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El comercio informal en el sector de Plaza Baquedano tras el estallido social


file_MM20191025155316_25LNOTICIA: Tras las manifestaciones iniciadas el 18 de octubre, producto del anuncio del alza de 30 pesos en el pasaje del transporte público en Santiago, se han iniciado una serie de protestas y concentraciones a lo largo de todo el país, siendo el epicentro de la movilización, Plaza Italia. Con el aumento del flujo de gente en el sector, una gran cantidad de personas vieron la oportunidad de emprender y se vio un crecimiento del comercio informal en el centro de la capital.

[Santiago, febrero 2020]  Una de las vendedoras del sector es Romina de 31 años quien comenta su experiencia en el sector, “Yo empecé en el comercio informal post estallido social y estaba sin empleo, llevo tres meses acá afuera del metro Universidad Católica. Trabajar acá ha sido de locos, porque nunca pensé ver a tanta gente unida por una misma causa. Me ha ido bien, ha crecido mucho, empecé con un pañolin y ahora tengo bastantes en venta. Desde el comencé a vender acá las ventas se han mantenido, pero los primeros días fue full porque yo estaba en medio de las bombas lacrimógenas, arrancando del guanaco, salvándolos a todos con mi venta de pañitos”.

Cristian Henríquez de 18 años es un vendedor de bombillas reutilizables que se ubica afuera de la casa central de la Universidad Católica. Sobre ser parte del comercio informal comenta que, “Yo empecé a vender cerca del sector de la Universidad Católica porque necesitaba dinero y un amigo de mi mamá me facilitó estas bombillas reutilizables y trabajo con él. El estallido social me ha beneficiado porque los carabineros no están preocupados de los ambulantes, pasan al lado de nosotros y no nos dicen nada ni nos quitan las cosas. Desde que comencé a vender acá, el comercio ha aumentado bastante, tengo a varios amigos que trabajan de ambulantes en el sector que les va bastante bien, y sobre todo los viernes que se llena la Plaza de la Dignidad de manifestantes y nos hemos visto favorecidos”.

Una de las vendedoras más reconocidas en el sector es Brigitte Anderson de 57 años, vendedora de pañuelos y gorros en la salida del metro Universidad Católica y el motivo de unirse al comercio informal comenta, “Antes del estallido social estaba haciendo de Uber y corretaje de propiedades, que estaba muy lento. En ese momento, me encontré con una amiga que estaba muy endeudada y no hallaba qué hacer, el Uber igual estaba peligroso y decidimos hacer algo. Inicialmente, queríamos vender bebidas en las marchas, pero se ganaba muy poco. Seguimos buscando, además de apoyar a mi amiga, yo estaba colapsada con el tema del Uber. Finalmente, decidimos vender banderas mapuches, así aprovechábamos de manifestarnos en las marchas e íbamos vendiendo. Empezamos con banderas, luego agregamos pañuelos. Primero íbamos caminando y luego encontramos un espacio afuera del metro y nos quedamos acá”.

“El comercio informal alrededor del metro ha crecido mucho porque hay mucha gente como yo que derivó informalmente en esto. Hay mucha gente que está vendiendo de forma ambulante. Lo que te puedo asegurar, lo que decía el alcalde de Santiago que estas ventas eran de productos saqueados es falso. Yo tengo boletas de donde compro, solamente es una opción debido a la contingencia y una forma de reinvención debido a que mucha gente ha quedado sin sus trabajos y a mí la opción del Uber en este minuto no era viable por las manifestaciones y yo soy mujer y me daba miedo manejar en esas condiciones. La mayoría de la gente que vende acá compra honradamente su mercadería”, concluye Anderson.