ANDRÉS
Andrés Giordano Salazar (28) es el presidente del Sindicato Starbucks desde su fundación, en el año 2009. Es fotógrafo y músico, sin embargo, “lo sindical se volvió importante sin que lo esperara, al punto que ahora igual me cuesta dejarlo, porque quizás es la arista más importante en mi vida”, señaló.
Trabajar en Starbucks le permitió conocer el mundo sindical, aunque antes había participado en organizaciones políticas y sociales. La constitución del sindicato respondió a la necesidad de organización por parte de los trabajadores.
“Básicamente surgió a partir de transformaciones en la propia compañía, por el año 2009. Se implementaron una serie de ajustes en la empresa, se recortó el personal y había una serie de conductas que cambiaron la lógica de trabajo, a medida que la empresa se fue expandiendo, e hicieron muy visible la necesidad de un sindicato para velar por los derechos de los trabajadores”.
Los seis años que lleva en el sindicato los califica como “de aprendizaje”, considerando que recién el año 2015 consiguieron negociar colectivamente luego de dos intentos frustrados por la empresa. “Logramos un acuerdo que, quizás no es todo lo que hubiésemos querido, pero nos coloca en un escenario totalmente distinto: empezar a trabajar como organización hacia adentro y no mediante juicios o instrucciones administrativas”, señaló en relación al único contrato colectivo vigente en la cafetería multinacional.
Andrés cree que la juventud tiene que “aprovechar este salto cualitativo de conciencia, que estamos teniendo”, relacionado con el movimiento estudiantil, para acercarse al mundo sindical. “El sindicalismo joven tiene mucho que decir, porque tiene una visión distinta, a veces alejada del sindicalismo tradicional. Además, se adapta a los medios modernos y a las redes sociales, que son instrumentos que las empresas ya ocupan, pero que el sindicalismo tradicional todavía no los maneja bien”, agregó.