.
.

Al servicio del mundo laboral y sindical

.


Hugo Cifuentes: “Cambios en seguridad social no pueden ser radicales”


ENTREVISTA: El abogado laborista analiza en esta entrevista el actual debate sobre el sistema de pensiones de AFP y entrega directrices para entender de manera global un sistema de seguridad social.

[Santiago, 13 Junio de 2013] El abogado y doctor en Derecho de Seguridad Social, Hugo Cifuentes, es delegado nacional de la Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS), un organismo internacional, de carácter técnico y especializado, que tiene como finalidad promover el bienestar económico y social de los países iberoamericanos. En medio de una biblioteca llena de pesados libros de derecho, Cifuentes recibió a Sindical.cl para analizar el actual sistema de seguridad social en Chile y los cambios que hoy se debaten en la opinión pública.

“Es bueno que se discuta sobre seguridad social, siempre. La seguridad social es un conjunto de medidas que tienen que acompañar el crecimiento económico”, afirma el abogado. Para él, el actual ambiente de debate sobre el sistema de pensiones, de salud y subsidios, en el contexto de las elecciones presidenciales, da espacio para mejorar la seguridad social en Chile. Pero Cifuentes es enfático en señalar que en algún momento habrá que llegar a un acuerdo: “cambios en estos sistemas no son radicales y requieren grandes consensos”, señala.

Como representante de la OISS, en esta entrevista Cifuentes comenta variados puntos que influyen en la realidad laboral del país: el trabajo informal, el sistema de pensiones, el financiamiento del sistema de seguridad social en Chile y cómo cambiarlo sin perjudicar a la población más vulnerable.

Sistemas de seguridad social

¿Cómo definiríamos seguridad social? ¿Es lo mismo hablar de seguridad social que de protección social?

La seguridad social es el conjunto de instituciones creadas por el Estado, que buscan asegurarle a todas las personas algunas prestaciones al menos mínimas y que la misma sociedad a través de la ley las ha dado por obligatorias. A través de esas prestaciones hay que darle cobertura a toda la población, hay que buscar un mecanismo de financiamiento, hay que definir cómo la vas a administrar y cuáles son los requisitos para acceder. Su finalidad es que las personas tengan la posibilidad de que su vida tenga mayor calidad, sea digna, o como dice otro autor, “sea una vida bella”. Eso se hace entregando mecanismos, para que a las personas les resuelvan ciertas situaciones que les ocurren durante la vida.

No es lo mismo protección social y seguridad social. La protección social se puede decir que es más amplia, porque el objetivo de la protección social es dar cobertura a muchos, a quienes la seguridad social incluye. En la protección social existen políticas públicas que tratan de darle cobertura a sectores en los cuales la seguridad social no llega. Y ahí entran sectores carenciados, no sólo económicamente, por ejemplo, los inmigrantes o los adultos mayores que deciden trabajar.

En Chile, según su punto de vista, ¿cómo han funcionado los sistemas de seguridad social? ¿Cuál es su evaluación al respecto?

Cuando evaluamos, debemos observar el sistema de seguridad social, que incluye una batería de prestaciones: pensiones, seguros de accidentes del trabajo y profesionales, prestaciones de salud, prestaciones familiares, seguros de cesantía. Chile es un país que tiene un nivel de cobertura bastante alto. A principio de los años 70’s llegó a cerca del 68% de cobertura a nivel nacional. En los primeros años de los 80’s el porcentaje bajó bastante, pero se ha retomado y ahora estamos con un nivel de cobertura media del 70%. Comparado con otros países de Latinoamérica, la situación de Chile es bastante buena. Pero tiene que mejorar muchas cosas, por ejemplo, en accidentes del trabajo debemos hacer un esfuerzo por aclarar las cifras de accidentabilidad.

Podemos sostener que todos nuestros adultos mayores, que pertenecen al 60% más pobre de la población chilena. Pero, tenemos que llegar a que cotice cerca del 30% de la población que no es dependiente formal.

Porque hay un sector que son los independientes puros: allí tú tienes a los que emiten boleta de honorarios y hay otros que no emiten boleta, pero podría haber un control de sus ingresos. Pero hay otro sector que aparece en las estadísticas con un trabajo informal, pero en la práctica no es informal. Por ejemplo, una persona que no emite boleta ni tiene liquidación, pero en los hechos es trabajador, cumple horarios, recibe salario, tiene hasta un empleador, pero tiene un “arreglo” con su jefe y que lo lleva a marginarse de cotizar en una AFP, en una Isapre o Fonasa, etc.

Trabajadores y sindicatos

¿Puede ahondar un poco más en esa realidad del trabajo a la que se enfrenta la seguridad social?  Con respecto a la informalidad laboral, que ha ido creciendo según datos de la OIT, a lo que Chile no es ajeno.

Nosotros tenemos, al igual que muchos países latinoamericanos, un sistema de seguridad social contributivo, es decir, que se financia con cotizaciones del trabajador y del empleador. A diferencia de otros países, que tienen un modelo no contributivo o fiscal, donde todas las prestaciones se financian con impuestos. El chileno es básicamente contributivo y tiene una parte que paga el Estado, que es la pensión básica solidaria. El punto es hacer que la seguridad social le puede dar cobertura a toda la población y aceptar que es posible en algunos casos usar financiamiento fiscal, pero que eso significa subir impuestos. Y que cuando haya que cotizar, haya mecanismos que controlen que sí se está cotizando. La tendencia mundial es cruzar los mecanismos contributivos con las prestaciones fiscales.

Para realizar esto, hay un sector de la población que a uno le debe preocupar,que son los que están al borde entre la clase media y la más baja. Que es un sector que trabaja, dependiente o independiente, y que está dispuesto a aceptar que su empleador no le cotice en seguridad social, por los subsidios que reciben del Estado al aparecer en los registros con un bajo salario o porque son cargas de otros, en el caso de la salud. La seguridad social debe llegar a los sectores medios que están desprotegidos, y estar diseñada para que estas personas tengan acceso a bienes públicos- como subsidios- y no los pierdan por entrar a cotizar.

También hay que pensar en subir la pensión máxima con aporte solidario, que es un umbral que fija en 250 mil pesos, más o menos, el monto máximo para que alguien reciba dinero del Estado en su pensión. Entonces, si sacas una pensión 251 mil pesos y el máximo es 250 mil pesos, no tienes acceso a ningún beneficio fiscal. Y ahí está la clase media. Entonces, a lo mejor el Fisco tendrá que hacer un aporte para subir las expectativas de este sector.

¿Qué rol deben cumplir los sindicatos y cómo deben actuar para que funcione bien un sistema de seguridad social?

Yo creo que en Chile hay que fomentar y apoyar el sindicalismo, además de fortalecer la negociación colectiva. Porque ocurre que si no se fortalece la negociación colectiva, la posibilidad de discutir mejores condiciones de ingresos es difícil, y si los ingresos son bajos, las cotizaciones son bajas y así las pensiones serán bajas, independiente de quienes administren los fondos o si es estatal o privado, siempre la cuestión va a depender de mejores ingresos para cotizar. Ahí los sindicatos y las negociaciones son importantes.

También son importantes para establecer beneficios adicionales en la negociación colectiva que tiene carácter de seguridad social. Por ejemplo, el apoyo para los gastos de salud, porque una buena negociación colectiva no es sólo el bono, si no también tener bienestar, prestaciones para hijos que están en los colegios, depósitos convenidos, ahorro adicional. Todo eso requiere sindicatos fuertes.

Estamos en un año electoral y el tema de la seguridad social se ha tocado en el debate de los candidatos e incluso de los dirigentes sindicales ¿Cómo usted cree que los trabajadores pueden aportar a este debate?

Es bueno que se discuta sobre seguridad social, siempre. La seguridad social es un conjunto de medidas que tienen que acompañar el crecimiento económico. Un país crece mejor si sus trabajadores sienten que cuentan con seguridad respecto a las situaciones inesperadas de la vida: mi vejez, accidentes en el trabajo, pagar la enfermedad de un hijo. Ese es un debate que hay que hacer.

Lo único que yo planteo para estos debates es que los cambios en estos sistemas no son radicales y requieren grandes consensos. En Chile hay tres hitos de la historia de la seguridad social. ¿Cómo surge un sistema de seguridad social potente? Con el ruido de sables del año 1925. El otro gran cambio se hace en 1980. Y otro cambio importante fue en 2008, producto de un gran consenso nacional. Por consiguiente, está muy bien que haya debate y las posiciones se pongan sobre la mesa, pero en un momento hay que ver qué es posible realizar sin afectar las decisiones en curso de los trabajadores, ni las expectativas del sistema chileno. Por eso hay que dialogar y en eso el tripartismo ayuda mucho.