El Sindicato N°3 Padre Alfonso Baeza Donoso, del Arzobispado de Santiago, cuenta con 40 socios y tiene como dirigentes a Cristina Muñoz, presidenta de la organización desde el 2024 y quien trabaja en la Vicaría de Pastoral Social Caritas (VPSC); Diego Contreras, secretario del sindicato hace dos años y trabaja hace cuatro en la VPSC y Jorge Martínez, tesorero desde el 2024 del sindicato y quien trabaja en la misma vicaría.
¿Cómo describirían al sindicato?
Diego Contreras (DC): Es un sindicato bastante joven, con personas que tienen un pensamiento bastante crítico. Principalmente, cada uno forma parte de la Vicaría de Pastoral Social en donde todos tienen un trabajo más comunitario con diversos tipos de personas en la Región Metropolitana, y también están constantemente preocupados por el compañero.
¿Cuáles dirían que son las fortalezas y desafíos del sindicato?
Jorge Martínez (JM): Creo que la unión entre los diferentes socios, la preocupación por los demás, que se mostró en varios compañeros cuando acompañamos, por ejemplo, a Irene Celis en su enfermedad ya que hubo varios que estaban muy atentos, preguntando, tratando de hacerla partícipe en los diferentes momentos. Yo creo que ahí muestra su solidaridad. También, están preocupados por la realidad que estamos viviendo cada uno como trabajadores. Eso se nota en las inquietudes que ellos van presentando, que no solamente son pensando en el tema de los sueldos, sino al revés; hay mucha preocupación de diferentes vivencias, temas de trato, temas de compartir, de generar espacios de recreación, de autocuidado. De la misma forma, preocupados del bienestar, de cómo están las familias de los trabajadores, incluso nos hemos llegado a preguntar, y ha salido desde la misma asamblea, sobre el apoyo en el bienestar de las mascotas que para muchos son como sus hijos. Entonces, se ve positivamente la preocupación de nuestros socios por sus diferentes compañeros y por la realidad que cada uno está viviendo.
Cristina Muñoz (CM): Como desafío principal hoy día es fortalecer nuestra nuestras relaciones con nuestros socios, que podamos integrar más socios dentro del sindicato y en segundo lugar, también como prioridad, es que hoy día el trabajo se haga con buen trato. Como sindicato es un desafío bastante relevante debido a distintas dificultades y experiencias que hemos venido trayendo con el tiempo. Un día nos sentamos a conversar y dijimos: esto hay que cambiarlo, hay que transformarlo y cómo el sindicato podía hacerlo presente de alguna manera más colaborativa. Entonces, se entabló cómo mejorar un poco ese aspecto junto con la Vicaría, junto con nuestra jefatura y empezar a hacer un trabajo más en conjunto, más colaborativo para fomentar el buen trato y cambiar un poco esta cultura de algunas cosas que están bastante normalizadas en nuestra sociedad en general y otras que también tienen que ver con la visión, la misión y con los principios fundamentales de la Vicaría.
DC: Sumando también a lo que dice Cristina, la dirigencia actual se caracteriza por un trato bastante transversal entre los tres dirigentes y también por promover este espacio de buen clima, en donde a principio de año comenzamos un trabajo colaborativo con la secretaría ejecutiva de la Vicaría de la Pastoral Social, cosa que nunca se había hecho hasta el momento. Principalmente, focalizado en el tema del trato laboral en la implementación de la Ley Karin, donde no solamente se está trabajando con la secretaría sino también con gestión de personas del Arzobispado y en conjunto con las otras dirigencias sindicales. Un gran desafío de nosotros, como dirigentes, es que nuestros socios y socias tengan un buen espacio laboral. No solo del punto de vista de una condición física, de estructura, sino también en cuanto a relaciones humanas y ahora que estamos iniciando el proceso de negociación colectiva, que se vea un aumento sustancial en los sueldos de los funcionarios y también permanecer y promover los derechos que se adquirieron en la negociación anterior.
JM: Yo agregaría que un desafío grande que tenemos, y también se lo planteamos a la asamblea a principio de año, es cómo hacerlos parte en el proceso de negociación. Primero, asumiendo que nosotros vamos a ser representantes de ellos y por tanto cómo cada uno de los socios se va empoderando del contrato colectivo que actualmente tenemos y cómo ellos van a ir aportando para nosotros representarlos a ellos lo más fiel posible. Entonces, creo que un desafío importante es que de aquí a la negociación logremos que cada uno sienta que tiene algo que decir, que aportar y cómo nosotros podemos representarlos a ellos en eso. Es decir, una participación activa de los socios para nosotros no ser el que toma decisiones que nunca han sido conversadas sino al revés; que sean representativas de lo que la asamblea está levantando porque sino no tendría mucho sentido nuestro rol acá.
¿Cuáles son las características de pertenecer a un sindicato de la Iglesia?
DC: Nos caracterizamos por tener ciertos valores que están ligados al pensamiento católico y este tipo de valores intentan transmitir, por ejemplo, en el trato con los funcionarios, que son funcionarios que la gran mayoría son personas de fe. De hecho, iniciamos nuestra jornada pasada de negociación colectiva con una oración no solamente para velar por un buen proceso, correcto, transparente y que llegue a buen puerto, sino también orando por las personas que han tenido sufrimiento, no están o en el caso que nos pasó con Irene Celis, que fue fundadora de nuestro sindicato el año 2007.
CM: Como decía Diego, tiene que ver con nuestras responsabilidades como institución y ahí tenemos la gran responsabilidad, creo yo, de la Doctrina Social de la Iglesia en donde también tenemos que ser bastantes coherentes con lo que planteamos y cómo actuamos y hemos tratado también de llevar esta responsabilidad entre los tres sindicatos que son totalmente distintos, que cada uno tiene un sello distinto, un nombre diferente pero en el fondo, hemos tratado de que estas relaciones se hayan visto mucho más beneficiadas y hayan crecido en cuanto a trato, a comunicación, a diálogo, a cercanía. Sentimos que hoy día hemos hecho un buen trabajo con las otras dirigencias. Hemos trabajado en conjunto, se nos ha incluido mucho en todo y hemos estado aprendiendo también harto de los que tienen ya mucha más experiencia. Entonces, yo creo que eso también se nota y nuestros socios creo lo ven hoy día; de que los tres sindicatos estamos un poco más sincronizados de lo que a lo mejor pudieron estar en tiempos anteriores.
JM: Yo creo que ser sindicato que está en la Iglesia es, como ya decía Cristina, vivir la Doctrina Social de la Iglesia. Se nos plantea un desafío pero también yo diría es un plus porque esta tiene ciertos principios y valores que, entre comillas, debiese cumplir o vivir y creo que incluso hay un desafío en la negociación, ya que a veces se separa lo económico de lo propiamente tal que debiese estar viviendo la institución. A veces ahí hay una distancia y nosotros tenemos que hacer ver que también incluso para ser creíble nuestro trabajo, es vital que esa brecha no sea tan grande, ojalá sea la mínima porque sino hace ver la incoherencia en la que puede caer la misma institución en su discurso porque no solo somos un sindicato sino que también un sindicato de iglesia en la Iglesia que nos está pidiendo vivir, además, de una manera y por tanto, desde la institucionalidad, también está llamado a que la estructura viva lo que incluso se nos pide a nosotros. Por lo tanto, nosotros hoy podríamos decir que hacemos que la Iglesia más institucional vea y diga mira: cumple lo que está diciendo por ejemplo, en relación a los trabajadores, que el salario sea justo, que alcance para la vida digna, una vida decente. Estamos llamados a que ese sea el desafío para los trabajadores de Iglesia. Por tanto, el sindicato tiene que velar también, no solo por lo que civilmente se está diciendo, sino también porque la Iglesia está aprendiendo de esto y nosotros podemos ser como un grillito en el oído de repente, y a veces también, un poco molesto el decir: mira, nos estamos alejando de lo que la Iglesia está proponiendo. Así que es un doble desafío diría yo, pero también un plus en ciertas circunstancias.
¿Cuáles son sus expectativas de la unión de los tres sindicatos?
JM: Para mí, la primera expectativa entre la unión de los tres sindicatos es que es muy distinto negociar solos ya que siempre va a ser más difícil. Voy a poner un ejemplo; cuando una persona se acerca a su jefatura y le pide un aumento de sueldo o un beneficio sea cual sea, a veces es más fácil que le digan que no a que cuando viene un grupo de trabajadores a hablar, decir, mira esta situación está de tal manera y cómo lo podemos cambiar. Es distinto. Por tanto, trabajar en comunidad es mejor. Tiene sus dificultades trabajar con otros, visiones distintas, formas de proceder distintas y nos llama a trabajar y dialogar, pero creo que siempre es mejor ir juntos además que entre los tres sindicatos son más de 180 socios. Es muy distinto llegar representando a 40 socios. En el arzobispado son 210 trabajadores, es decir, estamos hablando entre los tres sindicatos de más del 80% de los trabajadores, incluso más de todo el Arzobispado de Santiago. Por tanto, trabajar en conjunto es representar en conjunto a la gran mayoría y siendo que incluso hay otros que no están sindicalizados que también los representamos porque reciben los beneficios de esta negociación. Entonces, creo que en estricto rigor trabajar en conjunto va a ser mejor, va a ser más representativo y también significa llegar a mejores acuerdos que llegar a acuerdos por separado, contratos o convenios por separado. Creo que siempre es mejor velar en unidad. Eso no implica que a veces pueden haber momentos de quiebre y uno dice mira sabes prefiero seguir solo porque quizás podamos tener ideas distintas pero en este momento, justamente como planteaba Cristina, estamos buscando la unidad y queremos buscar el bien para todos, no solo para algunos particulares sino para todos y eso es un desafío también pero creo que es un gran beneficio trabajar en equipo y en conjunto.
CM: Expectativas que nos genera esto es que en el fondo estando los tres sindicatos sincronizados podríamos unir fuerzas para buscar, como dice mi compañero, el bien común de los 180 trabajadores que hoy día se encuentran sindicalizados, pero en el fondo es para que los tres rememos para el mismo lado. O sea, en el momento que tengamos que defender nuestras posturas, ponernos de acuerdo, tener una comunicación fluida. Eso creo que frente a la mesa negociadora se va a notar y en algún momento puede que eso también haya dificultado en las negociaciones anteriores. Entonces, creo que mantener una muy buena relación con los otros sindicatos hoy día es una expectativa que tenemos para poder llegar a una mesa negociadora que está abierta a conversar, que quiere negociar tranquilamente, que estamos dispuestos a estar unidos y eso significa que vamos a estar unidos para las buenas formas de negociación y no digo las malas formas, porque no hay malas formas de negociar, sino que sí formas que a nuestro empleador no le gusten mucho pero, si por ejemplo, en algún momento tuviéramos que tomar una decisión extrema como una huelga, los tres sindicatos vamos a estar totalmente sincronizados.
DC: Otra expectativa es llegar a puerto; que se mejoren las condiciones laborales que tenemos actualmente en nuestro contrato colectivo pero al mismo tiempo se fortalezca, como bien decía Jorge y Cristina, esta unión y diálogo entre las tres dirigencias porque a pesar de que cada uno tiene su propia forma de ser como sindicato, a la larga todos somos funcionarios de la misma institución. Cada sindicato aquí, a diferencia por ejemplo de otros lugares, tiene una identidad propia y esta identidad propia actualmente está más unida que las otras negociaciones colectivas. Entonces, las expectativas que nosotros tenemos es llegar bien a puerto, que nuestros socios terminen satisfechos con respecto a este proceso de negociación colectiva y que también nosotros tres como sindicatos, terminemos más fortalecidos que nunca en este trabajo colaborativo, y seguir promoviendo las buenas costumbres de cada uno de los sindicatos del Arzobispado. Nosotros creemos mucho en el concepto de que la unión hace la fuerza.




