Por Abraham Canales. Publicado en NoticiasObreras.es
El director general de la OIT, Gilbert F. Houngbo cerró la 113ª Conferencia Internacional del Trabajo instando a no dormirse en los laureles y a avanzar juntos hacia un nuevo contrato social centrado en la dignidad humana. Alertó de los desafíos persistentes de la informalidad, la desigualdad de género y los cambios tecnológicos
Después de dos semanas de debates “muy intensos” y con la participación de más de 1.700 participantes –entre gobierno, trabajadores, empresarios y miembros de organizaciones no gubernamentales–, la 113ª Conferencia Internacional del Trabajo ha finalizado. El director general de la OIT, Gilbert F. Houngbo, pronunció el discurso de clausura subrayando la importancia del diálogo social, el tripartismo y la protección social universal como pilares esenciales para lograr trabajo decente.
“Francamente, no podría haber solicitado una participación más significativa en plenaria”, reconoció Houngbo, valorando el compromiso expresado en las respuestas a su informe. “He oído también un amplio consenso según el cual el diálogo social y las instituciones democráticas son esenciales para fomentar la cohesión social y para generar confianza, y, de este modo, respaldar a empresas sostenibles y una sociedad centrada en el ser humano”, señaló.
El director general defendió la necesidad de fortalecer los vínculos entre crecimiento económico, trabajo humano y protección social, afirmando que “todo esto forma parte íntegra del proceso para garantizar una generación de empleo sostenible”. En su intervención, no solo destacó los logros alcanzados, sino también los desafíos por afrontar: “No estamos aquí para dormirnos en nuestros laureles, sino para continuar haciendo frente a estos obstáculos y para desafiarnos a nosotros mismos”.
En un momento especialmente valorado de su alocución, Houngbo apeló al compromiso colectivo con un mensaje claro: “Si quiere avanzar rápido, vaya solo. Si quiere avanzar y llegar lejos, avancen juntos. Esto también diría que es el espíritu del tripartismo y el diálogo social que ustedes han aplicado en estas dos últimas semanas”.
Innovación, informalidad y plataformas digitales
Uno de los temas clave abordados fue la transición hacia la formalidad, retomando el camino abierto por la Recomendación 204. “Aún queda mucho trabajo por hacer, puesto que la informalidad sigue siendo demasiado elevada”, advirtió. Sin embargo, destacó como ejemplo positivo el “aumento de la agilidad institucional en el diálogo social” y la capacidad de lograr “respuestas aptas para mejorar la economía y lograr el trabajo decente”.
Houngbo también puso el foco en las transformaciones tecnológicas: “Me ha impresionado descubrir innovaciones y nuevos métodos para modernizar y, en algunos casos, digitalizar el acceso a las subvenciones”. Y sobre la inteligencia artificial, añadió: “Una respuesta tecnológica elaborada a medida puede promover el crecimiento y apoyar también el trabajo decente”.
Respecto al trabajo en plataformas digitales, reconoció las dificultades del debate, pero subrayó su pertinencia: “Desde el primer debate sabíamos que no sería fácil, pero, sin lugar a dudas, esto ha sido un debate necesario, un debate que ilustra nuestra pertinencia institucional”.
Avances y desafíos pendientes
Entre los avances destacados, el director general celebró la adopción del primer tratado internacional y la recomendación suplementaria sobre riesgos biológicos, así como la ratificación de 18 instrumentos internacionales por parte de ocho Estados miembros. También agradeció la aprobación del programa y presupuesto 2026–2027 por consenso.
No obstante, advirtió sobre el déficit de representación de mujeres en este parlamento mundial del trabajo. “Debo decir que aún tenemos que seguir trabajando muy duro para mejorar el equilibrio de género en la conferencia. Desgraciadamente, tan solo tenemos un tercio de delegados que son mujeres, y de todos los delegados que han hablado únicamente el 24% fueron mujeres. Podemos y debemos obtener mejores resultados”, subrayó.
Houngbo reafirmó el mandato de la OIT y la necesidad de avanzar sin demora: “Hemos llegado muy lejos, pero aún tenemos mucho camino por recorrer. Y, a veces, el movimiento parece que no sea demasiado ágil y rápido, pero tenemos que seguir avanzando”, concluyó.