El Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores Bluelink, empresa que presta servicios de call center a las aerolíneas Air France y KLM, aprobó huelga el 3 de noviembre, en su primera negociación colectiva, iniciada el 16 de septiembre.
La presidenta del sindicato, Javiera Nicolaides, cuenta que para la negociación se unieron trabajadoras y trabajadores de distintos departamentos y de 93 socios y socias del sindicato pasaron a ser 159 al iniciar la negociación. Esta unión permitió que se comunicaran entre ellos y dieran cuenta de las vulneraciones que existían en cada departamento, lo cual sirvió como hoja de ruta para construir las peticiones del contrato colectivo.
Entre estas se encuentran, principalmente, el aumento de sueldo base, aguinaldos, días administrativos y la posibilidad de pedirlos con 24 horas de anticipación, ya que actualmente se debe solicitar 45 días antes.
Asimismo, la mejora de la jornada laboral para poder llevar a cabo la conciliación laboral y familiar, que actualmente se ve interrumpida por la falta de organización por parte de la empresa al asignar los turnos respectivos.
Por otro lado, exigen la correcta asignación de un bono que equivale hasta un 35% del sueldo base, el cual mide la productividad, calidad, habilidades blandas y comportamiento de las y los trabajadores, y que actualmente estaría restando las mediciones por eventualidades como vacaciones, licencias, etc.
Del mismo modo, solicitan que las bases de cálculo de sus bonos queden por escrito en un anexo de contrato para transparentar su gestión; entrega de bono por segundo y tercer idioma, respeto a los días de feriado irrenunciable, asignación inmediata de teletrabajo a cuidadoras y cuidadores, como también a personas con una segunda actividad financiera y estudiantes.
Por último, la organización solicita que el permiso para ir al baño quede estipulado en el contrato colectivo, ya que solo se llevó a cabo mediante un comunicado reciente, producto de la presión realizada por el sindicato a través de un medio de comunicación que expuso la situación de las y los trabajadores que denunciaban no poder ir al baño libremente.
Javiera, señala que la respuesta de la empresa ha sido negativa y que incluso han intentado impedir la realización de la negociación colectiva, demandando a la Dirección Nacional del Trabajo y demorando procesos como la entrega de los estados financieros para la negociación.
Además, añade que la última oferta que dio la empresa fue el piso legal, sin agregar nada para mejorar las condiciones laborales excusándose de no contar con el financiamiento.
No obstante, la dirigenta asegura que, tras analizar su estado financiero, la empresa incurre en gastos millonarios, de los cuales podría prescindir y redistribuir ese dinero en pro de sus trabajadoras y trabajadores.
De esta forma, el sindicato decidió votar por la huelga: “La mayoría comprendió que teníamos que usar esta fuerza negociadora y que si no decidíamos votar huelga, esta fuerza negociadora no iba a servir para nada e iba simplemente a perpetuar esta sensación de impunidad de la parte empleadora”, declara Javiera.
Actualmente, la organización se encuentra en mediación obligatoria para evitar hacer efectiva la huelga: “Seguiremos negociando, seguiremos dándolo todo y agotando todas las instancias posibles para llegar a algo beneficioso para las y los trabajadores”, concluye.
