincular, hace un buen tiempo, una negociación colectiva que sea entre los tres sindicatos. Entonces, yo creo que ahí el diálogo es clave en nuestra identidad.

Elsa González Aranda (EG): Bueno, nuestros desafíos como sindicato, en primera instancia, son la centralidad en nuestros socios; estar presentes con ellos, acompañándolos constantemente, saber cuáles son sus necesidades, sus prioridades. Luego, nuestro segundo desafío, es hacer una comunidad. Esa comunidad que camina junta, que logra objetivos junta, que también celebramos cosas juntos, que llevamos adelante este pensamiento de don Clotario, que nos lleva a trabajar por la justicia social, por la equidad, por el buen funcionamiento de nuestra jornada de trabajo, por los beneficios que se merecen como trabajadores y ver el trabajo como un don de Dios también. Esos son los dos grandes desafíos que nosotros tenemos ahora, a parte por supuesto, de llevar este proceso de la negociación,  precisamente también como un don de Dios el que nuestros trabajadores, nuestros socios tengan beneficios sociales, beneficios económicos que le den dignidad a su vida familiar, a su vida social y a su vida espiritual. 

¿Cuáles son las características de pertenecer a un sindicato de la Iglesia?

CC: Yo creo que lo importante de sentirse y ser parte de una organización sindical que pertenece a la Iglesia, es que tenemos una responsabilidad mayor. La Iglesia ha hecho todo un trabajo desde Rerum novarum y el proceso de reflexión del magisterio Social de la Iglesia, en el cual ha animado a los trabajadores a organizarse comprendiendo que es un derecho y también un deber y la Iglesia siempre ha promovido, a partir de ese tiempo en adelante, el surgimiento o que broten organizaciones en las cuales se pueda trabajar y defender los derechos y también promover que los trabajadores tengan espacios lo suficientemente correctos y apropiados para el buen desempeño laboral. Por ende, lo primero que podría decir, es que hay una responsabilidad mayor. Segundo, que al ser de Iglesia tenemos que dar cuenta del Evangelio y el Evangelio no tiene matices. Este nos dice y nos marca el camino por donde tenemos que avanzar. En ese sentido, nosotros somos muy fieles también a lo que nos menciona. Tercero, creo que también podemos ser un aporte a la sociedad; la Iglesia es parte de las instituciones con las cuales se mueve la sociedad civil, tiene una voz importante y nosotros como sindicato podemos aportar también desde ahí. Ahora, cuáles son las diferencias, sin duda la Iglesia es una institución sin fines de lucro; es una institución que promueve el derecho a que los trabajadores puedan organizarse como decía anteriormente, y de alguna manera cuando uno mira hacia afuera uno se da cuenta de que cuesta mucho que los trabajadores se puedan organizar, ya sea en el retail o en otros consorcios y eso complica también que los trabajadores puedan luchar por sus derechos, y eso nos diferencia. Yo siento que acá una de las cosas que ha marcado cuando un trabajador llega es que se le invita de inmediato a ser parte de una organización sindical y muchos vienen con harto miedo porque alguna vez los invitaron fuera a ser parte y sentían el temor porque estaba la amenaza de que podían ser despedidos. Acá no, al contrario, siempre está la oportunidad de que los trabajadores se puedan organizar por medio de un sindicato. En este caso, tenemos tres sindicatos que por supuesto tenemos cosas que compartimos pero también tenemos diferencias entre cada uno de nosotros.

¿Qué cosas tienen en común con sindicatos que no pertenecen a la Iglesia? ¿Existen dificultades?

CC: Hace poco tuve un encuentro con un dirigente de una institución educacional que también es de confesión católica y nos decía que costó mucho tiempo para poder organizarse como sindicato. Quizás, yo creo que, un poco lo que decía anteriormente, la Iglesia, dentro de la institución del Arzobispado de Santiago, de alguna manera ha propuesto a los trabajadores y ha promovido también que se puedan organizar sin mayores dificultades, yo creo que eso es una garantía. Dificultades es que claro, cuando uno probablemente sale de esta institución, se da cuenta de que las garantías que existían son muy distintas de otras y yo creo que ahí puede haber una diferencia. Entonces, probablemente podemos estar como en una burbuja de alguna manera, pero no sé si es una gran dificultad. Creo que cuando uno está trabajando en este espacio laboral a pesar de las dificultades que pueden haber, nuestro contrato colectivo es muy bueno, es un muy buen contrato; lo hemos escuchado de distintos abogados que nos han mencionado cuando se los hemos compartido por negociaciones colectivas, lo hemos conversado con otros dirigentes sindicales y se dan cuenta de que el trabajo que se ha hecho por medio de la historia, por base de distintos dirigentes, ha sido un trabajo lento pero muy bueno. El contrato que tenemos actualmente de verdad que entrega muchas garantías. Eso uno no lo ve en otros lados a menos que sean grandes empresas, como pasa en las mineras o en otras donde tienen otras garantías, pero a nivel de organizaciones sin fines de lucro o religiosas yo creo que estamos varios pasos adelante. Eso creo que nos puede mover en un microclima, como una burbuja que a veces cuesta mirar desde afuera. 

AM: Sin embargo, yo creo que siempre se corre el riesgo de que la Iglesia, que es la que promueve la vida sindical, también puede caer en la tentación de no cumplir con su palabra en el fondo y yo creo que ese es el riesgo, no digo que es una dificultad, pero es un riesgo y que se contrapone con el trabajo que han hecho, como bien decía Claudio, muchos dirigentes que paso a paso han ido haciendo un contrato colectivo muy favorable y el otro punto que me parece interesante de la dificultad de la Iglesia, es que esta es una empresa sin fines de lucro, entonces en algún momento vamos a tomar techo y eso también puede ser una dificultad para nosotros a la hora de efectuar una negociación al ser un sindicato de Iglesia, teniendo todas las condiciones para poder desplegarnos e invitar a los trabajadores de verdad a organizarse con la facilidad que el Arzobispado da.

¿Cómo nace la idea de unir a los tres sindicatos para esta negociación colectiva?

CC: Yo creo que es importante aquí mencionar un poquito de la historia. El primer sindicato que nace es el Sindicato Raúl Silva Henríquez, que es el Sindicato Número Uno. Posteriormente, por algunas dificultades que surgieron, nace el Sindicato Número Dos porque trabajadores que no estaban asociados al sindicato quisieron ser parte y no pudieron por distintas razones y nace el sindicato con una cantidad de trabajadores importante que estaban fuera de lo que está mal llamado curia, porque todo es curia, pero en la sede central diríamos, y muchos trabajadores que en ese tiempo trabajaban en vicarías territoriales o en otras reparticiones decidieron formar el Sindicato Número Dos que nace bajo el amparo de la Vicaría de la Zona Sur. Después, los trabajadores de la Vicaría de la Pastoral Social Caritas decidieron, porque veían que era una prioridad también ,y ahí quiero recordar con mucho cariño a nuestra querida ex socia que ha partido al encuentro de Dios, Irene Celis, quien con otro grupo de trabajadores, formaron el Sindicato Número 3 y que también nace al alero de lo que fue el Sindicato Dos y la participación de esos trabajadores. A partir de eso, empezaron las negociaciones colectivas y a nosotros nos tocó entrar en una parte de la historia donde ya venían con una tradición de negociaciones en las cuales habían diálogos y en algún momento también se negoció en conjunto. También hubo algunas tensiones en las organizaciones sindicales, en su momento entre el Sindicato 1 y el Sindicato 2 que se pudieron resolver pero de ahí en adelante, los sindicatos han tomado la decisión porque creemos que entre más socios hay, más posibilidades existen de una mejor negociación colectiva y yo creo que eso es fundamental. Me parece que las diferencias son importantes ponerlas en la mesa y que la unidad en la diversidad nos invita a negociar juntos. Es importante que todos los trabajadores estén unidos en una sola negociación y un solo contrato colectivo.  Si hay una tremenda debilidad para cualquier organización sindical, es negociar solo y ahí la invitación siempre está en que los trabajadores piensen en el bien común, siempre pensemos más allá de nuestras propias certezas, de nuestras propias inquietudes o de lo que muy en derecho cada uno quiere lograr. Yo creo que la apuesta en común es difícil pero creo que se puede lograr y creo que es lo que ha ido pasando en los últimos años.

AM: Es difícil negociar solo porque cada sindicato es un grupo muy chico de trabajadores, juntos somos 180 pero separados somos 70, 50, 40 y tantos. Entonces, yo creo que ahí se tomó la decisión de negociar juntos y, si mal no recuerdo, el Sindicato 3 también opta por negociar juntos porque además, se reconoce, y ahí el valor de todos los dirigentes que han habido en la historia, reconocen que el contrato colectivo, y bien lo dijo Claudio, es un contrato muy valioso y es muy difícil que un sindicato lo pueda levantar por sí solo. Entonces si ya está, unámonos y sigamos trabajando por él porque es un bienestar para todos.

CC: Nosotros no nos representamos a nosotros mismos, nosotros representamos a los trabajadores y, cada una de las decisiones que nosotros tomamos, repercute directamente en cada uno de nuestros trabajadores y trabajadoras asociados y yo creo que eso tiene que preponderar siempre en la discusión y en la reflexión; que nuestras decisiones tienen una repercusión super grande al momento de, en este caso, el impacto de una negociación colectiva. 

¿Cuáles son las peticiones para esta negociación colectiva?

CC: Nosotros valoramos profundamente el trabajo que han hecho en la historia los dirigentes sindicales al tener un contrato colectivo que, en palabras de un abogado que nos dijo alguna vez, es un lujo que organizaciones sin fines de lucro no tienen. Ahora, eso no es un techo en absoluto. Probablemente en algún momento llegaremos a eso pero en este momento no es un techo y como sabemos que no es un beneficio adquirido mejorar los sueldos y los salarios en este caso, es super importante que en esta negociación colectiva pongamos el acento en mejorar los salarios de los trabajadores. Hemos pasado por dos negociaciones colectivas que han estado marcadas por el contexto. La primera, en la cual me tocó participar como dirigente, fue en el tiempo de pandemia y en ese tiempo sabíamos las dificultades que habían. El país, y bueno, el mundo, estaban en una situación de mucha incertidumbre y nosotros mantuvimos el contrato colectivo y logramos en ese momento en que los trabajadores no pagaran con sus propios sueldos ni tampoco yendo y recurriendo a la AFC en su momento como pasaba en muchas empresas, y se mantuvo la planta de trabajadores tal cual estaba. Después, post pandemia fue súper complicado porque la institución obviamente estaba recuperando mucho también de los ingresos que tenía, y que obviamente sabemos que los recursos que tiene son limitados, no es una empresa con fines de lucro, sino al contrario sin fines de lucro y sabíamos también lo que fue y fue una negociación dificultosa por diversas razones. Pero ahora estamos en otro momento, es distinto. El país ha retomado su normalidad ya hace varios años y creemos que es de justicia también remirar y reevaluar los términos en los cuales tenemos nuestro salario, fundamentalmente eso. Obviamente, siempre hay nuevos beneficios, mejorar los que tiene el contrato colectivo pero en este caso creemos que el tema de los salarios es algo que tenemos que dialogar y negociar.

AM: Absolutamente. Aumento del salario real es nuestra principal tarea en esta negociación y por supuesto, recuperar el IPC que nunca lo perdimos del todo, los salarios igual aumentaron a partir de porcentajes que acordamos en la negociación; el IPC estaba muy alto, por lo tanto no podía pagarse al 100% pero eso no fue suficiente, o sea el costo de la vida hoy día es muy alto y creemos que tenemos que recuperar ambas cosas en esta nueva negociación colectiva. 

CC: De las dificultades que hubieron en la negociación colectiva anterior creo que es importante relevar que, en el momento en que negociamos y bajo los términos en los cuales se diferenció la negociación colectiva, la gente quedó con una sensación muy amarga y yo creo que el tiempo nos demostró de que ha pesar de que no llegamos a lograr lo que quisimos en un momento, estuvo dentro de los parámetros que uno podría decir, fue bueno o al menos se logró algo que no está tan bajo de lo que en un momento pensábamos. Eso nos lo entregó el tiempo. Con los años nos dimos cuenta de que el IPC,  que no era real obviamente, lo que fue en porcentaje estuvo mayor a lo que se esperaba posteriormente con los años así que yo quiero invitarlos a eso; que si tenemos dificultades también en esta negociación colectiva vayamos dialogando desde el respeto, desde la empatía, diciendo las cosas con asertividad, manifestando los disensos porque es muy importante. Nosotros siempre estamos abiertos a las correcciones, a los aportes, a las sugerencias, a las observaciones pero poniendo siempre en el horizonte el bien común de todos los trabajadores y no de situaciones particulares porque para eso somos una organización sindical, para luchar por el bien común de todos y cada uno de los trabajadores y trabajadoras.

 

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