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Al servicio del mundo laboral y sindical

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Presidente de la UNT: “Hay que generar acuerdos con los políticos, pero no aceptar migajas”


ENTREVISTA: Desde enero, Segundo Steilen es el nuevo presidente de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT). Como cabecilla de la tercera central de trabajadores de Chile, en esta entrevista comentó su visión sobre el mundo sindical, criticó la relación de los sindicatos con los partidos políticos y habló sobre sus desafíos como dirigente nacional.

[Santiago, 3 de Abril de 2013] Segundo Steilen tiene una larga trayectoria como dirigente de la Confederación Nacional Campesina. Su experiencia le permitió estar dentro de la primera directiva de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) y, desde enero pasado, ser el presidente de la central.  En su nuevo cargo, a Steilen se le ve poco en la sede de la central: pasa su tiempo en reuniones con dirigentes sindicales, en mediar en conflictos laborales y en dedicarle tiempo a su trabajo como apicultor.

Para él, avanzar en acuerdos ha sido clave. Por eso participa en la mesa agrícola en donde representa a los trabajadores del campo, frente a dirigentes gremiales y autoridades de gobierno. Fruto del trabajo de esas negociaciones, actualmente en la Cámara de Diputados se está discutiendo un proyecto de ley que regularía el trabajo y las negociaciones entre empleados y empresarios del mundo agrícola.

Entre tanta abeja y trabajo sindical, Steilen se dio el tiempo para esta entrevista, donde analiza la situación laboral en Chile y reflexiona sobre el rol de los sindicatos en la sociedad. “Yo entiendo que si los dirigentes sindicales siguen pensando en que su objetivo es llegar al poder, estamos errados. Creo que nosotros confundimos el camino, porque nosotros tenemos un rol en la sociedad, que es generar equidad y justicia social desde el punto de vista laboral”, afirma el presidente de la UNT.

Como dirigente de la UNT, ¿Cómo percibe la situación sindical en Chile?

La evalúo con bastante preocupación, porque creo que hay que cambiar los métodos. Y los estilos de hacer sindicalismo en Chile. Si eso significa adecuarse a los nuevos tiempos, me parece formidable. Y en algunos casos, para adecuarnos, hay que cambiar personas. Si no, no vamos a cambiar, vamos a seguir pensando que el sindicalismo obedece a principios de los años veinte.  Me tiene preocupado, más allá de la moral y las buenas costumbres que uno debiese aportar, porque creo que la nueva etapa de hacer sindicalismo obedece a ser un dirigente sindical más independiente de la clase política para la toma de decisiones.

Yo noto con preocupación que algunos dirigentes reconocen públicamente que quien los nomina para ser candidatos son sus partidos. Y con eso hay que ser cuidadoso, porque ya se pierde la vergüenza. Yo entiendo que si los dirigentes sindicales siguen pensando en que su objetivo es llegar al poder, no tener injerencia en el poder, sino llegar al poder, estamos errados, porque la clase empresarial también podría querer lo mismo. Entonces, creo que nosotros confundimos el camino, porque nosotros tenemos un rol en la sociedad, que es generar equidad y justicia social desde el punto de vista laboral. Hay otros actores que están preocupados por ese tema, pero poniéndole el énfasis en su trabajo, como son otros gremios o los estudiantes.

¿Cree que se ha creado una cultura de sindicalización en Chile, en los últimos años?

No, todo lo contrario, creo que se ha perdido. Había intereses creados, de aquellos que nos hicieron promesas cuando volvió la democracia de un sueño bonito, la alegría y otras cosas. Ellos se olvidaron de esas promesas. Por último, el actual gobierno puede decir que nunca nos prometieron sindicalización, porque no está en su ADN la organización de los trabajadores. Pero había otros que sí nos hicieron ofertas, que supuestamente estaban con nosotros, pero yo creo que al final lo único que lesinteresaba era encontrar líderes sindicales que les sirvieran para sus propios intereses.

Yo creo que si alguien en Chile se hubiese preocupado de la sindicalización, por lo menos habría alguna solución ante el despelote que se ha formado ¿Cómo es posible que en Chile haya reemplazos durante las huelgas? Y se legalizó aún más eso, cuando se fijó ponerle precio al reemplazo de la huelga, que la empresa tenga que pagar cuatro UF por trabajador reemplazante al sindicato en huelga. Eso atenta en contra del derecho universal de los trabajadores de organizarse y hacer huelga. Eso no sirve, porque así uno termina la negociación sindical a la rastra, uno se pregunta para qué sirve el sindicato, si el empleador entrega lo que quiere. No hay una discusión seria sobre lo que queda o no a la empresa, lo que ganó con lo que yo ayudé a producir. Y esos temas nosotros debemos discutirlos, informarnos, para saber qué impacto tienen los trabajadores organizados en una empresa.

En ese rol yo creo que nosotros hemos actuado mal, porque la clase política en general ha mantenido atomizado al mundo sindical en Chile y ha habido dirigentes que se han prestado para eso. Porque el día en que Chile quiera tener un movimiento sindical de verdad, serio, responsable, con capacidad de rendir cuentas públicas, se acabaron todos los dirigentes chantas.

La idea de nosotros es generar acuerdos con los políticos también, pero no aceptar migajas. Porque también hay sectores de sindicalistas que critican los acuerdos, porque ellos han vivido de la problemática, eso los mantiene, porque no tienen propuestas. Es más fácil decir que no, a generar soluciones.

¿Y cuándo hemos discutido bien el salario mínimo? Acá quien discute el salario mínimo es la CUT y la mayoría de sus integrantes son del sector público. Ellos no viven con los 193 mil pesos. Y no permiten a los demás discutir eso. Yo creo que en general, los líderes sindicales, políticos, de movimientos sociales, estamos pasando por una crisis, porque hablamos de los problemas sin conocerlos. Hablamos de pobreza cuando al interior no vivimos en pobreza, mientras los nuestros viven mal.

Chile no se va a desarrollar sin la clase trabajadora. Y lo único que estamos haciendo con este tipo de malas prácticas sindicales es que el problema se acumule y un día va a explotar, y los trabajadores nos van a decir que no fueron considerados para los proyectos, las leyes, para las medida, etc. Y uno va viendo reacciones que hoy son distintas, la gente ya no está aguantando, las cosas cansan. Y uno tiene que saber que esas actitudes se proyectan, y por el capricho de políticos y algunos sindicatos esas reacciones pueden terminar sin conducción. Y cuando se llega a ese punto está todo perdido. Nosotros en la UNT creemos que podemos recuperar la imagen que el movimiento sindical tenía a fines de los ochentas, que era una de las instituciones más respetadas.

Usted algo se refirió a las herramientas que debe tener un dirigente actualmente, pero me puede decir ¿Qué otras características debe tener un dirigente sindical al empezar un sindicato?

La informática, las comunicaciones, es algo importante.  El querer educarse permanentemente, mejorar los conocimientos, aunque cueste, porque los nuevos desafíos están ligados a tener más información.

Algunos dirigentes sindicales  tienen temas para la semana leyendo El Mercurio el domingo no más. No han ido a una pega, no saben lo que pasa. Otros dirigentes solo escuchan programas radiales y convierten las reuniones en debates políticos. Eso no puede pasar.

Se ha hablado mucho últimamente de que hay pleno empleo en el país, pero ¿Cree que la calidad del empleo ha mejorado  en Chile?

No. Yo creo que uno nota que efectivamente la empleabilidad se ha ido resolviendo, pero al pasar a la calidad del empleo y a la distribución del ingreso, no estamos bien. Cuando uno avanza, tiene que asumir que los desafíos son nuevos. Si queremos ser un país desarrollado, preocupémonos de hacer el empleo más justo, más equitativo, empleo de calidad. Es una tarea pendiente. Por eso es importante echar a andar los comités bipartitos al interior de la empresa, para ver cómo se ocupan los recursos de las empresas. Yo creo que no estamos lejos, pero hace falta tomarlo en serio.Esa es una discusión que hay que dar.

El actual gobierno planteó como promesa de campaña ponerle límites al uso del multirut, pero es un tema que no ha avanzado ¿Qué opinan ustedes como UNT del uso del multirut?

Ese es un tema que nosotros hemos discutido desde hace tiempo. La lógica de las empresas es decirnos que los sistemas de producción hoy se parcializan, por lo tanto necesitan mayor control de lo que se produce y por eso separan funciones, y con eso separan rut. Nosotros hemos dicho que nos perjudica a nosotros como trabajadores, porque el multirut ha permitido que una misma empresa del retail tenga 150 rut, o sea, 150 empresas. Nosotros hemos dicho que el problema no es del multirut, sino que está en cómo logramos que los trabajadores que estén en un mismo lugar, la misma empresa, puedan generar un sindicato en conjunto y negociar en conjunto. Es más, nosotros como UNT hemos propuesto la negociación por rama de la producción. Y yo creo que ese tipo de negociación asusta más de lo que corresponde, porque en el caso puntual del sector agrícola, desde el 2007 con la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Fedefruta y Asoex, hemos construido un acuerdo ramal, que hoy se está discutiendo como proyecto de ley en el parlamento. Por lo tanto, se pueden generar acuerdos ramales.

Nuestra postura como UNT es que no se puede confundir el multirut con debilitamiento de derechos laborales. Cuando todos los que están en una cadena productiva puedan negociar juntos, yo creo que se acabaría el multirut. Lo importante es no prohibir el derecho a organizarse.

Ahora que hay elecciones todos hablan del mundo laboral, que hay que discutir estos temas, pero basta que pase un mes después de la elección, para que se dejen estos problemas de lado, que estos problemas se transformen en trabas para el desarrollo, supuestamente no se discute este tema para que el país pueda crecer a un 6%.

Con respecto a las reformas labores que ha planteado el gobierno actual ¿Cómo los evaluaría? ¿Qué nota les pondría?

Es que, ¿Qué voy a evaluar si no han hecho nada?

Y los que vengan no van a hacer nada, porque lo que hay que entender es que los sectores que nos han gobernado obedecen a políticas de Estado. Y llegan a tener un poder tan impresionante los ministros de Hacienda, que llegan a tener tanto poder como el Presidente. Es más, una vez contó la ex directora del Trabajo que le había ido a plantear reformas laborales serias al ministro Velasco, y que el ministro había dicho que si se aprobaban esas reformas, se iba. Ella lo dijo públicamente.

Por ejemplo, a mi me preocupa que hace poco salió un dictamen de la Dirección del Trabajo, que dice que en algunos casos puntuales en que se despide a un dirigente sindical que está formando un sindicato, que tiene fuero, en algunos casos la Inspección del Trabajo no se hace presente en tribunales en defensa de los trabajadores. Ellos argumentan que al momento de ser elegido, el dirigente pudo haber estado ya despedido. Y en algunos fallos, las empresas argumentan que nadie les avisó que les iban a hacer un sindicato ¿Se imagina que haya que ir avisarles que se va a hacer un sindicato? No habría ninguno. Y en esas cosas los dirigentes no han estado atentos y no han usado los medios de comunicación para denunciar estos hechos. Y estas cosas obedecen a una política de Estado.

Usted hace poco fue electo presidente de la UNT. Como nuevo dirigente de la central ¿Cuáles son los desafíos como UNT que tienen para este año?

Nosotros vamos a tener un congreso como UNT, con los representantes de los trabajadores a nivel nacional, para discutir nuestra plataforma de trabajo del corto, mediano y largo plazo, para el desarrollo de la central.  Si eso significa en algunos casos partir de nuevo, se parte de nuevo..

Yo creo que en este país no podemos quedarnos de brazos cruzados con lo que está pasando en el tema previsional, con la miseria de pensiones que se pagan a la mayoría de los chilenos. Tampoco por el costo de la vida, que ha subido; también tener una propuesta seria del salario mínimo, que responda a una necesidad de las personas. Y también, desde mi punto de vista, hay que tener una discusión sobre cómo construir organización sindical sin obedecer a los partidos políticos. Porque una cosa es decirlo y otra cosa es hacerlo ¿Cómo lo vamos a hacer? ¿Vamos a jugarnos por la propuesta o vamos a seguir a personas? Tenemos que generar planes de reformas en el país, que a lo mejor no sean un gran texto, pero que sea el inicio de un gran cambio para los trabajadores. Este año hay que tener la capacidad de tener esas propuestas antes de que los partidos definan a todos sus candidatos. Y tenernos que proponerles esas reformas, porque el movimiento sindical tiene que ser como el buen carpintero, tiene que insistir en clavar el clavo, y si eso significa pegar mil martillazos, habrá que pegarlos. Si eso significa movilizarse, hay que movilizarse. Da lo mismo si autorizan o no. El movimiento sindical, normalmente, ha construido sus avances en la calle cuando la gente no entiende razones.