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Reinserción Social: Cuando el trabajo de la persona es más grande que su error


REPORTAJE: Los planes educativos y de trabajo para reclusos han tenido un positivo impacto en la generación de oportunidades laborales. Empresas privadas y públicas apuntan a potenciar programas que reconstruyan la integralidad de la persona.

[SANTIAGO]  Luis Córdoba tarda 3 días en fabricar un espejo con un marco de madera tallada. Tiene 46 años y ya lleva tres cumpliendo una pena de cinco años en la ex Penitenciaría de Santiago. “Hay que sembrar para cosechar”, dice al recordar los logros que deja estar inserto en los programas de capacitación. Hoy le permite obtener algunos recursos para alimentar a su familia.

Al igual que Luis, actualmente son aproximadamente 200 los reos que participan en un proyecto de reinserción social que lleva a cabo el Instituto de Formación y Capacitación Popular, (Infocap), apoyado por el Estado. Este programa comenzó en 2010 y el director de Gendarmería, Luis Masferrer, dice que apunta a un cambio de mirada hacia los reclusos. “Un condenado que sale (capacitado) es un delincuente menos, es más seguridad para la comunidad”, explica.

Figura tallada por reo en ex Penitenciaría. Al igual que él, aproximadamente 200 personas forman parte del programa de reinsersión social que lleva a cabo el ministerio de Justicia, con Infocap.

Para llevar a cabo esta propuesta, se consideró el hecho que el 40% de la población penal es de personas de baja peligrosidad, el 50% de mediana peligrosidad y el 10% de alta peligrosidad; y en esos recintos no se reconocen las diferencias entre los distintos tipos de delitos cometidos por los reclusos. Todos son derivados a un mismo tipo de cárcel, lo que facilita el contagio de las malas prácticas y permite lo que se conoce como la “escuela del delito”.El ministro de Justicia Teodoro Rivera, dice que “el grave problema en Chile, es que el 50,7 % de la población penal, condenada y privada de libertad, vuelve a delinquir en los próximos de 3 años”. Por eso, plantea, es necesario actuar con proyectos “apuntados a la integralidad de la persona. Eso es un problema social, económico y del tratamiento de la población reclusa”.

“Necesitamos que la gente no solamente trabaje dentro de las cárceles, sino que también se preocupe de hacer algo que les sirva para mantener su vida cuando salgan en libertad”, dijo Rivera al recordar que muchas de estas personas, al estar privadas de libertad, pierden todo tipo de habilidades sociales, tales como sus especialidades técnicas y de oficio.

El director de Infocap, Luis Roblero SJ. Subraya que es necesario promover la dignidad de la persona en los recintos carcelarios. “Las condiciones que tenemos que habilitar son condiciones de humanidad profunda. Más allá de su credo religioso o político, es al ser humano a quien se debe salvar.  Si la gente está recluida, tenemos que hacernos cargo del por qué están aquí. Y eso tiene que ver con la pobreza, la marginalidad y el dolor. Eso es lo que genera la delincuencia, que es un subproducto de la pobreza”.

 “El grave problema en Chile, es que el 50,7 % de la población penal, condenada y privada de libertad, vuelve a delinquir en los próximos de 3 años (…) es necesario actuar con proyectos apuntados a la integralidad de la persona. Eso es un problema social, económico y del tratamiento de la población reclusa”. (Ministro de Justicia, Teodoro Ribera)

Recluso trabaja en un telar al interior de el Penitenciaría, junto a él, existe una división de reos que se dedican exclusivamente a la fabricación de mantas.

A juicio del sacerdote, el desafío es profesionalizar los talleres y la capacidad de gestionar una nutrida red de contactos. “No puede ser que la gente trabaje y gane apenas 40 lucas. Es necesario mejorar la comercialización, deben tener contrato laboral y salir con una buena remuneración. Es la única manera de romper el círculo”.Roblero propone que otras personas puedan hacerse parte de la reinserción social de los reos. “Sería bueno que empresas privadas se hicieran cargo de este proyecto, para que la gente salga preparada a la calle”, dice.

Las posibilidades de abrir un debate en este sentido aún son escasas, aunque existen señales por parte del Gobierno. El pasado viernes 19 de octubre la ministra del Trabajo y Previsión Social, Evelyn Matthei visitó el patio 6 de la ex Penitenciaría y anunció que el Ejecutivo estudiará mecanismos para aumentar la capacitación y de esta manera mejorar la reinserción social de las personas privadas de libertad.

En el penal se modificará una galería para instalar un módulo de capacitación de Infocap, con ayuda del Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence) y la empresa Masisa. Allí los reos podrán aprender mueblería y una unidad productiva, de modo que adquieran un oficio y generen ingresos para mantener sus familias.

“No puede ser que la gente trabaje y gane apenas 40 lucas. Es necesario mejorar la comercialización, deben tener contrato laboral y salir con una buena remuneración. Es la única manera de romper el círculo”. (Luis Roblero SJ, director de Infocap)

El cobre como herramienta de reinserción social

Debido al programa de fomento social Buen Vecino, la relación de Codelco y el Centro Penitenciario Colina 1 comenzó a generar frutos desde el 2003, cuando la cuprífera estatal impulsó una serie de capacitaciones para los internos, en la fabricación de orfebrería y repujado en cobre.

“Tengo a dos personas que están reinsertados laboralmente y trabajan en empresas ligadas al mundo energético. Nadie sabe de su pasado y eso es algo importante para ellos, ya que gran parte de la discriminación que sufren proviene desde los mismos trabajos” (Jaime Briceño, Grte. Gral de Copper for Energy)

Dados los excelentes resultados obtenidos en esta iniciativa, se desarrolló un proyecto a largo plazo con la finalidad de permitir a los internos reinsertarse laboralmente, una vez que recuperen su libertad.

Jaime Briceño, Gerente General de Copper for Energy, empresa que trabaja en conjunto con Codelco, comenta que esta experiencia ha ayudado a eliminar el prejuicio de los empresarios con el mundo carcelario.

“Por ejemplo, tengo a dos personas que están reinsertados laboralmente y trabajan en empresas ligadas al mundo energético. Nadie sabe de su pasado y eso es algo importante para ellos, ya que gran parte de la discriminación que sufren proviene desde los mismos trabajos”, comenta.

Para Briceño, la franquicia tributaria SENCE podría fortalecer el espíritu de este proyecto.  “Esto ayudaría perfectamente a los internos de las cárceles pero con programas reales, porque si bien, nosotros también hicimos orfebrería y cosas relacionadas, se tendría que hacer con trabajos reales, por ejemplo, trabajo con maquinaria pesada y habilitarla en cárceles”, precisa.

Entre los desafíos que se esperan para el proyecto, está incorporar a más actores del mundo privado para entregar oportunidades a través del trabajo. “He invitado a empresarios a ver de cerca el trabajo en las cárceles y ellos se han dado cuenta que hay cosas que pueden hacer. Empezaron a desarrollar proyectos y han llegado a la conclusión de crear una mano de obra buena, que se puede especializar y tiene factibilidad”, indica Briceño.

El empresario que superó los prejuicios de sus pares y reinserta a personas en su fábrica

Eduardo Simonsohn, Gerente General de empresas FAVIMA, ha otorgado oportunidades laborales a aproximadamente 35 personas.

Eduardo Simonsohn, Gerente General de empresas FAVIMA es nieto de inmigrantes judíos que escaparon de la Alemania Nazi. Su abuelo se instaló en Chile con una empresa que fabrica ampollas de vidrios. Por su historia familiar, asumió como acto de gratitud ayudar a quienes son reclusas de la cárcel de mujeres de San Joaquín desde hace 8 años.

Tuvo que visitar por más de un año el recinto penitenciario y superar las barreras administrativas que hasta hoy son desgastantes. Dice que se ha peleado con muchas autoridades, pero no se rinde y en total ha entregado oportunidades laborales a aproximadamente 35 personas en su empresa.

Aunque superó los prejuicios de sus mismos pares, el empresario indica que es preferible llevar a cabo este proyecto bajo anonimato, por el bien de quienes son beneficiados. “Es importante dar trabajo, dignificar al infractor de la ley, el que valga lo mismo ante el resto de los trabajadores, que gane un honorario acorde”, explica.

Como ejemplo, sostiene Simonsohn que “mientras que la persona está en la cárcel, se le paga el sueldo mínimo, más dos movilizaciones y dinero para comer. El día en que termina de cumplir la condena, ese mismo día ingresan al escalafón de la empresa, dependiendo de la especialización que ha optado”.

Experiencias como éstas pretenden seguir entregando apoyo a personas como Luis  Córdoba. Gracias a la ayuda profesional de asistentes sociales y de Infocap, se siente alentado a construir futuro con sus manos. “Aunque esté preso, igual trato de que el sistema no me domine, sino que yo domine al sistema, en cuanto al trabajo. Ahora puedo decir que saldré con algo concreto, preparado para el trabajo, la carpintería, restauración de muebles antiguos, entre otras cosas”, reflexiona, mientras ya piensa en su próxima obra.