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Juan Domingo Silva: “Le pedimos al Estado que transparente su planta funcionaria”


ENTREVISTA: Juan Domingo, es uno de los tres secretarios generales de la Unión Nacional de Honorarios del Sector Público y lleva 6 años trabajando con este tipo de contrato en el SERVIU. A continuación, conoceremos su recorrido en las instituciones del Estado y su labor como dirigente, en el marco de la Semana del Trabajo.

Por Paula Ampuero Ulloa

Juan Domingo Silva tiene una vida ligada a los compromisos. Partiendo por su esposa, con quien lleva más de 30 años de relación; siguiendo por su militancia en el Colegio de Periodistas, su profesión, donde hoy es parte del Tribunal Nacional de Ética y Disciplina; llegando a su actual vínculo con los honorarios, en la Unión.

En 2014 el sindicato del Minvu en conjunto con otras 50 organizaciones sindicales, formaron la Unión Nacional de Trabajadoras y Trabajadores Honorarios del Sector Público, en la que fue elegido como uno de los tres secretarios generales, convirtiéndose en representante de los “honorarios” del país. La estimación de la Unión, es que en Chile hay más de 200 mil trabajadores a honorarios del sector, entre el Estado centralizado y los municipios.

La Iglesia de Santiago, en el marco de la Semana del Trabajo, celebra una bendición a los trabajadores del país, a través de un grupo específico. Este año, serán los honorarios del Estado los protagonistas de la ceremonia, en la que la Iglesia reconoce la precariedad laboral en la que se encuentran.

Su vida

Partió trabajando como periodista en medios de comunicación, del 88 al 92’ estuvo en la Revista Página Abierta, al año siguiente escribió para La Nación y la Revista Ercilla. El ‘94 comenzó a trabajar para el Estado.

¿Cuál fue este primer trabajo?

Trabajé 10 años en el Ministerio de Salud. Fui el encargado de comunicaciones de la Comisión Nacional del SIDA (Conasida), entre el año 94 y el 2004. Partí ahí a honorarios y el 2000, luego de 6 años en esa condición, pasé a contrata hasta que me pidieron la renuncia por un conflicto con el diario La Nación.

Luego del despido, ¿en qué se desempeñó?

Trabajé freelance en varias cosas, escribí para algunos medios, hice una investigación para una comisión del Ministerio de Justicia, que estaba encargada de la defensa de los secuestros internacionales de menores. Tenía que hacer una memoria de su trabajo, ahí era honorario, pero realmente estaba cumpliendo funciones por un proyecto.

MINVU

El 2006 el Ministerio de Vivienda y Urbanismo abrió un concurso público para un cargo en el área de comunicaciones, y Juan Domingo fue empleado en ese cargo a contrata.

¿Cómo pasó de contrata a honorario?

El año 2008 cambiaron al director del servicio y al año decidió despedir a la gente que estaba en la unidad de comunicaciones, que era el jefe de comunicaciones y yo. Decidieron echarnos y discutimos. A mi compañero lo mantuvo a contrata, pero lo mandó  a otra unidad. A mí me dio como solución pasar a honorarios y que yo buscara la unidad para irme. En ese primer momento yo era el presidente del Colegio de Periodistas de Santiago de la Región Metropolitana, y esa fue una de las razones por la que no pudo echarme, porque habría sido muy impropio, aun más de un director del gobierno de Michelle Bachelet. Ahí yo pasé a honorarios, el 1° de enero de 2009.

¿A qué unidad finalmente llegó con el cambio de contrato?

Yo trabajo en la “Sección de adquisición de inmuebles” que, en castellano significa expropiaciones. Es una de las áreas especializada más importante -parece- de los ministerios de los servicios públicos en Santiago. A nosotros, por ejemplo, el Ministerio de  Transporte nos encarga expropiaciones, MOP también, y tenemos un equipo de abogados, ingenieros, arquitectos y constructores civiles, todos especializados en el tema.

Entonces, ¿su labor corresponde a un trabajo en el marco de un proyecto?

Las expropiaciones están ligadas a los objetivos estratégicos en la constitución del Serviu, entonces, es la esencia del servicio. Por tanto, es una sección que está en lo medular. Las tareas que nosotros cumplimos ahí no son un trabajo accidental. A pesar de ello, actualmente somos 22 funcionarios en el área, dos contratas y el resto todos a honorarios. Todos cumpliendo horarios y tareas específicas. Incluso las secretarias están en estas condiciones de precariedad laboral.

¿Cómo surge la inquietud en el Minvu de organizarse?

Nos empezamos a reunir a finales de 2013. Venía el cambio de gobierno y se acercaba fin de año, fecha que para nosotros es complicada, porque se terminan los contratos y se abre la incertidumbre de quienes van a ser contratados de nuevo. Esto como uno de los tantos dramas que indican la inestabilidad laboral que tenemos.

Entonces, coincidió con la elección de la directiva de la Asociación de Funcionarios del Serviu, y nosotros decidimos poner una urna al lado de la que tenían los trabajadores de planta y contrata, con un voto que decía ¿quieres tener representación: sí o no? En esa oportunidad votaron 256 personas y todas votaron que sí. Eso fue un respaldo para los que nos estábamos reuniendo, porque estaba el piso social.

¿Cómo llegaron a convertirse en sindicato?

Debatimos qué tipo de organización queríamos tener. Podría ser una asociación gremial de trabajadores a honorarios, y la otra era de sindicato. Mayoritariamente optamos por sindicato, porque es la organización que representa las reivindicaciones de los trabajadores. De ahí convocamos a una elección, decidimos ser un sindicato de trabajadores independientes, que es lo único que nos permite la ley del Código del Trabajo. Hicimos la elección el 19 de diciembre con la participación de más de 300 personas, pues convocamos al SERVIU, al MINVU y a la SEREMI de Vivienda, para ser un sindicato amplio e integrado. Ahí, por la cantidad de socios, se eligió a 7 dirigentes, entre ellos yo.

Honorarios del Estado

El trabajo a honorarios es un trabajo que no tiene estabilidad laboral, no tiene carrera funcionaria, no tiene protección ni en salud ni en previsión. Si tienen una enfermedad tienen que pagársela; su previsión también tienen que pagarla particularmente; no tienen derecho a vacaciones, ni derecho a licencias maternales, y no figuran como funcionarios públicos dentro del Estado.

¿Cuál es la principal reivindicación de los sindicatos de honorarios del sector público?

Nuestra principal demanda es la creación de una nueva y única forma de contratación  de las trabajadoras y trabajadores del Estado, es decir, el reconocimiento de nuestra calidad contractual, que somos funcionarios, que somos trabajadores del Estado, esa transformación es nuestro objetivo final.

¿En qué están con el Estado?

Tuvimos una reunión en diciembre con Hacienda, la que hicimos presente nuestra situación, las reivindicaciones y planteamos la necesidad de diálogo. En enero tuvimos otra reunión y ahí lo que planteamos centralmente es que el Estado asuma la nueva realidad, en la cual la cantidad de funcionarios que tiene son muchos más que los plantas y contratas. Por lo tanto, debe terminar con nuestra situación contractual, terminar con el trabajo de honorarios y a nosotros integrarnos como trabajadores del Estado.

¿Cuál fue la respuesta de ellos?

Fue ‘de acuerdo, pero ¿de cuánta gente estamos hablando?’ Como Unión,  nos hacemos cargo de 200 mil personas, porque no está claro cuántos son. Ellos dijeron ‘tampoco tenemos la cifra y no podemos hablar de soluciones mientras no levantemos el número real’. Luego de eso, van a poder hablar de cuánto cuesta y las soluciones, con qué gradualidad se va a hacer, cuáles son las respuestas económicas que pueden dar. Es por ello que Hacienda quedó de hacer un levantamiento de la cantidad de honorarios y nosotros por nuestra parte también estamos haciendo lo mismo.

¿Qué le puede decir a los honorarios que no están organizados?

Como Unión invitamos a todos los trabajadores a organizarse, a hacer presentes sus reivindicaciones y a definir claramente cuáles son sus derechos para levantarlos como reivindicación todos los “honorarios” del Estado (tanto central, como municipalizados). Y como digo, demandamos un sistema previsional y de salud solidario, eso es clave, porque no es solamente para nosotros los trabajadores a honorarios, es para todos los trabajadores a quienes hay que cambiarle las condiciones.

¿Qué les parece que la Vicaria haya tomado su problemática para hacerla presente en esta Semana del Trabajo?

Nos parece importante que una institución como la Iglesia Católica reconozca esta realidad y se abra a ella. Este acto litúrgico, o cualquier sea, es para nosotros un acto de reconocimiento y por tanto es un acto también de aventarnos a modificar nuestras condiciones. Lo recibimos bien en esa calidad, pensando que es la Iglesia Católica la que reconoce a los trabajadores a honorarios y les rinde, en el fondo, una suerte de homenaje en el lapsus que es el mes de los trabajadores.